En un encuentro sin precedente, senadores e industriales de la radio y la televisión protagonizaron una audiencia pública que fue transmitida durante tres horas continuas en televisión abierta concesionada y cuatro en el canal del Congreso.
La misma sala en la que los concesionarios demandaron a los legisladores federales la aprobación de la Ley Televisa en 2006, fue testigo de la confrontación entre legisladores y empresarios por el uso del dinero en los medios de comunicación.
Ahí, los senadores rebatieron a los industriales de la radio y televisión los alegatos de que la reforma electoral atentaba contra la libertad de expresión y pegaba en los ingresos y el raiting de su audiencia.
Sentados en torno a una mesa ovalada, los senadores de todos los partidos recibieron a los funcionarios de la CIRT, a los dueños de las concesiones y a los rostros y voces más conocidos del gremio electrónico.
Estaban ahí Francisco Aguirre, de Grupo Acir; Rogerio Azcárraga, de Telefórmula; Carlos Aguirre, de Grupo Radio Centro; Luis Niño de Rivera, Ernesto Vidal Córdoba y Tristán Canales, de TV Azteca.
También Joaquín López Dóriga, Javier Alatorre, Carlos Loret de Mola, Denise Maerker, Ricardo Rocha, Pedro Ferriz, Alejandro Cacho y Patricia Chapoy, entre otros comunicadores que acompañaron a los propietarios y ejecutivos de las compañías para las que trabajan.
Convocados de madrugada por el presidente del Senado, el panista Santiago Creel, los empresarios aceptaron dialogar con los integrantes de las comisiones responsables de dictaminar la reforma electoral, a las que acusaron de haber negociado en la opacidad y la secrecía.
El priista Pedro Joaquín Coldwell definió la dinámica del encuentro, en la que hablaron en tres rondas, cinco interesados y cinco senadores.
En el arranque, el presidente de la CIRT, Enrique Pereda, insistió en que los medios no peleaban por el dinero, sino por la defensa de la libertad de expresión.
Fue hasta la segunda ronda cuando Rogerio Azcárraga, de Radiofórmula, dijo abiertamente que la reforma les arruinarían no sólo el negocio, sino el raiting "con temas que a nadie le interesan, como la hora nacional".
Los senadores fueron acusados por los industriales y los comunicadores de echar abajo el raiting, de tener una postura pueril, de ser impopulares, negociar en la opacidad y hasta de mentir sobre los ahorros en campaña.
Los senadores respondieron.
El perredista Pablo Gómez les dijo que no hay la más mínima intención en la reforma constitucional de considerar ilícita la expresión de algún trabajador de los medios o de cualquier persona que comparezca en una estación de radio o televisión y hable de lo que hable diga lo que diga contra partidos políticos, contra gobernantes, contra quien sea.
"¿Qué es lo que vamos a regular? La necesidad de disminuir la influencia del poder del dinero en la lucha por el poder; reducir al máximo posible el poder del dinero en la disputa por el poder porque la incidencia del poder del dinero pervierte la democracia en muchísimos aspectos.
"No queremos pasarle una factura a los medios... Ese es un subproducto de una reforma que tiene otro propósito", les dijo en su intervención en la tercera ronda.
El panista Ricardo García Cervantes, cuyo mensaje no se escuchó en la televisión abierta porque los concesionarios cortaron la transmisión cuando él comenzó a hablar, les dijo que la intención de la reforma es salirle al paso a cualquier intromisión indebida del dinero en la política.
Esos recursos, dijo el panista, que no se sabe si son limpios o sucios, pero sí ilegítimos, son un agravio para la sociedad.
La senadora priista María de los Ángeles Moreno les dijo que la reforma electoral no era una especie de revancha ni un afán de los senadores de sentirse superiores, sino una intensión de contribuir a perfeccionar la democracia mexicana que empezaba a ser calificada como una plutocracia..
El perredista Carlos Sotelo rebatió el argumento de que los políticos le bajarían raiting a los programas de televisión.
"Plantear que el negocio se vendrá abajo porque los tiempos triple A y doble van a incorporarse mensajes de los candidatos es un agravio a la capacidad del pueblo de México para poder escuchar, valorar, informarse de las propuestas", les dijo casi al final de la audiencia.
Además, se pronunció porque la transmisión en televisión abierta sea una muestra del nuevo debate en México "y no un coetazo o, como lo ven algunos, un intento de intimidación".
Nuevas reglas
Algunos contenidos de la reforma electoral que hoy podría votarse en el Senado:
· Prohíbe a los partidos contratar tiempos pagados en medios.
· Prohíbe a las personas públicas o privadas contratar mensajes en radio y televisión.
· En campañas y precampañas el IFE tendrá acceso a 48 minutos diarios.
· El 85% de los tiempos serán para los partidos.
· Serán distribuidos en 2 y hasta 3 minutos por hora.
· Se distribuirán entre los partidos 30% igualitario y 70% por fuerza electoral.
· Los partidos tendrán 18 minutos diarios en precampañas.
· Fuera de campaña el IFE tendrá el 12% del tiempo del Estado.
· No se permite la propaganda que denigre o calumnie.
· El IFE sancionará con procedimientos expeditos.
· Incluso ordenará la cancelación de transmisiones.
· La campaña presidencial durará 90 días y la de diputados federales 60.
· Las precampañas no excederán de los 60 y los 45 días respectivamente.
· Se cancelan las candidaturas independientes a nivel constitucional.
· La fórmula para determinar el financiamiento de los partidos será el total del padrón electoral multiplicado por el 65% del salario mínimo.
· Se distribuirá 30 de manera igualitaria y 70 por ciento por fuerza electoral.
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