Presentamos en esta entrega 70comentarios de las 268 que incluye este tema, es decir, un 26.11%. Doce (17.15%) se refieren al Partido Acción Nacional (PAN) y otro tanto al Partido Revolucionario Institucional. Por su parte, 46 notas, es decir, un 65.7% corresponden al Partido de la Revolución Democrática (PRD). Básicamente esta entrega se refiere a las posiciones de los partidos con respecto al Primer Informe de Felipe Calderón.
Partido Acción Nacional
Nos dice Santiago Creel que platica con todos los representantes de los partidos de oposición sobre el informe de gobierno de Felipe Calderón, “para que no sucedan hechos como los del pasado uno de diciembre de 2006, cuando un grupo parlamentario buscó impedir la toma de protesta del Presidente de la República”.
Sin embargo, confía en que se analicen las opciones para que el Presidente rinda su informe, tomando en cuenta las condiciones políticas actuales y sin que se vaya a dar otro episodio bochornoso.
Nos aseguran que en la medida en que el PRD acepte dialogar civilizadamente, podrá presidir la Cámara de Diputados. De otra forma, se podrá cambiar el formato de la ceremonia.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 3 de agosto.
Pero la función ha de continuar, así es que coordinadores de las bancadas senatoriales se reúnen, según Chago Creel, para determinar la manera en que se podría realizar "sin escándalos" el primer Informe de Felipe Calderón. El güero actor, que protagoniza actualmente una emocionante historia de amores mal pagados con Televisa, ha dicho que "buena parte, o casi la totalidad de los mexicanos" vieron el primero de diciembre pasado "un espectáculo muy desagradable, muy inconveniente, que en nada abona al Congreso", así es que los muy pudorosos y correctos senadores estudian la manera de evitar esos desaguisados
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 3 de agosto.
El Primer Informe de Gobierno se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza, sobre todo para el PAN. No hay acuerdo todavía sobre cómo se va a desarrollar el acto en San Lázaro. Emilio Gamboa ve una ceremonia en la que el Presidente entrega su Informe en el salón de protocolo del Palacio Legislativo y se retira. La Constitución no exige más. Christian Castaño ve a Calderón en la tribuna del salón de plenos, con un mensaje de tres líneas y una respuesta del o de la presidenta de la Mesa Directiva, de tres líneas también, y tan-tán. Faltaría saber si el PRD, hermético en lo que será su estrategia, estaría dispuesto a contestar el Informe. A esta fracción le toca la presidencia de la Mesa Directiva.
La oferta del mandatario, de dialogar con los diputados, fue muy bien recibida por Gamboa. “Es una buena actitud frente a la torpeza del otro (Fox), que nos echó seis años la culpa”, dijo el priista
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 8 de agosto.
Los legisladores panistas redondean la propuesta de que Calderón no sólo lea su Primer Informe de Gobierno en San Lázaro, sino responda a lo que venga de las bancadas. ¿Temerario? Para nada. No teme al tête à tête porque tiene tablas en el debate, de sus años como legislador. El PRI exige que notifique su estado de cuenta y luego verán si platican. La respuesta del PRD es tan diversa, que unos entreabren la puerta del diálogo y otros la sellan; Leonel Cota ¡hasta lo llamó "Presidente"!, esta semana, por primera vez
“Frentes Políticos”, Excélsior, 10 de agosto.
Héctor Larios nos comenta sobre la disposición de él, y de toda la bancada panista, para que los perredistas asuman la Presidencia de la Cámara de Diputados a partir del 1 de septiembre, ya que "nosotros sí sabemos honrar la palabra que dimos". Y la gente de Leonel Cota Montaño quiere la Presidencia, se niega a pedir la seguridad pública para garantizar la seguridad de los legisladores y a debatir.
Y dice el político panista que "sí hay tiempo para que Felipe Calderón pueda presentarse en la Cámara de Diputados a debatir, sólo falta la voluntad. Entre panistas y perredistas, nos dice, tenemos las dos terceras partes de la asamblea, el número suficiente para aprobar los cambios.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 14 de agosto.
Olvidáronse los panistas de sus prisas por sacar adelante la autodenominada “reforma” fiscal calderonista; ahora son sus urgencias por tenderle una camita al michoacano, para que el uno de septiembre caiga en blandito en su primer ¿informe?
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 15 de agosto.
Los diputados federales del PAN acaban su jueves en una encerrona con el presidente Felipe Calderón. La cita es en Los Pinos y todos deben asistir, con puntualidad rigurosa. Plato fuerte: claro, ajustar la estrategia que se habrá de seguir para la sesión del Informe. Se augura una velada larga, con algunas reclamaciones por la demora y el poco éxito para llevar a las demás bancadas a un periodo extra
“Frentes Políticos”, Excélsior, 16 de agosto.
Con pocas posibilidades de éxito, los legisladores del PAN presentaron en la Comisión Permanente la iniciativa para modificar la ceremonia del Informe presidencial. En cambio, diputados y senadores aprobaron que se cite al procurador Eduardo Medina Mora para que explique por qué autorizó que se dispusiera de los 205 millones de dólares decomisados al empresario Zhenli Ye Gon...
Miguel Ángel Rivera, “Clase Política”, La Jornada, 16 de agosto.
Finalmente, el PAN queda en el aire. Si bien la iniciativa presidencial de debatir con los legisladores es percibida como positiva, la insistencia de Calderón a hacerlo desde este primer informe ha forzado al partido a elaborar a marchas forzadas una propuesta de cambios legales y a pedir un período extraordinario de sesiones para discutirlas en menos de dos días. La buena disposición se convirtió en provocación y ya cobró su primera víctima: la reforma hacendaria. El asunto del informe vino a agregar un punto de distracción y de conflicto a la de por sí complicada negociación sobre la reforma fiscal, que es el tema verdaderamente urgente.
Verónica Ortiz Ortega, Crónica, 18 de agosto.
Y para que no sientan presión ni (el chantaje) mucho menos, Santiago Creel se encargó de mostrar esa faceta (que se creía superada) de hombrecito al reforzar ayer eso de que la reforma electoral puede estar en riesgo si la ceremonia del 1 de septiembre no se realiza como la ley vigente lo establece, endosando el ocurrente interés sobre el asunto a las lacritas amarillas. O habrá sido ¿te lo digo PRD para que me entiendas PRI?
Que no se preocupen en Los Pinos, el PAN y que el PRI no salga a vender esa estupidez popular de que son el fiel de la balanza de civilidad política cuando la han inclinado a favor de Calderón, quien seguramente irá a San Lázaro y –como lo establece la ley– entregará su (des)informe y tan tan.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 23 de agosto.
Por eso es una tontería, otra, la declaración de Santiago Creel, el miércoles, quien con tal de borrar parte de su pasado reciente, está en pleno proceso de reinvención: amenazó al PRD, atando informe presidencial a reforma electoral.
El coordinador de los senadores panistas dijo: “En caso de que las cosas salgan mal (sic) el primero de septiembre, se ponen en riesgo muchas reformas, una de ellas es la reforma electoral, en la que el PRD tiene mucho interés”.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 24 de agosto.
Los panistas, por su parte, son partidarios de una ceremonia al viejo estilo, cuando el 1 de septiembre era el "día del presidente" y se empeñan en que Calderón suba a la tribuna y pronuncie su discurso a la nación.
Alejandro Ramos Esquivel, “Redes de poder”, El Financiero, 27 de agosto.
Partido de la Revolución Democrática.
El PRD se metió involuntariamente en una encrucijada que le hará trabajar horas extras durante todo el mes de agosto.
Al PRD le tocará presidir la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados a partir del primero de septiembre, fecha en que se instala el periodo ordinario de sesiones y presenta su primer informe de gobierno el presidente Felipe Calderón.
Los perredistas no saben en estos momentos qué hacer con esa papa caliente que representa el que sea un diputado de su partido quien que tenga la obligación de responder el informe del Ejecutivo federal.
José Contreras, “Expediente Político”, Crónica, 28 de julio.
El presidente de la Mesa Directiva tendría que empezar por ordenar al personal de resguardo de la Cámara de Diputados que impidan el acceso al recinto de San Lázaro al “señor Felipe Calderón”.
Pero si ordena esto se mete en un serio problema legal, porque el artículo 69 de la Constitución obliga al Presidente de la República a presentarse a entregar un informe por escrito.
Impedirle el acceso a Calderón violaría este precepto y haría al presidente de la Mesa Directiva susceptible de enfrentar un juicio político.
Una de las opciones ha sido considerada por algunos diputados de este partido, es permitirle el acceso a Felipe Calderón al recinto, pero que el presidente de la Mesa Directiva dé por terminada la sesión en cuanto terminen las posturas de los partidos políticos, lo que podría hacer sin violar la ley.
José Contreras, “Expediente Político”, Crónica, 28 de julio.
Dentro de la corriente de Nueva Izquierda, que en breve tomará el control del PRD, considera que esa salida no le convendría a su partido en términos de imagen, pues quedaría nuevamente como intolerante y rijoso ante la opinión pública.
En privado, los perredistas comentan que la actitud supuestamente bélica del coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, cuando advierte que “habrá sorpresas” y que “a lo mejor no hay informe” en realidad lo que busca es encarecer la negociación para que el primer informe de Calderón transcurra sin incidentes graves.
José Contreras, “Expediente Político”, Crónica, 28 de julio.
Jesús Ortega es Sísifo ante el cerro de las izquierdas: empuja la roca de su ambición de mando y en cuanto avizora la cumbre la ve rodar hasta abajo. Una y otra vez. Desde las alturas, entre las nubes, reina Andrés Manuel López Obrador, "presidente legítimo", predicador peregrino, voz que clama en el desierto, no el que vendrá después, sino por él mismo, ajeno a que su reino no es de esta tierra. Por eso, Carlos Navarrete y Javier González Garza preparan la fiesta del no informe y afirman que es un acto sin la menor importancia
León García Soler, “A la mitad del foro”, La Jornada, 29 de julio.
Los perredistas traen una fortísima grilla por una posición que resulta francamente jugosa para ellos: la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados a partir del 1 de septiembre y cuyo legislador sería el encargado de responder el primer informe de gobierno del presidente Felipe Calderón. El coordinador del PRD en San Lázaro, Javier González Garza, hizo un destape de escopeta: la vicepresidenta de la Cámara, Ruth Zavaleta, Juan N. Guerra, Raymundo Cárdenas, Tonatiuh Bravo, presidente de la Comisión de Educación, y el vicecoordinador Javier Calzada. Nos dicen que en la fracción no descartan que el “borregazo” lo haya soltado El Güero González Garza para meterle “ruido” a doña Ruth. Esto va a la par con las declaraciones del coordinador del PRD en el Senado, Carlos Navarrete, sobre algunas “sorpresas” para el informe del mandatario
“Bajo reserva”, El Universal, 30 de julio.
Que dice Alejandro Chanona, de Convergencia, que su partido se deslinda de escándalos y violencia en el Primer Informe. Como si alguien del FAP de López Obrador se mandara solo. Ya veremos al diputado Chanona, gritar, abuchear y tirar golpes, si como seguramente ocurrirá, el jefe real ordena tronar la sesión.
Pepe Grillo, Crónica, 31 de julio.
Si Carlos Navarrete no dijo mentirotas, el I Informe del presidente Calderón será un acto civilizado.
Ni gritos ni pancartas ni asaltos a la tribuna.
Navarrete dijo que habrá sorpresas en la Cámara ese día.
La sorpresa sería que los perredistas de las tribus se porten como legisladores y no como una turba violenta.
Y la promesa sonó más a amenaza
Pepe Grillo, Crónica, 2 de agosto.
En el aún incierto panorama de cómo transcurrirá el primer Informe de gobierno de Felipe Calderón, la única certeza hasta ahora parece ser que los mexicanos veremos una imagen inédita en lo que va del sexenio: en la misma mesa, sentados y codo a codo, aparecerán el Presidente y un miembro destacado del PRD que encabezará la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y tendrá a su cargo la respuesta al Informe del mandatario, al que ese partido aún no reconoce cabalmente.
Pero aunque esa fotografía tan esperada puede casi darse por hecho —y al momento de producirse representaría un reconocimiento tácito del perredismo a la Presidencia de Calderón—, lo que no se sabe aún es si el partido de la izquierda decide dar respuesta al Presidente y si lo hace cuál sería el tono del discurso y la actitud de los congresistas amarillos
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 2 de agosto.
El problema para el PRD está más, en este momento, hacia adentro que afuera. El ala más moderada dice que el partido debe estar presente en el Informe de Calderón, presidir la sesión de Congreso, y aceptar que con eso se establezca comunicación con la Presidencia, aún cuando acepta que se debata si debe haber respuesta y en qué tono debe darse.
Pero el ala radical dice que permitir que se produzca el Informe de gobierno y más aún, que el PRD lo responda, es legitimar la Presidencia de Calderón y traicionar y aniquilar al movimiento de resistencia de Andrés Manuel López Obrador
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 2 de agosto.
Mientras, el coordinador del PRD en el Senado sigue lanzando amenazas: que si no habrá reforma fiscal, que si el 1 de septiembre le esperan sorpresas al Presidente, que si ese día lo usarán para que el Congreso se luzca. Carlos Navarrete se negó a decir cómo se comportará su partido el día del Informe presidencial porque eso, dijo, es una decisión del partido. A su juicio, el formato de la ceremonia es obsoleto y ya no da para más, pero cuando se presentó la propuesta de cambio, el PRD se negó a discutir el tema
“Binoculares”, El Gráfico, 7 de agosto.
Los perredistas tropezaron con el I Informe. Javier Santos Arreola pidió diálogo respetuoso con Calderón. Javier González Garza se negó a debatir, para no reconocer a Calderón como Presidente. Y Leonel Cota, mandará a su bancada a dejar el salón o a darle la espalda “al Presidente Calderón”. Regañada que se llevará
Pepe Grillo, Crónica, 8 de agosto.
El PRD dice que no, para variar. Es entendible desde su posición: ¿cómo van a debatir con alguien a quien no reconocen? Es un dilema cartesiano, como dijo el otro día Rafael Cardona: debato, luego existes. Y ahora peor porque les toca la presidencia de la Cámara de Diputados y por lo tanto “contestar el Informe”. Y llamar a la fuerza pública, pero esa es otra historia. Carlos Navarrete contraataca: que la propuesta es para hacerlos ver mal porque tienen miedo de la estrategia que seguirán el 1 de septiembre y que, claro, no van a adelantar.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 10 de agosto.
Que si lo dejarán hablar o no, que si pancartas o no, que si retiran a la policía en cuanto asuman la Presidencia de la Cámara.
De eso hablan y hablan los perredistas todos los días, y se hacen bolas.
Pero el verdadero dilema es si contestan o no al Informe del presidente Felipe Calderón.
Si no lo hacen es que no quieren la Presidencia de la Cámara.
Si lo hacen, aunque sea para insultar, reconocerán que Felipe Calderón es el Presidente de México… y ellos, unos legisladores léperos.
Además que recibirán el mensaje del jefe real: ¡Ya ni me dirijan la palabra!
Pepe Grillo, Crónica, 11 de agosto.
Y el caso más emblemático es el del PRD en los tiempos del gobierno de Felipe Calderón. ¿Cuál es el problema en el primer Informe de Gobierno de Calderón? ¿Por qué el PRD pretende reventar ese ritual? La respuesta no parece estar en el terreno de la ciencia política, sino de la siquiatría. Y es que el PRD quiere usar el Informe de Gobierno para insistir en la rentabilidad política del desprestigio del gobierno de Calderón. Pero la del partido amarillo parece más bien una estrategia hepática, porque si sus diputados y senadores apelaran a la sensatez, en el primer Informe de Gobierno tendrían misiles suficientes para exhibir a un gobierno que en su primer año poco ha ofrecido de lo que prometió en los tiempos de campaña.
Al reventar la ceremonia del Informe, en realidad los legisladores del PRD parecieran dispuestos a darle al presidente Calderón todas las ventajas para salir bien librado de ese compromiso anual, además de que en una jugada “de fantasía”, los estrategas de Los Pinos les arrebataron las banderas a la oposición en general, y a los perredistas en particular, al proponer un diálogo entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, con motivo del Informe. Los estrategas de Calderón le arrebataron a los amarillos un estandarte fundamental —el del diálogo entre poderes— y los exhibieron como intolerantes e incapaces para emplear la herramienta fundamental de la política: el diálogo.
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 12 de agosto.
Igual que el 1 de diciembre del 2006, fecha en que tomó posesión Felipe Calderón Hinojosa, el PRD se enfrenta, con el próximo Informe de gobierno, a una decisión complicadísima. Sus tribus y corrientes internas se han dividido en dos grupos opuestos, encontrados, que pugnan por posiciones que chocan y parecen irreconciliables. “Ser institucional y asumir el liderazgo del Congreso o seguir en la protesta eterna, en la resistencia y la movilización per se”, esa es la cuestión que enfrenta el perredismo.
Hasta ahora, el partido de la izquierda se ha mantenido, haciendo malabares, en las dos pistas simultáneamente. Mientras un ala perredista, encabezada por Andrés Manuel López Obrador, desconoce a las instituciones y habla de ilegitimidad, la otra forma parte de esas instituciones, cobra en ellas y participa en la práctica, en el proceso de diálogo y negociación política, aunque también mantengan un discurso crítico y evite tratar directamente con el titular del Poder Ejecutivo.
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 13 de agosto.
Al parecer, a Andrés Manuel López Obrador lo volvió a picar el insecto que lo atacó durante la campaña del 2006. Si entonces decía que no le entraba al debate porque le daba “flojera”, ahora dice que el Informe de gobierno del presidente Felipe Calderón le produce el mismo sopor, y que ese hecho no le interesa a la población. Aunque sus compañeros de partido no piensan lo mismo, y lo quieren impedir
“Binoculares”, El Gráfico, 13 de agosto.
La identidad perredista está perdida. Una mera finta del presidente Calderón los desconcierta y encona. El panista dice que quiere debatir con los legisladores en el Informe Presidencial -que de concretarse sería el cumplimiento de un anhelo histórico de los perredistas- y en las tribus del partido del sol se descomponen. Si van al Informe y discuten con Calderón, legitimarán su mandato. Si intentan no dejarlo pasar al Congreso o acuden a gritarle para impedirle que use la palabra, desperdiciarán la posibilidad de cambiar en las formas un tema de fondo.
Su conducta reactiva, meramente contestataria, lo ha ido aislando en los niveles ya reflejados en las urnas y en las propias decisiones que inciden en la vida del país. En 1988 tuvo una conducta similar que lo llevó a tener en las elecciones legislativas de 1991 apenas 8 por ciento de los votos. Aunque hay diferencias esenciales con aquella etapa. Entonces, el PRD sufrió un acoso gubernamental incisivo y violento que llevó a la muerte a medio millar de sus militantes en medio de elecciones irregulares que culminaron con enfrentamientos armados.
Roberto Zamarripa, “Tolvanera”, Reforma, 13 de agosto.
El informe de gobierno desquicia a legisladores Durante mucho tiempo, cuando inventaron diputaciones y senadurías a los partidos de oposición, entre ellos el PRD, exigían que el Presidente de la República en turno acudiera al recinto legislativo para debatir, para cuestionar con vehemencia toda su política; buscaban exhibirlo y hacer sentir que no cumplía. Ahora, que el panista Felipe Calderón los convoca a un diálogo, hacen todo tipo de argumentaciones para evitar la confrontación directa.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 14 de agosto.
Los perredistas se basan en las "órdenes" de López Obrador, de rechazar todo contacto con el "ilegítimo", y aunque la mayoría de legisladores del sol azteca está a favor del debate y de discutir las reformas de Estado y la hacendaria, ahora dicen que no hay tiempo para cambiar el órgano de gobierno del Congreso de la Unión y saben que esa posición es insostenible, porque con un simple acuerdo parlamentario podrían superar el obstáculo.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 14 de agosto.
Es decir, por un lado, el PRD será responsable de conducir la sesión del 1 de septiembre en el Congreso, pero por el otro, deberá impedir que un grupo de legisladores de sus bancadas de diputados y senadores sean obstáculo para que el Presidente entregue su Informe en la misma sesión. Una contradicción entre la negativa del PRD a la seguridad extrema en el recinto del Congreso, y la necesidad de que el mismo PRD llame a la seguridad pública, para impedir que sus legisladores y militantes se movilicen para obstaculizar que el Presidente cumpla con el mandato constitucional. Más todavía, en su carácter de autoridad del Congreso, en la sesión del 1 de septiembre, el PRD deberá reconocer la legitimidad del presidente Calderón, cuanto el jefe del Ejecutivo haga entrega del Informe por escrito
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 15 de agosto.
El PRD abrió una ventana a la propuesta de debate durante el Informe presidencial hecho por Felipe Calderón. Luego de negar cualquier posibilidad, ayer dijeron que chance, siempre y cuando no se quemen las boletas de la elección de 2006
“Binoculares”, El Gráfico, 15 de agosto.
Está previsto que López Obrador aparezca en el acto de clausura del Congreso, el domingo 19, y se lleve una ovación de respaldo de los delegados.
El respaldo a la figura de AMLO se dará también en la decisión del PRD respecto al Informe del presidente Felipe Calderón. El acuerdo de las tribus se resume en un rechazo total a cualquier forma de diálogo o reconocimiento a la figura y el gobierno de Felipe Calderón. “Diálogo sí, pero en el Congreso”, dice el pronunciamiento que aprobarán los delegados perredistas
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 16 de agosto.
Ganó Calderón por un margen estrecho. Andrés Manuel López Obrador perdió la Presidencia al dilapidar una ventaja real en las encuestas, debido a su soberbia y a su desprecio por quienes no estaban con él. Vicente Fox intervino de manera irresponsable en favor del candidato del PAN. Luis Carlos Ugalde debió haber dado a conocer, la noche del 2 de julio, qué candidato iba arriba en los conteos, para evitar conflictos, como finalmente sucedió. El TEPJF tenía todos los elementos para anular la elección, al reconocer públicamente que Fox la puso en riesgo con su activismo. Y Roberto Madrazo perdió. De todo ello no hay duda.
¿Para qué, entonces, proponer una cursi Comisión de la Verdad? ¿Para seguir alimentando el inagotable despecho de AMLO o continuar entorpeciendo el avance democrático del país para satisfacer los rencores del caudillo? Ojalá que con el cónclave perredista que hoy se inicia, emerja un partido de izquierda con otra visión.
Modificar el formato del Informe presidencial no es la reforma política de fondo que necesitamos, pero sí un buen inicio
Martín Moreno, “Archivos del Poder”, Excélsior, 16 de agosto.
El PRD pierde y está en el peor de los mundos. La sola discusión del tema del informe implica el tácito reconocimiento de Calderón como Presidente de la República y ya ha provocado hasta el desliz de su propio dirigente, Leonel Cota. La situación se complica aún más ante el inminente arribo del PRD a la presidencia de la Mesa Directiva en San Lázaro, con lo que se convierte en el encargado de la conducción de la ceremonia de apertura de sesiones del Congreso, y de dar respuesta al informe presidencial, además de ser responsable de garantizar el orden en el recinto y la seguridad del Presidente y de todos los asistentes. La negativa a negociar cualquier formato que implique recibir a Calderón en el recinto parlamentario es consistente e indispensable para sostener la línea dura de cero relación con el Presidente “espurio”, pero pone nuevamente en apuros a las corrientes moderadas presentes en el Congreso y evidencia la contradicción de sus argumentos y posturas frente al rápido acuerdo alcanzado en la Asamblea del Distrito Federal sobre la modificación del próximo informe de labores del Jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.
Verónica Ortiz Ortega, Crónica, 18 de agosto.
Cumplir estrictamente con lo que establece la Constitución representaría para el PRD una salida decorosa, siempre y cuando no salgan del control a la mera hora legisladores como el senador Raymundo Cárdenas, quien en una reunión del FAP realizada el pasado martes propuso “jalar más la cuerda” al Ejecutivo.
Son muchas las voces dentro del PRD que pugnan por evitar que la imagen del partido caiga aún más. Exponen como argumento que desde el plantón de Reforma, y los actos de violencia en la Cámara de Diputados, su partido ha sufrido una severa baja electoral.
Por eso los coordinadores de las dos cámaras del Congreso prefieren negociar antes que caer nuevamente en una actitud de intransigencia que sólo les ha dejado un estigma de partido violento.
José Contreras, “Expediente Político”, Crónica, 18 de agosto.
En el PRD no hay más caudillo que el PRD, y la gente. Prefiero citar de memoria, dar el beneficio de la imprecisión a la frase tomada fuera de contexto y pasmosamente retomaría los mandamientos de un izquierdismo realmente existente. Con el temor al fantasma de Big brother en pantalla electrónica que proyectará el Informe de la discordia para que Marcelo Ebrard vea el espectáculo a distancia, porque tiene mucho trabajo
León García Soler, “A la mitad del foro”, La Jornada, 19 de agosto.
Andrés Manuel López Obrador recibió un torpedo en la línea de flotación de su barco legítimo. La mayoría de los delegados asistentes al décimo Congreso Nacional del PRD, integrada por Nueva Izquierda (Los Chuchos), aprobó que el partido sostenga debate con el gobierno de Felipe Calderón. Apenas el jueves pasado el tabasqueño dio línea: “El PRD sólo puede tener como caudillo al PRD”. Y le tomaron la palabra.
Desde luego, sus seguidores, encabezados por Alejandro Encinas, evitaron alguna crítica al desempeño de López Obrador en la campaña presidencial de 2006 y Los Chuchos le dieron en bandeja de plata el hecho de que el PRD no dejará que el Presidente de la República rinda su Primer Informe de Gobierno. Esto último, cuando las tribus habían sacado las lanzas por el tema del debate con el gobierno. Ya se verá el tamaño del boquete al barco lopezobradorista
“Bajo reserva”, El Universal, 20 de agosto.
Y después del espectáculo que dieron los perredistas en su congreso, ¿quién puede esperar un primer informe pacífico? Javier González Garza afirmó que no tomarán la tribuna, lo que hace pensar que harán algo peor. No vaya a ser que a alguno se le ocurra “desagraviar” a López Obrador.
Pepe Grillo, Crónica, 21 de agosto.
Y apenas el pasado fin de semana, a punto de terminar el décimo Congreso Nacional del PRD, el grupo Los Chuchos y sus aliados, propusieron al pleno de congresistas un cambio de última hora para que el PRD pudiera participar en el debate entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, a partir de 2008, una vez que la Reforma del Estado modifique el formato del Informe.
Y entonces “ardió Troya”. El grupo de delegados afines a los señores Bejarano y López Obrador soltaron a gritos la palabra más temida en el PRD a lo largo del más reciente quinquenio; la palabra “traición”. Así, Los Chuchos y sus aliados fueron motejados de todas las formas posibles asociadas a la temida “traición”. Les dijeron “panistas”. “fecales”, “yunquistas” y hasta aliados del “espurio”.
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 21 de agosto.
El rechazo no sólo al debate sino incluso a permitir que el mandatario pronuncie su discurso desde la tribuna tendrá seguramente un costo político para el PRD, mientras que fortalecerá al presidente Calderón. Cada vez que los mexicanos empiezan a olvidar los desplantes de intolerancia del PRD -como el plantón sobre el Paseo de la Reforma, el cierre de los accesos del Palacio Legislativo al presidente Vicente Fox en su último Informe, la toma de la tribuna legislativa y los golpes para impedir la entrada del presidente Calderón a su toma de protesta- los perredistas se encargan de recordárselos a la población. En este momento, el escenario más probable del 1o. de septiembre es que el presidente Calderón llegue al Palacio Legislativo, se le impida el acceso al pleno o a la tribuna, entregue su Informe por escrito y se vaya. Los perredistas festejarán, los panistas protestarán y los priistas culparán a unos y otros de cerrazón.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 21 de agosto.
Diputados del PRD adelantan que hay una fórmula para evitar un zipizape el 1 de diciembre: que el presidente entregue su informe y se retire sin dirigir un mensaje. Si no acepta, habrá guerra, para eso el PRD se cree dueño de la tribuna
“Binoculares”, El Gráfico, 22 de agosto.
Bejaranos y chuchos se dividieron durante los cuatro días del Congreso que comenzó el pasado jueves 16 de agosto. Y terminaron conviniendo en el tema fundamental tanto para las definiciones políticas del partido como, antes que nada, para los afanes de enfrentamiento que animan a López Obrador: el próximo 1 de septiembre el PRD impedirá, aseguran, que el presidente Felipe Calderón presente su informe de gobierno.
A esa coyuntural y confrontacionista medida redujeron las corrientes del PRD su decisión más significativa. Nueva Izquierda había logrado definiciones relevantes —como el mecanismo para que a la próxima dirección nacional del partido la elijan los militantes y no los ciudadanos que acudan a urnas abiertas y sin padrón como querían los bejaranistas— pero sus líderes se sobresaltaron cuando las corrientes más radicales los tildaron de gobiernistas.
Raúl Trejo Delarbre, “Sociedad y poder”, Crónica, 23 de agosto.
ME DECEPCIONAN POR IGUAL AMLO y Calderón, aunque reconozco en este último algunos grados más de astucia política. Pero el tema es AMLO y el Congreso perredista. Se jactaron de unidad y se dieron con todo, siguen entrampados en la línea del cacique hasta que éste acabe con el partido. ¿Por qué AMLO, por ejemplo, no se desliga definitivamente de Convergencia, ahora que los capos de ese partido ya dijeron que van por el diálogo en el formato del informe? Porque es oportunista pero no tonto. Su fin no es la gente, como dijo mientras salivaba en las cuartillas que leyó, sino la Presidencia en el 2012. En esta dinámica el PRD tiene más por perder conservándolo en sus filas que enfrentándolo definitivamente. Pero los chuchos, además de incapaces y corruptos, son cobardes. Para muestra hay que leer sus opiniones “moderadas” de un Congreso Extraordinario que sólo ellos vieron y cuyas conclusiones fueron modificadas después de un oportuno jalón de orejas del cacique que dice que no hay caciques. Los chuchos no tienen de otra: o recuperan al PRD de las tribus paralizadoras asumiendo costos políticos o le siguen haciendo al Tío Lolo.
David Gutiérrez Fuentes, “Perro Mundo”, Crónica, 23 de agosto.
Lo diferente, quizá, es la machacona necesidad de ir al cónclave y salir con su humo negro: no hay acuerdo.
Desde esta línea, Calderón no leerá su Informe; en todo caso, como su antecesor, lo entregará y se irá.
La pregunta es quién gana, porque el PRD no y Calderón, que no pierde, tampoco gana; los demás partidos no cuentan.
El único ganador, de acuerdo con su lógica, es López Obrador: él dice que no, y los suyos le siguen y se imponen. No se trata de tener razón, es un asunto de mando y él lo tiene y lo ejerce, haciendo de Calderón, de su gobierno y del Congreso sus rehenes.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, 23 de agosto.
Leonel Cota habla como si de verdad fuera el líder del PRD.
Dijo que el partido no hará movilizaciones en torno a San Lázaro.
Y ayer, Fernández Noroña que sólo respeta a López Obrador, lo desmintió.
Dijo que no sólo el día del informe, sino desde el viernes 31 instalará un plantón.
Y le puso hora: a las 10 de la mañana saldrán de la sede del sol azteca.
Como un reto a la policía, anunció que se van a quedar “permanentemente en tiendas de campaña”.
Pepe Grillo, Crónica, 24 de agosto.
Por cierto que el director de la firma mercadotecnia Eventum, Alfonso Noriega, asegura que un escándalo en el Congreso durante la lectura del primer informe de gobierno del Presidente, repercutiría directamente en contra del PRD, pues la imagen del Ejecutivo no va a caer, pero los perredistas sí perderían su capital político y se mostrarían como una organización mexicana que rechaza las instituciones.
El PRD ha perdido popularidad y aceptación al caminar a través de la vía de la ilegalidad. El rechazo ciudadano hacia los legisladores del sol azteca va en aumento y ocho de cada diez ciudadanos aseguran que la imagen de ellos es nefasta.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 24 de agosto.
Como si fuera una gracia, el PRD llegó al sesudo acuerdo de impedir que el presidente Felipe Calderón rinda su primer informe de gobierno el próximo primero de septiembre. Entonces se vuelve realidad el chiste de que cuando los perredistas pierden el sentido en vez de volver en sí, vuelven en no. Se quedaron como discos rayados con su fraude electoral y con su voto por voto, pero hasta en el interior de su propio partido.
No les ha importado perder la simpatía y los votos de la gente, lo cual quedó de manifiesto en las pasadas elecciones estatales. En lugar de representar y buscar respuestas a las inquietudes de quienes votaron por el PRD, algunos de sus cuadros dirigentes buscan eternizar el caos que no conduce a nada bueno para nadie.
Si bien, como se ha dicho, el formato del informe de gobierno es obsoleto, ello se ha señalado por lo menos en los últimos tres sexenios y nadie ha hecho nada para cambiarlo. Así que se trata hoy por hoy del formato vigente y todos deben cumplirlo, empezando por los propios legisladores.
No es justo que por el berrinche de unos cuantos se prive al país entero de su derecho a estar informado y se mantenga la parálisis legislativa que nos aqueja desde hace décadas.
César Castruita, “Los pasos de los pesos”, Crónica, 25 de agosto.
El próximo 1 de septiembre no habrá presentación del informe y sí un nuevo espectáculo del perredismo más irracional. Pero el problema seguirá siendo para el PRD, porque no se trata de una ceremonia más, sino de aceptar o no la realidad. Su reciente congreso ha probado que el tabasqueño domina las protestas pero ya no el aparato del partido, y que cada vez es más rechazado su programa personal. El ritual del informe pasará, pero Calderón seguirá siendo Presidente y la imagen del PRD seguirá siendo la de un partido que no aprende a ser institucional
Rogelio Hernández Ramírez, El Universal, 25 de agosto.
La segunda cosa interesante es que hay una enorme ironía: los líderes del partido han rechazado reconocer a Calderón pero admiten que eso no significa que no estén negociando miles de cosas distintas con miembros del gabinete, del gobierno o de la federación. Incluso están negociando que el primer informe transcurra en calma. En otras palabras, no reconocer al Presidente es un show ruidoso y estrafalario (como meter el pene a una aspiradora, por ejemplo) pero cuyo objetivo es sólo entretener, distraer. En la práctica, el PRD sí está negociando con el gobierno electo, y eso significa que lo reconoce. Entonces, ¿por qué tanto show? / Porque, al igual que al enano, lo que más le duele a AMLO es la dignidad. Y para él, admitir un error es debilidad, es vergüenza. Y es por eso que hoy no es Presidente de la República.
Andrés Pascoe, Crónica, 25 de agosto.
El coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, reconoció lo que analistas políticos y perredistas autocríticos se han cansado de decir: que la actitud de confrontación perjudica a su partido.
Navarrete afirmó que el primero de septiembre los legisladores perredistas se comportarán a la altura de las circunstancias para no afectar con su imagen al candidato al gobierno de Michoacán.
No es que Navarrete haya decidido dejar para otra ocasión su beligerancia verbal a que nos tiene acostumbrados.
Lo que pasa es que Leonel Godoy presentó a diputados y senadores encuestas que no le garantizan su triunfo.
Y les advirtió que una imagen de partido violento puede llevar a que el PRD pierda, en noviembre, su estado emblema.
Pepe Grillo, Crónica, 26 de agosto.
El problema es que a cinco días, no hay nada cierto sobre el Informe Presidencial.
Y es que López Obrador los trae como borreguitos, y se dejan llevar.
Que no dejen pasar al presidente Felipe Calderón, que pase pero que no lo dejen hablar desde la tribuna.
Que en lugar de tomar la tribuna, abandonen el salón de sesiones cuando llegue el Presidente.
Los pobres diputados y senadores todavía no saben lo que harán.
Pepe Grillo, Crónica, 27 de agosto.
Los lopezobradoristas se desconcertaron ante la propuesta del Ejecutivo y primero dijeron que sí debatían, pero luego se acordaron que "es espurio" y que ellos tienen un "presidente legítimo" en Andrés Manuel López Obrador y, por lo tanto, acordaron que no permitirán que Calderón ocupe la tribuna del Congreso el día del informe.
Este forcejeo, que resulta infantil y hasta ridículo, parece tener de fondo una doble obsesión: de un lado, la de los lopezobradoristas que se niegan a reconocer la presidencia de Calderón, y de otro, la del jefe del Poder Ejecutivo, quien también parece empeñado en alcanzar la legitimidad que no le conceden los partidos de izquierda.
Alejandro Ramos Esquivel, “Redes de poder”, El Financiero, 27 de agosto.
Lo hicieron también teniendo enfrente un dato: el candidato perredista en Michoacán, Leonel Godoy, está, a tres meses de las elecciones, apenas tres puntos arriba de su contrincante panista, Salvador López Orduña. Siendo el Presidente de origen michoacano, los sectores moderados del PRD coincidieron en aceptar que impedir el Informe simplemente acabaría con esa mínima diferencia desde ahora. Y este año (incluso en 2008) para el PRD no hay nada más importante que Michoacán: perder ese estado presagiaría el mayor de los desastres de cara a 2009. Y entonces confirmaron una línea dialoguista e institucional, que se reflejó con la candidatura de Ruth Zavaleta
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 27 de agosto.
González Garza, por cierto, llegó ayer a la reunión de la Junta de Coordinación Política, órgano de gobierno de la Cámara de Diputados, con una disposición nunca vista para llegar a acuerdos, a fin de que el Informe se desarrolle con normalidad. "Estaba como sedita", ilustró alguno de los coordinadores presentes.
El Güero manifestó la disposición de su bancada a respetar la Constitución y no provocar que el Palacio Legislativo se convierta en un palenque. Hizo propuestas. Pidió discreción. No le extrañe que el mensaje del Ejecutivo sea el más corto de la historia y que la ceremonia, antes de que el Presidente llegue a San Lázaro, se modifique. El hombre coincide con Zavaleta en sus afirmaciones de que es el Presidente constitucional y que, en esa calidad, la próxima presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados tendrá que enviarle los oficios y las iniciativas aprobados.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 28 de agosto.
Partido Revolucionario Institucional.
El PRI dice que tampoco.
¿Por qué? Porque no está en la ley. Bueno, tampoco no está. Así como no está el mensaje que suele dar el Presidente y que antes era un día maratónico de lectura y aplausos. En la ley sólo está que el Presidente debe asistir y entregar el informe, punto. Se puede llegar a un simple acuerdo parlamentario. Y además, la verdad, como si en otras ocasiones no se hubiera cambiado la ley fast track, en innumerables ocasiones. Manlio Fabio Beltrones dice que sí aceptarían el debate, pero despuecito. Igual anda Emilio Gamboa: que para febrero o marzo del 2008.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 10 de agosto.
En la Cámara de Diputados hay molestias y nos aseguran los legisladores priistas que no aceptarán que las instalaciones se conviertan en un búnker en previsión de la ceremonia del Primer Informe de Gobierno de Felipe Calderón, pero también nos aseguran que tampoco permitirán que se relaje la seguridad y se ponga en riesgo la integridad de los diputados, senadores e invitados especiales y el Presidente de la República.
Nos dicen que panistas y perredistas tienen que ponerse de acuerdo para que la ceremonia se trasmita sin escándalos y perjudique nuevamente la imagen de los legisladores.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 13 de agosto.
Los legisladores del PRI aceptaron debatir con el presidente Calderón en la Cámara.
Pero advirtieron que no hay forma de convencer al PRD.
Emilio Gamboa fue claro: “…están disciplinados a López Obrador, él les ordenó que no haya debate”.
Y dijo que los perredistas ni siquiera dejarán entrar a Calderón al Salón de Sesiones.
Gamboa prevé violencia en el I informe
Pepe Grillo, Crónica, 14 de agosto.
El priista Emilio Gamboa, a quien se le ha visto muy limitado en esta discusión, prefiere irse con la propuesta de Manlio Fabio Beltrones, para que el debate se haga semanas después. En forma medrosa dice que teme por un escándalo en el recinto de San Lázaro y que de nueva cuenta se culpe de ello a los diputados, como sucedió en septiembre del año pasado.
Gamboa Patrón también condiciona la aprobación de la reforma hacendaria, si antes no se hace lo mismo con la reforma electoral e incluir el régimen fiscal de Pemex, en la misma línea que lo ha presentado el sonorense Beltrones. "Estamos condicionando tres reformas fundamentales" y así quieren que la gente tenga buena opinión de los legisladores.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 14 de agosto.
Un partido, el PRI, sin rumbo fijo, en indefinición doctrinal, con una lideresa opacada por los dirigentes en el Congreso, que reaccionan en forma casuística a lo que se va presentando, sobre todo para servir a sus propios proyectos, que no son necesariamente los del partido en su conjunto, como la grandilocuente “Reforma del Estado”, que se trata de orientar, en cualquier oportunidad, hacia un ilusorio cambio de régimen político. Así, en la estéril y ridícula discusión sobre el informe presidencial del 1º de septiembre, el senador Beltrones dice al presidente Calderón que “no debe olvidársele nunca que lo que México necesita es un cambio no nada más al formato del informe presidencial, sino un cambio de sistema presidencialista, que a ultranza no ha dado información suficiente ni tampoco ha respetado lo que es la transparencia de sus acciones” (whatever that means, subrayado mío).
Juan José Huerta, Crónica, 17 de agosto.
El PRI, que también en este tema se convierte en el "fiel de la balanza", ha manifestado en voz de su coordinador en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, que es procedente la propuesta de Calderón, pero no el 1 de septiembre, sino en un debate posterior al informe.
La posición de los legisladores del tricolor, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, es que "no hay condiciones" para un acto de esa naturaleza, por lo que estiman que lo más conveniente es que Calderón se limite a cumplir con lo que marca la Constitución y que entregue el informe por escrito.
Con esta posición, los priistas dejan ver que no están dispuestos a repetir su actuación del 1 de diciembre de 2006, cuando fueron clave para hacer posible la toma de protesta de Calderón en el Congreso, a pesar de las airadas protestas de los seguidores de López Obrador.
Y es que, a su juicio, ya no hay lugar para "el machismo político" ni hace ninguna falta que la ceremonia del 1 de septiembre se produzca en los términos en que la propone Calderón, sobre todo cuando no se ha legislado un cambio de formato ni hay una agenda definida para el debate con los partidos.
Alejandro Ramos Esquivel, “Redes de poder”, El Financiero, 9 de agosto.
Los senadores del PRI flexibilizaron ayer su posición sobre un debate entre Calderón y los congresistas el día del Informe. “Podría analizarse el debate el 1 de septiembre o después”, dijeron ayer en la plenaria del grupo parlamentario. Si el PRI acepta modificar el formato, el PRD se quedaría aislado y sus protestas perderían sentido…
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 14 de agosto.
El líder de los diputados del PRI, Emilio Gamboa, dijo que el presidente Felipe Calderón no debe insistir en el uso de la tribuna en San Lázaro, pues no hay condiciones; en tanto, el coordinador en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, propuso que el mandatario acuda a debatir con los diputados en la glosa del Informe y el primero de septiembre se limite a cumplir lo establecido en la Constitución
Miguel Ángel Rivera, “Clase Política”, La Jornada, 14 de agosto.
Ante la propuesta de Felipe Calderón toda la oposición expresa el tamaño de su visión y sus intereses. El PRI ha dicho por conducto de su coordinador, Emilio Gamboa, que aceptan debatir, "pero hasta febrero". ¿Por qué hasta entonces, nos preguntaríamos? Por otra razón mezquina: en febrero el debate sería por acuerdo del Legislativo, obligando al Presidente a comparecer, con lo cual el Ejecutivo estaría sometido al Legislativo, no en condiciones de igualdad, como sería en el marco del Informe presidencial, que sería un cambio estructural. ¿Los motivos del priísmo?: la reforma contra el presidencialismo no puede venir del Presidente, sino de ellos, de los que dominan el Congreso de la Unión desde la tercera fuerza electoral, gracias a la automarginación del lopezobradorismo
Marco Rascón, La Jornada, 14 de agosto.
Por lo pronto, el PRI gana. Tal como lo hiciera el pasado 1° de diciembre cuando “aconsejaban” a Felipe Calderón tomar protesta como Presidente de la República en una sede alterna al Congreso, el PRI nuevamente apela a la “prudencia” presidencial por encima de la legalidad. En lugar de defender sin ambigüedades el cumplimiento del mandato constitucional, la resistencia del PRI a aceptar el debate con el Presidente obedece más a su obsesión por no cederle una victoria gratuita a Felipe Calderón y, en cambio, subirle más el precio de su aval a las propuestas del Ejecutivo. El PRI saca partido de cada día que pasa sin acuerdos fundamentales y ha sido el beneficiario directo del sistemático enfrentamiento entre el PRD y el PAN, lo cual no ha hecho sino reforzar su papel de fiel de la balanza en el Congreso de la Unión.
Verónica Ortiz Ortega, Crónica, 18 de agosto.
Ese llamado que hace Emilio Gamboa Patrón al presidente Felipe Calderón para que “respete al Poder Legislativo” es calificado de “raro”, pues el Ejecutivo ha sido comedido en todo momento con diputados y senadores. Quien sí ha sido grosero, nos dicen, es el clero que a través del Episcopado le llama la atención al Legislativo e inclusive lo tilda de irresponsable.
Para el político yucateco el hecho de que el Presidente les pida que aprueben la reforma hacendaria es una falta de respeto y siente que reciben una presión, o sea que sólo los diputados pueden cuestionar a quien le da la gana. Gamboa Patrón dice que en lo tocante al informe hay que darle “una salida digna al presidente Felipe Calderón, sin que ocurra un acto bochornoso”.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 21 de agosto.
Los priístas, que han fungido de intermediarios en la negociación, han dicho al PAN y al gobierno que un acto republicano y breve en el Salón de Protocolos es la opción más viable y segura para cumplir con el mandato constitucional que obliga al Presidente a acudir al Congreso y entregar el Informe por escrito.
El problema es que ni los panistas ni Calderón aceptan, hasta ahora, que el primer mandatario no sea recibido en el salón de plenos ni pueda subir a la tribuna legislativa para presentar su Informe. Para la casa presidencial, es casi un imperativo que el mandatario pueda llegar hasta el pleno legislativo y pisar la tribuna, aún cuando no pueda dar su mensaje político, que ya está listo para transmitirse por radio y televisión en cadena nacional
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 29 de agosto.
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