Ante el anuncio de la Secretaría de Hacienda de mayores impuestos y endeudamiento para el próximo año, la arquidiócesis de México exigió al gobierno de Felipe Calderón predicar con el ejemplo y aplicar recortes en los programas “superfluos o gastos absurdos” que tienen lugar en la clase política y gobernante, “donde por supuesto muchos funcionarios se oponen porque les cortan sus privilegios”.
La Iglesia católica local urgió al gobierno federal a no caer en la tentación de recortar programas sociales y en las áreas de educación y salud.
Reclamó que antes de implantar más impuestos, la administración pública debe poner el ejemplo. “Se debe empezar en casa con austeridad”, puesto que, señaló, “no es posible pedirla cuando hay derroche en los niveles de poder. Si tenemos que apretarnos el cinturón que empiece la clase política y gobernante”.
Hugo Valdemar, vocero de la arquidiócesis, consideró que la reducción salarial en la administración pública no siempre es lo más significativo, toda vez que “lo que realmente es escandaloso son toda la serie de prestaciones y privilegios que tienen. Que multiplican o triplican los salarios, pero eso la gente no lo sabe”.
“Privilegios absurdos”
Demandó el retiro de esos “privilegios, que son absurdos” y que en ningún país del primer mundo existen: sólo los tiene una nación pobre como México, apuntó.
Se pronunció por el retiro de “privilegios” de la clase política y gobernante como viáticos y pago de viajes en aviones “pagados a todos lados” y comidas en restaurantes, así como de “jubilaciones que son ofensivas, cuando aquí la pobre gente recibe una nada”.
Además pidió la revisión de los fideicomisos existentes, “que nadie conoce su funcionamiento y que si se depuran pueden ahorrar al erario miles de millones de pesos”.
“Existen muchos sectores que no colaboran con impuestos y que deberían ser incluidos en una reforma fiscal más amplia. Pero por supuesto, habrá que cuidar que estos impuestos no los paguen los más pobres, sino los que más tienen, que son los que más deben colaborar”, declaró.
La Iglesia católica local urgió al gobierno federal a no caer en la tentación de recortar programas sociales y en las áreas de educación y salud.
Reclamó que antes de implantar más impuestos, la administración pública debe poner el ejemplo. “Se debe empezar en casa con austeridad”, puesto que, señaló, “no es posible pedirla cuando hay derroche en los niveles de poder. Si tenemos que apretarnos el cinturón que empiece la clase política y gobernante”.
Hugo Valdemar, vocero de la arquidiócesis, consideró que la reducción salarial en la administración pública no siempre es lo más significativo, toda vez que “lo que realmente es escandaloso son toda la serie de prestaciones y privilegios que tienen. Que multiplican o triplican los salarios, pero eso la gente no lo sabe”.
“Privilegios absurdos”
Demandó el retiro de esos “privilegios, que son absurdos” y que en ningún país del primer mundo existen: sólo los tiene una nación pobre como México, apuntó.
Se pronunció por el retiro de “privilegios” de la clase política y gobernante como viáticos y pago de viajes en aviones “pagados a todos lados” y comidas en restaurantes, así como de “jubilaciones que son ofensivas, cuando aquí la pobre gente recibe una nada”.
Además pidió la revisión de los fideicomisos existentes, “que nadie conoce su funcionamiento y que si se depuran pueden ahorrar al erario miles de millones de pesos”.
“Existen muchos sectores que no colaboran con impuestos y que deberían ser incluidos en una reforma fiscal más amplia. Pero por supuesto, habrá que cuidar que estos impuestos no los paguen los más pobres, sino los que más tienen, que son los que más deben colaborar”, declaró.
Gabriel León Zaragoza, La Jornada, 16 de agosto.
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