Para las autoridades de procuración de justicia, la mujeres indígenas son perfectamente capaces de secuestrar agentes de seguridad pública, según la organización civil Amnistía Internacional (AI).
Hace apenas dos años, Amnistía Internacional adoptó como presa de conciencia a Magdalena García Durán, una mujer mazahua acusada de secuestrar a seis policías durante los enfrentamientos en San Salvador Atenco, en mayo de 2006, pese a que no había evidencias en su contra.
Ahora ha adoptado a Jacinta Francisco Marcial, una mujer otomí a quien se le acusa del secuestro de seis integrantes de la Agencia Federal de Investigaciones en Santiago Mexquititlán, Querétaro.
"Las dos mujeres pobres, de origen vulnerable, sin defensa adecuada al momento. Magdalena participaba en las manifestaciones, por eso fue detenida. En el caso de Jacinta, simplemente estaba presente", sostuvo Rupert Knox, investigador de AI.
"El sistema de justicia de México permite que personas vulnerables que no tienen acceso a un abogado defensor adecuado no sepan de sus derechos y el propio sistema no los garantiza", agregó.
Knox advierte que la presión internacional fue un factor fundamental para la liberación de Magdalena, en noviembre de 2007 y espera que lo mismo suceda en el caso de Jacinta.
Hace apenas dos años, Amnistía Internacional adoptó como presa de conciencia a Magdalena García Durán, una mujer mazahua acusada de secuestrar a seis policías durante los enfrentamientos en San Salvador Atenco, en mayo de 2006, pese a que no había evidencias en su contra.
Ahora ha adoptado a Jacinta Francisco Marcial, una mujer otomí a quien se le acusa del secuestro de seis integrantes de la Agencia Federal de Investigaciones en Santiago Mexquititlán, Querétaro.
"Las dos mujeres pobres, de origen vulnerable, sin defensa adecuada al momento. Magdalena participaba en las manifestaciones, por eso fue detenida. En el caso de Jacinta, simplemente estaba presente", sostuvo Rupert Knox, investigador de AI.
"El sistema de justicia de México permite que personas vulnerables que no tienen acceso a un abogado defensor adecuado no sepan de sus derechos y el propio sistema no los garantiza", agregó.
Knox advierte que la presión internacional fue un factor fundamental para la liberación de Magdalena, en noviembre de 2007 y espera que lo mismo suceda en el caso de Jacinta.
Silvia Garduño, Reforma, 20 de agosto.
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