La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) demandó a las autoridades tomar medidas que mejoren la seguridad, protección y derechos de los migrantes, ante el alza en las quejas recibidas por secuestro de extranjeros indocumentados en el país.
El organismo advirtió en un comunicado sobre el aumento de los casos de extorsión, de los que son responsables bandas de delincuentes de las que forman parte ex agentes policiacos o grupos delictivos que cuentan con la "tolerancia o complicidad" de autoridades.
Los estados donde se registran más casos, destacó, son Tabasco, Veracruz, Oaxaca y Chiapas.
"La CNDH considera que en momentos en que la sociedad enfrenta una crisis en los esquemas de la seguridad pública, es importante no perder de vista la difícil situación que enfrenta un grupo social tan vulnerable como el de las personas migrantes, afectado por la acción incontrolada e impune de bandas del crimen organizado", indicó el organismo.
Urgió a las autoridades a desarrollar actividades específicas en la materia, y a que cumpla con su responsabilidad para inhibir la creciente actividad de esos grupos delictivos.
El organismo afirmó haber recabado testimonios directos y recibido otros de casas de ayuda a migrantes sobre víctimas de secuestro que han sido extorsionados hasta en tres ocasiones.
Según la CNDH, es común que los migrantes no presenten denuncia ante el Ministerio Público, por temor a ser llamados a comparecer, detenidos, asegurados o expulsados, y porque su prioridad es continuar su viaje hacia Estados Unidos.
Informó que en cinco casos ha asistido a personas migrantes en la presentación de sus denuncias.
La CNDH ha documentado que los delincuentes ubican, sorprenden y secuestran a sus víctimas en las cercanías de casas de ayuda a migrantes o de estaciones de autobuses y hoteles, o en los "caminos de extravío", en vías y estaciones ferroviarias; los llevan a casas de seguridad, les quitan sus pertenencias, los amenazan y golpean para que proporcionen números telefónicos de sus familiares.
En otros casos, los delincuentes se presentan como polleros y, al llegar a la frontera, los privan de la libertad y los obligan a gestionar con su propia familia el pago de un rescate.
En estos casos, si la persona intenta escapar recibe un escarmiento ante sus compañeros, para inhibir cualquier intento de fuga.
El cautiverio puede durar meses, tiempo en que los secuestrados duermen en el piso, reciben escasa alimentación y las mujeres suelen ser víctimas de abuso sexual.
La CNDH encontró casos de secuestro que afectan desde a una sola persona, hasta cien en un mismo evento. Los lugares donde se ha efectuado la mayor parte de los secuestros de migrantes son Balancán y Tenosique, en Tabasco; Coatzacoalcos y Tierra Blanca, en Veracruz; Ixtepec, Oaxaca; Huixtla o La Arrocera, Pijijiapan, Arriaga, Tuxtla Gutiérrez y Palenque, en Chiapas.
Asimismo, se tiene conocimiento de casos en Ciudad Juárez, Chihuahua; y en las afueras de la capital de San Luis Potosí, así como en lugares inmediatos a la frontera, en Sonora, Tamaulipas y Coahuila.
El organismo advirtió en un comunicado sobre el aumento de los casos de extorsión, de los que son responsables bandas de delincuentes de las que forman parte ex agentes policiacos o grupos delictivos que cuentan con la "tolerancia o complicidad" de autoridades.
Los estados donde se registran más casos, destacó, son Tabasco, Veracruz, Oaxaca y Chiapas.
"La CNDH considera que en momentos en que la sociedad enfrenta una crisis en los esquemas de la seguridad pública, es importante no perder de vista la difícil situación que enfrenta un grupo social tan vulnerable como el de las personas migrantes, afectado por la acción incontrolada e impune de bandas del crimen organizado", indicó el organismo.
Urgió a las autoridades a desarrollar actividades específicas en la materia, y a que cumpla con su responsabilidad para inhibir la creciente actividad de esos grupos delictivos.
El organismo afirmó haber recabado testimonios directos y recibido otros de casas de ayuda a migrantes sobre víctimas de secuestro que han sido extorsionados hasta en tres ocasiones.
Según la CNDH, es común que los migrantes no presenten denuncia ante el Ministerio Público, por temor a ser llamados a comparecer, detenidos, asegurados o expulsados, y porque su prioridad es continuar su viaje hacia Estados Unidos.
Informó que en cinco casos ha asistido a personas migrantes en la presentación de sus denuncias.
La CNDH ha documentado que los delincuentes ubican, sorprenden y secuestran a sus víctimas en las cercanías de casas de ayuda a migrantes o de estaciones de autobuses y hoteles, o en los "caminos de extravío", en vías y estaciones ferroviarias; los llevan a casas de seguridad, les quitan sus pertenencias, los amenazan y golpean para que proporcionen números telefónicos de sus familiares.
En otros casos, los delincuentes se presentan como polleros y, al llegar a la frontera, los privan de la libertad y los obligan a gestionar con su propia familia el pago de un rescate.
En estos casos, si la persona intenta escapar recibe un escarmiento ante sus compañeros, para inhibir cualquier intento de fuga.
El cautiverio puede durar meses, tiempo en que los secuestrados duermen en el piso, reciben escasa alimentación y las mujeres suelen ser víctimas de abuso sexual.
La CNDH encontró casos de secuestro que afectan desde a una sola persona, hasta cien en un mismo evento. Los lugares donde se ha efectuado la mayor parte de los secuestros de migrantes son Balancán y Tenosique, en Tabasco; Coatzacoalcos y Tierra Blanca, en Veracruz; Ixtepec, Oaxaca; Huixtla o La Arrocera, Pijijiapan, Arriaga, Tuxtla Gutiérrez y Palenque, en Chiapas.
Asimismo, se tiene conocimiento de casos en Ciudad Juárez, Chihuahua; y en las afueras de la capital de San Luis Potosí, así como en lugares inmediatos a la frontera, en Sonora, Tamaulipas y Coahuila.
Reforma, 6 de octubre.
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