El viernes 6 de julio se llevó a cabo en la ciudad de La Habana la Reunión Interparlamentaria México-Cuba. Desde el principio, uno de los objetivos de los legisladores mexicanos fue el restablecimiento de las relaciones con la Isla del Caribe tras los incidentes suscitados durante el foxismo. El tema de los derechos humanos en Cuba no se abordaría. Por su parte, los cubanos tenían una agenda adicional, acorde con su política exterior y con el restablecimiento de relaciones con México. A continuación, 39 comentarios sobre el tema: seis sobre los días previos; diez sobre las expectativas de la reunión; catorce sobre el encuentro; tres sobre Santiago Creel, ¿el gran ausente?, y seis generados los días posteriores.
La etapa previa.
El senador panista Rubén Camarillo está más que encampanado con su próximo viaje a La Habana, así que, sin rodeos, pidió al gobierno de México y al de Cuba darle vuelta a la página y, si no fuera mucha molestia, olvidar las diferencias que tuvieron los entonces presidentes Vicente Fox y Fidel Castro, con todo y el voto contra la isla en la Comisión de Derechos Humanos, en Ginebra; el comes y te vas, y la detención de Carlos Ahumada, así como los interrogatorios a éste
“Frentes Políticos”, Excélsior, 3 de julio.
Como la sombra del destino que se acerca, dos hechos adelantaron el desembarco de 20 legisladores mexicanos en Cuba para participar en la reunión interparlamentaria que comienza mañana.
El primero, la muerte, de muerte natural, de Emilio Ochoa, último sobreviviente de los 81 que promulgaron la Constitución de 1940, última de aliento democrático en ese país.
El segundo, la muerte, suicidio según el gobierno cubano, del opositor Manuel Acosta, quien esperaba en prisión un juicio por “peligrosidad pre-delictiva” y amaneció ahorcado. No podemos dejar de relacionarla con las palizas que recibía, sentenció el tenaz luchador social en la isla, Elizardo Sánchez.
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 4 de julio.
Que por primera vez en lo que va de sexenio, PAN, PRD y PRI alcanzaron un acuerdo absoluto: no hacer ni decir nada que pueda molestar a Fidel Castro y el régimen cubano. Con esa línea comenzará esta tarde en La Habana la Reunión Interparlamentaria México-Cuba.
“Trascendió”, Milenio, 5 de julio.
No hagan olas. Con esa indicación viajaron los diputados y los senadores panistas a La Habana, donde ayer se inició la reunión interparlamentaria. En el Manual de Carreño que les repartieron al subir al avión, la orden es clarita: evitar, a toda costa, cualquier contacto con la disidencia al régimen de quien controla los humores de la isla. Se trata de cimentar puentes con Cuba y sus aliados, no de destruirlos
“Frentes Políticos”, Excélsior, 6 de julio.
A los legisladores que viajaron ayer a La Habana, por cierto, les dio vergüenza volar en primera clase. Emilio Gamboa, Rosario Green, Héctor Larios, Javier González Garza, Humberto Zazueta, Gabino Cué, Yeidckol Polevnsky, y otros más, se apretujaron en clase turista. Hasta se comieron el desabrido lunch que ofrece la aerolínea a los pasajeros que viajan en clase económica.
Unos están acostumbrados, otros no tanto. La excepción fue Manuel Añorve. El coordinador de asesores de Manlio Fabio Beltrones iba en primera fila de primerísima clase. ¡Faltaba más..!
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 6 de julio.
El pasado viernes escribimos en este espacio que Manuel Añorve, coordinador de asesores de Manlio Fabio Beltrones, viajaba en primera clase a La Habana, para asistir a la Novena Interparlamentaria México-Cuba, mientras que los coordinadores en la Cámara de Diputados y otros legisladores de distintos partidos, entre los que mencionamos a los senadores Rosario Green y Gabino Cué, lo hicieron en clase turista. Error: Añorve no era el único que viajaba en primera clase. También lo hicieron los senadores Rosario Green, PRI; Dante Delgado y Gabino Cué, Convergencia; Ricardo García Cervantes, PAN. ¿Tendrán más categoría los senadores que iban en primera que los diputados, incluidos los coordinadores, que se apretujaron en clase turista? Es pregunta.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 10 de julio.
Expectativas.
Que la comitiva de senadores y diputados que estará en La Habana ve la Interparlamentaria como la gran fecha de la reconciliación entre México y Cuba.
Por lo pronto, está amarrada una reunión con el presidente en funciones, Raúl Castro, y no se descarta del todo que la comitiva vea, así sea unos minutos, al comandante Fidel Castro.
Lo único seguro es que en ninguna de las reuniones se escuchará “Comes y te vas”.
“Trascendió”, Milenio, 3 de julio.
Alentados, sin embargo, por la jugarreta técnica de la diplomacia mexicana en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para sacar a la dictadura de Fidel Castro de la lista negra en la materia, así como por el elogio monumental del presidente Calderón a Vilma Espín, la recién fallecida mujer de Raúl Castro, y por el espíritu de que ha llegado la hora de enterrar la Diplomacia Castañeda, que se atrevió a retar al tirano, Beltrones, Navarrete, Green y compañía parece que van a un gran baile de reconciliación.
¿A cambio de qué? Ellos dirán con presunto pragmatismo que es para acabar con un pleito absurdo y por la buena vecindad con un pueblo amigo. Nada más falso: quemarle incienso a Fidel y su camarilla es un golpe a miles de cubanos aplastados por la dictadura.
Será una pena verlos cantar y celebrar con un gobierno que maltrata por principio y con método a sus habitantes. Ojalá cuando regresen no nos quieran vender un informe tan tramposo como aquellos que mandaba el personaje inglés de la novela de Graham Greene, Nuestro hombre en La Habana.
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 4 de julio.
Viajaron 21 y no son convocados por ninguna de las selecciones de fut. Son los legisladores que se lanzaron a La Habana para la reunión parlamentaria entre representantes de México y Cuba. PAN, PRD, PRI, Convergencia, PT y Verde están listos para la foto con el comandante. Hay quórum
“Frentes Políticos, Excélsior”, 5 de julio.
Siendo secretaria de Relaciones Exteriores del gobierno de Ernesto Zedillo, Rosario Green se reunió con ellos en La Habana en 1999.
Pero o eran otros tiempos, o los tiempos (y los políticos) han cambiado.
“Trascendió”, Milenio, 5 de julio.
Que, en cambio, Green y la comitiva mexicana de legisladores cenarán hoy con el canciller cubano Felipe Pérez Roque.
Organiza la cena la embajada mexicana.
Con quien, por motivos de salud, no habrá encuentro es con el comandante Fidel Castro.
“Trascendió”, Milenio, 5 de julio.
Yeidckol Polevnsky, senadora del PRD, me reconfirma la idea de que la veintena de legisladores mexicanos, ella entre ellos, que hoy en La Habana iniciarán una reunión interparlamentaria van a Cuba con el único objetivo de fumar la pipa de la paz con Fidel Castro y su banda. A fumarla a cambio de nada. Quisiera encontrar una señal que me haga ver lo equivocado que estoy, pero Yeidckol me aniquila: “Cuba no es una dictadura; a su manera, Cuba es una democracia”.
¡Una democracia que persigue por sistema a los opositores, que amedrenta por sistema a los habitantes! Sí, una democracia, ratifica Yeidckol antes de soltar el viejo rosario: Cuba es grande en educación, salud, etcétera, etcétera. ¡Una democracia, Dios, una democracia!
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 5 de julio.
Hasta La Habana llegaron los representantes de todos los partidos en las cámaras de Diputados y Senadores de México, con la idea de desterrar la sombra de aquella reunión en Monterrey, en la época de Vicente Fox, en donde le pedía al presidente cubano Fidel Castro, “comes y te vas”, la cual fue calificada en su momento de servil hacia Estados Unidos. Ahora todos están dispuestos a que se dé una nueva relación, de respeto y los mexicanos así lo hicieron sentir, pero fueron a pedir perdón, como sostiene Jorge Castañeda, el autor de la descomposición de las relaciones exteriores con muchas naciones.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 6 de julio.
Aquí, la propuesta de senadores y diputados, es de empujar a los Ejecutivos para terminar con las sombras y todo aquello que impida la normalización de las relaciones entre ambos países y el mismo senador Manlio Fabio Beltrones, demandaba que los legisladores de Cuba y México presionen a los gobiernos hacia el entendimiento de ambos países.
Y decía el sonorense, en política no hay coincidencias, pero “reiteramos el compromiso del Congreso mexicano de constituirnos en la institución que facilite y apresure la pronta reanudación del conjunto de nuestra rica relación bilateral”. Y panistas, como Héctor Larios, Ricardo García Cervantes y César Leal, aseguraban que cada gobierno tiene su óptica para analizar la política. En esta ocasión la deuda que tienen los cubanos con México, de 500 millones de dólares, no fue un factor para impedir que fluyera el diálogo, pero habrán de darse muchas pláticas entre ambos países para que haya el entendimiento esperado.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 6 de julio.
Que Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los senadores del PRI y líder no formal de la delegación mexicana que se encuentra en La Habana para participar en la Reunión Interparlamentaria México-Cuba, dijo que la estrategia para este viaje es más clara que el agua.
Beltrones respondió horas antes de la inauguración a la pregunta de si tocarían el tema de los derechos humanos en Cuba: “Creo que eso ya lo pasamos. Nuestras posiciones como gobiernos han quedado plasmadas en la Organización de las Naciones Unidas. Afortunadamente ya se ha evitado esa vida artificial que tenía la relatoría sobre derechos humanos y es una página más dentro de nuestras relaciones que afortunadamente hemos librado hoy en día de mejor forma”.
Más claro ni el agua, en efecto.
“Trascendió”, Milenio, 6 de julio.
Y el coordinador de los diputados perredistas, recuerda que él pertenece a una generación conocida como del 68, en donde había muchos defensores de la revolución cubana, pero más allá de esa remembranza, asegura que las relaciones entre ambas naciones han caído en un proceso absurdo. La delegación cubana dice que en toda sociedad hay nubarrones, pero que son fáciles de quitar y de superar.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 6 de julio.
La reunión
LA HABANA, Cuba. Hasta la Sala Vedado del hotel Nacional, repleta de legisladores de México y Cuba, se escuchaba la furia de los truenos tropicales. Terminaba la ceremonia inaugural de la Novena Reunión Interparlamentaria. El "comes y te vas" de Vicente Fox flotaba en el ambiente como rémora de una época que comienza a irse y otra que regresa.
Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Popular de Cuba, aprovechaba el mal tiempo en la capital cubana para hablar del reencuentro con los mexicanos, y manifestar sus expectativas en la era post Fox. "Ustedes tal vez sintieron unos truenos; unos signos de tormenta. Eso pasa en la vida de los pueblos. Pero, después, de la borrasca, sobre todo aquí en el trópico, sale un sol rutilante", destacó el influyente legislador.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 6 de julio.
Alarcón era el último orador del acto inaugural de un encuentro que el ex canciller Jorge Castañeda calificó como "la reunión para pedir perdón" a Fidel Castro. El Güero, no hay que olvidarlo, es el arquitecto de la "diplomacia de promoción activa de la democracia y defensa de los derechos humanos en la isla" —así la llama—, que nos alejó del régimen cubano. Y es que este cambio fue interpretado por La Habana como un abandono de México a los principios de no injerencia y de respeto a la autodeterminación.
"Ya decidí cómo les voy a pedir perdón. Lo voy a hacer de rodillas y llorando…", reviró, mordaz, el senador del PAN Ricardo García Cervantes durante el vuelo 321 de Mexicana, que lo trajo a territorio revolucionario. Al legislador del azul le costaba trabajo entender el razonamiento del que fue canciller de Fox.
"No es una reunión para disculparnos. Es una reunión de diplomacia parlamentaria, para tender puentes con un país de América Latina. Por lo pronto, yo ceno y me quedo", ironizó el legislador coahuilense. Y preguntó: "¿A poco El Güero piensa que las relaciones sólo deben ser con gobiernos como el de Aznar?"
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 6 de julio.
El priista Manlio Fabio Beltrones tampoco escondió su molestia con las declaraciones de Castañeda. "Su opinión es sesgada, parcial. Pero, además, allí están los resultados de su gestión como canciller", censuró, en charla con este espacio.
El presidente del Senado, por cierto, se congratuló de los "signos alentadores" de la diplomacia de ambos países. "En ellos se expresa la firme voluntad de colocar las agendas de gobierno y nuestros respectivos intereses nacionales por encima de visiones particulares y expresiones desafortunadas, que todos lamentamos"
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 6 de julio.
Un gran apagón en La Habana provocó que la Reunión Interparlamentaria México-Cuba, que tantas expectativas había generado, fuera clausurada en forma anticipada.
Hay quienes aseguran que lo que hizo más breve el encuentro fue un apagón pero no de energía eléctrica, sino del estado de ánimo de los legisladores.
De entrada, sólo fueron 14 de los 23 mexicanos que estaban confirmados. Algunos tenían la esperanza de hablar o por lo menos ver a Fidel Castro para invitarlo a visitar México, pero el encuentro no se dio.
Y la Interparlamentaria terminó como las otras cuatro o cinco anteriores: con una condena al bloqueo que Estados Unidos ha impuesto a la isla.
Pepe Grillo, Crónica, 7 de julio.
Amor de bolero, ruidoso pero pasajero, es el que se traen los miembros de las delegaciones que acuden a la interparlamentaria México-Cuba. No vaya usted a creer que hubo grandes acuerdos ni nada por el estilo. Vaya, ni un apretón de manos con Raúl Castro, mucho menos con Fidel. Pero, eso sí, muy vivos los legisladores de la isla querían que la declaración conjunta se refiriera a los grandes logros de la revolución y enderezara unas cuantas consignas antiyanquis, en especial por el caso del terrorista Luis Posada Carriles, que se fugó por la vía balsero-Yucatán-EU. Cómo no, les dijo Héctor Larios, jefe de la delegación mexicana, y a renglón seguido les hizo saber que también debería haber una consideración sobre los derechos humanos en la isla. “Ahí muere, chico”, parece que le respondió la contraparte cubana
“Bajo reserva”, El Universal, 7 de julio.
Por cierto, en la novena edición de la reunión de legisladores mexicanos y cubanos, que concluyó el pasado viernes, destacó la participación de la ex canciller mexicana y ahora senadora de la República, Rosario Green Macías, quien negoció puntos clave de la Declaración Conjunta. Logró que la parte cubana se desistiera en su intención de incluir referencias radicales antiestadounidenses y, a cambio, se diera más peso a las referencias de “amistad y fraternidad” entre México y Cuba. Tan influyó, que así se redactó el documento final del encuentro
“Bajo reserva”, El Universal, 8 de julio.
Al final de la reunión legislativa de mexicanos y cubanos, trasciende que dos temas prácticamente fueron vetados de la discusión: el análisis de los derechos humanos en la Isla y en México, pero también la deuda externa que tiene el gobierno de Fidel Castro con nuestro país, que rebasa los 500 millones de dólares.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 9 de julio.
Nos platican en La Habana, que el coordinador de la bancada panista en la Cámara de Diputados, Héctor Larios empujó fuerte el tema de las violaciones a los derechos humanos para que formara parte de la agenda bilateral, pero se negaron rotundamente y como la parte mexicana quería darle un giro significativo a las relaciones entre ambos gobiernos aceptó quitarla.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 9 de julio.
Los cubanos, nos dicen, tampoco quisieron platicar sobre la molesta deuda que tienen desde hace varios años, casi toda por haber comprado petróleo a precios preferenciales, y por la falta de liquidez para cumplir el compromiso, por lo que es un capítulo que sigue abierto. Sin embargo, quedó asentado que hay que revisar estos dos aspectos.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 9 de julio.
Efectivamente fue una reunión “light”, pero no podía ser de otra forma. Y Manlio Fabio Beltrones nos dice en forma directa, ni pedí hablar con Fidel Castro ni lo ofrecieron ellos. Quedó claro que era una reunión de legisladores, con el ánimo para hablar de muchas cosas y no con funcionarios públicos.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 9 de julio.
En las 30 horas que duró el encuentro, nos dicen legisladores, que había mucha desconfianza por la parte cubana, recordando el pasaje de Monterrey, del “comes y te vas”. Sin embargo, aclaran que los desencuentros en materia internacional comenzaron con Ernesto Zedillo, quien en alguna ocasión aprovechó un foro que se realizaba en La Habana para hablar casi a fuerza e introdujo el tema de los derechos humanos y esto les molestó.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 9 de julio.
La interparlamentaria México-Cuba en La Habana fue un fracaso para la delegación mexicana. La alianza de senadores y diputados priistas y perredistas quiso ponerse la medallita de la restauración de relaciones diplomáticas dañadas por las torpezas de Vicente Fox. Sin embargo, se topó con una delegación cubana más que dogmática. Cuba ha querido arrodillar al México gobernado por el PAN. Al final, el comunicado de la reunión fue tan confuso como la mente estratégica del anciano dictador Fidel Castro.
Los mexicanos parecieron verse en Cuba en un espejo de su pasado: la Asamblea Nacional del Poder Popular no es un poder legislativo sino un organismo pelele del dictador Fidel Castro, igual a como era el Congreso mexicano en los tiempos priistas que vivieron muchos de los ahora legisladores independientes del Ejecutivo federal. En La Habana percibieron que, con la pena, Cuba es una dictadura que se mueve a las órdenes de un solo hombre que agrupa en su puño represor a los poderes Legislativo y Judicial, que ha prohibido los partidos políticos y la prensa y televisión autónomas y que su máximo logro social es la igualdad de la pobreza.
Carlos Ramírez, “Indicador Político”, El Financiero, 9 de julio.
La reunión interparlamentaria iba sobre ruedas. El diputado del PAN, Héctor Larios, y la senadora del PRI, Rosario Green, trabajaban el comunicado conjunto de conclusiones con los cubanos que, de última hora, intentaron colar un párrafo de “enérgica condena” contra el gobierno de Estados Unidos por la detención de cinco isleños acusados de ser terroristas. A Larios no le pareció una buena idea y los cubanos comprendieron. Para ellos era un punto extra. Ya habían obtenido lo que querían.
Querían tener en La Habana a la crema de los legisladores mexicanos, en especial a los del partido del gobierno. Por eso en la cena de despedida del viernes, la mesa del canciller Felipe Pérez Roque era un convite con los amigos: los priistas Manlio Fabio Beltrones, Rosario Green y María de los Ángeles Moreno; Humberto Zazueta del PRD y los panistas Larios, César Leal y Ricardo García Cervantes.
Querían dejar en claro, con rostro sonriente y mano extendida, que la paz política con México depende del presidente Felipe Calderón. De ahí la frase de Pérez Roque de que la normalización de relaciones puede estar lejos aún. Y la de Rosario Green: le toca a Calderón venir a La Habana “para terminar de cauterizar la herida” que abrió el foxismo.
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 10 de julio.
Según legisladores mexicanos, que no abrieron la boca hasta estar en territorio nacional, los cubanos quieren condicionar la normalización de las relaciones con México a que se haga lo propio con Venezuela. Quisieron, además, "meter un gol" en el comunicado final. Tenían ya redactada una condena a la decisión de Estados Unidos de exonerar a Luis Posada Carriles, el terrorista que a mediados de la década de los setenta atentó contra un avión de Cubana, pero la "terquedad" del diputado panista Héctor Larios impidió el golazo. El coordinador de la bancada azul en San Lázaro se aferró a que se incluyera, a cambio, una mención crítica a los derechos humanos. / Larios terminó como el "villano" del régimen castrista. En la deslucida cena de clausura, un diputado cubano de plano se levantó de su mesa cuando el panista llegó a sentarse.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 17 de julio.
Santiago Creel: ¿El gran ausente?
Que los coordinadores del PRI y PRD en el Senado, Manlio Fabio Beltrones y Carlos Navarrete, no han cejado en el intento de convencer al coordinador del PAN, Santiago Creel, para que los acompañe a la Reunión Interparlamentaria que comenzará el viernes en La Habana.
Creel, activo secretario de Gobernación en la crisis con Cuba de 2004, había sido categórico en su no. ¿Aguantará la presión de sus pares?
“Trascendió”, Milenio, 3 de julio.
Una ausencia notoria en la Interparlamentaria fue la de Santiago Creel Miranda, coordinador de los senadores del PAN. La explicación oficial es que fue operado de la rodilla y le fue imposible viajar. A nadie escapa, sin embargo, que en sus épocas de secretario de Gobernación expulsó literalmente al embajador, Jorge Bolaños, con el alegato de que realizaba actividades políticas prohibidas para los extranjeros.
Otra de las preguntas que hizo Castañeda en las múltiples entrevistas que ofreció para torpedear "la reunión de la disculpa a Castro" era si los legisladores mexicanos van a reunirse en Cuba con los miembros de la disidencia. La respuesta es no. Ese es el precio puesto por el régimen para la anhelada reconciliación.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 6 de julio.
Que priistas y perredistas se preguntan al regresar de La Habana si el trato particularmente obsequioso que tuvo con los cubanos el senador del PAN Ricardo García Cervantes en la Reunión Interparlamentaria de la semana pasada fue de motu proprio, o si fungió como embajador plenipotenciario del ausente Santiago Creel. O las dos cosas.
“Trascendió”, Milenio, 10 de julio.
Las secuelas de la reunión.
QUIÉN lo iba a pensar! La reunión interparlamentaria México-Cuba logró lo impensable: el reencuentro.
PERO NO el reencuentro de las naciones, sino el de los coordinadores parlamentarios del PRI, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa.
Y ES QUE, debido a sus posiciones encontradas sobre la reforma fiscal, a ambos tricolores se les ha visto claramente distanciados durante las últimas semanas.
PERO AL CALOR de La Habana y de los mojitos, con los mariachis de acompañamiento y las guayaberas pegadas al cuerpo por la humedad, los legisladores por fin tuvieron unos minutos a solas.
FUE GAMBOA quien tomó la iniciativa y llamó a Beltrones para platicar aparte, durante la comida que se ofreció para la delegación en la embajada mexicana.
QUIZÁ lo empujó el hecho de haber recibido una llamada urgente de un gobernador, pero el caso es que Gamboa se acercó a Beltrones, le comentó algo sobre el senador panista Gustavo Madero, y así transcurrió el breve encuentro.
LA PLÁTICA fue tan corta porque tooodo mundo se les acercaba para tomarse una foto con ellos juntos... pues es una imagen ¡cada vez menos común!
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, 6 de julio.
La delegación mexicana a la interparlamentaria con Cuba perdió ya interés en la isla. Y la razón no es otra que la previsible: es imposible hacer política con un anciano dictador ahora en funciones de columnista político del Granma y recluido en su habitación de enfermo rumiando su pasado, bastante como el dictador de El otoño del Patriarca de García Márquez. Fidel sólo sueña con vivir un par de años más para cumplir 50 años como dictador. Su objetivo no es la Historia sino el récord Guinness. Los asistentes supusieron que podrían traer a México una foto con el decrépito Castro, pero a éste nunca le interesó negociar con legisladores, acostumbrados a tratar como títeres a sus propios congresistas porque no se ha dado cuenta que México ha avanzado en democracia y Cuba se ha quedado como una isla de un dictador.
Carlos Ramírez, “Indicador Político”, El Financiero, 9 de julio.
Querían dejar en claro, con rostro sonriente y mano extendida, que la paz política con México depende del presidente Felipe Calderón. De ahí la frase de Pérez Roque de que la normalización de relaciones puede estar lejos aún. Y la de Rosario Green: le toca a Calderón venir a La Habana “para terminar de cauterizar la herida” que abrió el foxismo.
No hubo jugada fina, carambola de tres bandas. Es la diplomacia de ceder, ceder y seguir cediendo frente a una dictadura. ¿A cambio de qué? De nada. De ser congruentes con esa entelequia que es el “pasado histórico”. De que Fidel no joda. De borrar la denuncia de que en Cuba se violan por sistema los derechos humanos.
Para el buen desenlace falta ahora el segundo movimiento: que Calderón vaya a pedir frías a La Habana.
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 10 de julio.
YA SE SUPO por qué el líder de los senadores del Partido Verde no acudió a la reunión interparlamentaria en Cuba.
CONTRARIO a lo que cualquiera podría pensar, no fue porque a Francisco Agundis Arias le haya dado un ataque de pudor y se haya negado a gastar recursos públicos en hacer turismo legislativo.
NADA DE ESO. La razón fue un poco menos idealista.
SEGÚN lo que se dice en los pasillos de la Cámara de senadores, el joven verde no asistió porque estaba molido... ¡pero a palos!
LA VERSIÓN ES que el viernes de la semana pasada Agundis acudió -como es su costumbre- a la discoteca Bandasha en Bosques de las Lomas.
Y YA ENTRADA la madrugada armó tremenda trifulca en la que él y sus guaruras se llevaron la peor parte, pese a que seguramente quiso defenderse con el clásico: "¡tengo fuero!, ¡tengo fuero!".
LO BUENO ES que el senador es cliente asiduo del lugar, pues de lo contrario no lo volverían a dejar entrar nunca.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 13 de julio.
Que el senador Francisco Agundis no fue a La Habana, Cuba, por compromisos de su partido, el Verde Ecologista de México, y al final ningún senador de su fracción pudo asistir a la interparlamentaria de La Habana, por lo que el espacio lo ocupó Gabino Cué, de Convergencia.
El senador Agundis sostiene que el último pleito de que tiene memoria ocurrió hace cosa de diez años, que no tiene guaruras y mucho menos peleó con un parroquiano en una discoteca de las Lomas de Chapultepec.
“Trascendió”, Milenio, 14 de julio.
Ya que estamos: la Interparlamentaria México-Cuba no fue tan tersa como pareció. Manlio Fabio Beltrones, presidente de la delegación mexicana, cuenta en privado que tuvo un incidente bochornoso. Apenas llegó a la isla, recibió el aviso de que alguien de "primer nivel" lo contactaría para darle un mensaje personal de Fidel Castro. El sábado pasaron a buscarlo al hotel Nacional, donde se hospedaba, para llevarlo con el comandante Ramiro Valdés, número tres del régimen. Pero de plano tuvo que hacerse guaje. No quería salir en la foto. Hay quien asegura que el sonorense se escabulló por la puerta de atrás y dejó plantado al chofer enviado por los cubanos. Beltrones ya les había hecho saber que no tenía interés en entrevistarse con nadie, salvo sus pares de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Uno de los paradigmas de los revolucionarios es la no discriminación. En Cuba parece que ya lo olvidaron. Legisladores mexicanos que asistieron a ese encuentro, en La Habana, se quejan de que a priistas y perredistas "mercedes y escoltas" y, a panistas y los demás, "la guagüita".
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 17 de julio.
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