El presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Guadalupe Acosta Naranjo, pronosticó una votación a favor de la reforma energética y descartó una toma de la tribuna legislativa en la sesión de este martes en la Cámara de Diputados; en tanto, el investigador de la UNAM Luis Javier Garrido hizo un llamado a detener la “aprobación fast track” de los dictámenes ya aprobados en el Senado, por ser una “verdadera contrarreforma”. A su vez, los legisladores del PRI José Murat y del PRD Ricardo Monreal y Juan N. Guerra exhortaron a sus correligionarios a modificar el artículo 60 de la Ley de Petróleos Mexicanos (Pemex), para evitar que se entreguen áreas o bloques de explotación y producción a una sola empresa.
En tanto, el coordinador de los senadores del partido del sol azteca, Carlos Navarrete Ruiz, confió en que en la sesión de este martes los diputados federales de su partido impulsen un voto favorable en lo general de los siete dictámenes de reforma energética, que voten en lo particular los cinco dictámenes aprobados en el Senado y hagan las reservas en los puntos específicos, con propuestas alternativas de texto.
Por su parte, el secretario general del Partido Convergencia, Pedro Jiménez León, declaró a ese instituto político “firme y en la lucha” en cuanto al respaldo a la resistencia civil pacífica que encabeza Andrés Manuel López Obrador en contra de la pretensión del gobierno federal y de un gran número de legisladores que buscan dejar “rendijas” en la reforma petrolera para permitir privatizaciones en el sector.
El presidente nacional perredista, Guadalupe Acosta Naranjo, habló en entrevista sobre la posibilidad de que este día en la sesión camaral, en lo individual haya diputados de su partido decididos a votar en contra de los dictámenes de la reforma energética, pero adelantó que el grueso de legisladores votarían a favor porque “encontramos que no hay posibilidad en ninguno de los aspectos del petróleo, ni de la industria energética en su conjunto, y creemos que se preserva la propiedad de la nación, sobre todo en lo que el artículo 27 (constitucional) estipula”. Si hubiese un viso de privatización, añadió, “seríamos los primeros en estar protestando, pero no lo hay”, y votar por la aprobación de la reforma es “la decisión del grupo parlamentario”.
Paralelamente, durante su participación en el debate Reforma petrolera: la negociación oculta, los legisladores José Murat, Ricardo Monreal y Juan N. Guerra advirtieron que con las modificaciones a la iniciativa de reforma que presentó el presidente Felipe Calderón ya se eliminó el riesgo de dar porcentajes de la renta petrolera a las empresas nacionales y extranjeras que participen en actividades de exploración.
Pero, alertó Guerra, “existe el riesgo de que se le dé la vuelta a la Constitución para que a una empresa se le asigne un área donde explore no sólo un pozo, sino un terreno”. Para Murat, la propuesta enviada por Calderón al Senado “quedó totalmente distinta”, aunque denunció que en el tema de los bloques de explotación hubo trampas, porque “se fueron por la puerta de atrás; hicieron una serie de definiciones para hacerlo por la vía de la ley secundaria”.
A su vez, el politólogo Luis Javier Garrido indicó que con la reforma petrolera quedó al desnudo que “los legisladores son colaboradores de pactos en secreto”, tras advertir que debe “detenerse por ser lesiva a los intereses de la nación”.
Por su parte, el senador Monreal exigió una redacción muy clara para evitar que se deje a la libre interpretación la reforma petrolera, y denunció que “90 por ciento de los senadores desconocen lo que aprobó”.
Al respecto, Pedro Jiménez León, secretario general del Partido Convergencia, también exigió que los legisladores puntualicen en las iniciativas petroleras que no se incluyan contratos para exploración y perforación, asignando bloques o áreas exclusivas a empresas trasnacionales, como pide, dijo, López Obrador con la inclusión de 12 palabras en la reforma, porque con el agregado del texto “sí se cerraría la puerta a la privatización”.
En tanto, el coordinador de los senadores del partido del sol azteca, Carlos Navarrete Ruiz, confió en que en la sesión de este martes los diputados federales de su partido impulsen un voto favorable en lo general de los siete dictámenes de reforma energética, que voten en lo particular los cinco dictámenes aprobados en el Senado y hagan las reservas en los puntos específicos, con propuestas alternativas de texto.
Por su parte, el secretario general del Partido Convergencia, Pedro Jiménez León, declaró a ese instituto político “firme y en la lucha” en cuanto al respaldo a la resistencia civil pacífica que encabeza Andrés Manuel López Obrador en contra de la pretensión del gobierno federal y de un gran número de legisladores que buscan dejar “rendijas” en la reforma petrolera para permitir privatizaciones en el sector.
El presidente nacional perredista, Guadalupe Acosta Naranjo, habló en entrevista sobre la posibilidad de que este día en la sesión camaral, en lo individual haya diputados de su partido decididos a votar en contra de los dictámenes de la reforma energética, pero adelantó que el grueso de legisladores votarían a favor porque “encontramos que no hay posibilidad en ninguno de los aspectos del petróleo, ni de la industria energética en su conjunto, y creemos que se preserva la propiedad de la nación, sobre todo en lo que el artículo 27 (constitucional) estipula”. Si hubiese un viso de privatización, añadió, “seríamos los primeros en estar protestando, pero no lo hay”, y votar por la aprobación de la reforma es “la decisión del grupo parlamentario”.
Paralelamente, durante su participación en el debate Reforma petrolera: la negociación oculta, los legisladores José Murat, Ricardo Monreal y Juan N. Guerra advirtieron que con las modificaciones a la iniciativa de reforma que presentó el presidente Felipe Calderón ya se eliminó el riesgo de dar porcentajes de la renta petrolera a las empresas nacionales y extranjeras que participen en actividades de exploración.
Pero, alertó Guerra, “existe el riesgo de que se le dé la vuelta a la Constitución para que a una empresa se le asigne un área donde explore no sólo un pozo, sino un terreno”. Para Murat, la propuesta enviada por Calderón al Senado “quedó totalmente distinta”, aunque denunció que en el tema de los bloques de explotación hubo trampas, porque “se fueron por la puerta de atrás; hicieron una serie de definiciones para hacerlo por la vía de la ley secundaria”.
A su vez, el politólogo Luis Javier Garrido indicó que con la reforma petrolera quedó al desnudo que “los legisladores son colaboradores de pactos en secreto”, tras advertir que debe “detenerse por ser lesiva a los intereses de la nación”.
Por su parte, el senador Monreal exigió una redacción muy clara para evitar que se deje a la libre interpretación la reforma petrolera, y denunció que “90 por ciento de los senadores desconocen lo que aprobó”.
Al respecto, Pedro Jiménez León, secretario general del Partido Convergencia, también exigió que los legisladores puntualicen en las iniciativas petroleras que no se incluyan contratos para exploración y perforación, asignando bloques o áreas exclusivas a empresas trasnacionales, como pide, dijo, López Obrador con la inclusión de 12 palabras en la reforma, porque con el agregado del texto “sí se cerraría la puerta a la privatización”.
Alma Muñoz, Elizabeth Velasco, Víctor Ballinas y Gabriel León, La Jornada, 28 de octubre.
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