Las boletas anuladas superaron en casi el doble la cifra que se obtuvo en la elección intermedia de 2003, con 3.5 por ciento.
A las 23:30 horas, de acuerdo con el Programa de Resultados Electorales Preliminares del IFE, 6.03 por ciento de los votos nulos correspondieron a un millón 283 mil 762 sufragios, equivalentes al 62.3 por ciento de las casillas. El objetivo del voto nulo era manifestar el rechazo de la ciudadanía a la clase política y las campañas, así como lograr al menos 10 por ciento de votos.
Incluso, los votos nulos o el llamado voto en blanco, superó el porcentaje que alcanzaron los partidos del Trabajo, Nueva Alianza, Convergencia y Socialdemócrata, que podría perder el registro.
Mientras que en el Congreso de Jalisco, el voto nulo podría convertirse en la tercera fuerza electoral, ya que entre 5.01 por ciento y 5.95 por ciento de los votantes anularon la boleta electoral.
En algunos casos, los resultados electorales preliminares arrojaban número mayores, como en Guadalajara, con casi 7 por ciento.
El movimiento para anular el voto surgió en Guanajuato, con la candidata ficticia Esperanza Marchita, a la que se sumaron posteriormente los estados de Nuevo León, Baja California, Coahuila, Querétaro y el DF.
Asimismo, se reportó una participación ciudadana de 43.84 por ciento.
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