El talón de Aquilés para implementar el acuerdo es la colaboración entre las instancias de seguridad pública, consideró Raúl Plascencia, primer visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Reconoció que se han registrado avances a un año de la firma, pero “no son los necesarios, ni los suficientes para combatir la inseguridad, porque ésta ha llegado a un nivel de degradación que no es fácil, ni rápido acabar”.
Entre los avances, sostuvo, se encuentran las reformas a las leyes de seguridad; sin embargo, falta llevarlas a la práctica.
Además, “no sólo los cambios legales van a lograr revertir las cosas, ha habido ciertos avances, esfuerzos para capacitar a los policías, pero aún el camino es muy largo”.
Uno de los principales obstáculos, dijo, es la capacitación de 400 mil policías que fue planteada; sin embargo, tan sólo se ha logrado hacer con 10 por ciento, “lo que no es un peso suficiente para considerar algún cambio. Además, se estableció el nuevo perfil del policía y para alcanzarlo se requiere tiempo”.
Agregó: “Es difícil calificar el acuerdo a un año porque tiene compromisos que fueron planteados de manera ambiciosa, entre ellos la transformación del sistema, que era uno de sus objetivos, tiene que ser a largo plazo, y una política a mediano plazo para que con los años se convierta en realidad”.
Son los primeros pasos de un largo camino, y para hacerlo realidad aún se ve lejano su cumplimiento, sobre todo cuando en las reformas se da facultad discrecional al procurador general de la República para proporcionar información y conocer el contenido de expedientes que investiga la CNDH, dijo.
De acuerdo con información de la CNDH, las violaciones a derechos humanos se han incrementado en el último año y medio:
Contra la Secretaría de la Defensa Nacional de 2008 al 4 de agosto pasado 2 mil 294; contra la Procuraduría General de la República mil 163 y contra la Secretaría de Seguridad Pública federal 389.
Reconoció que se han registrado avances a un año de la firma, pero “no son los necesarios, ni los suficientes para combatir la inseguridad, porque ésta ha llegado a un nivel de degradación que no es fácil, ni rápido acabar”.
Entre los avances, sostuvo, se encuentran las reformas a las leyes de seguridad; sin embargo, falta llevarlas a la práctica.
Además, “no sólo los cambios legales van a lograr revertir las cosas, ha habido ciertos avances, esfuerzos para capacitar a los policías, pero aún el camino es muy largo”.
Uno de los principales obstáculos, dijo, es la capacitación de 400 mil policías que fue planteada; sin embargo, tan sólo se ha logrado hacer con 10 por ciento, “lo que no es un peso suficiente para considerar algún cambio. Además, se estableció el nuevo perfil del policía y para alcanzarlo se requiere tiempo”.
Agregó: “Es difícil calificar el acuerdo a un año porque tiene compromisos que fueron planteados de manera ambiciosa, entre ellos la transformación del sistema, que era uno de sus objetivos, tiene que ser a largo plazo, y una política a mediano plazo para que con los años se convierta en realidad”.
Son los primeros pasos de un largo camino, y para hacerlo realidad aún se ve lejano su cumplimiento, sobre todo cuando en las reformas se da facultad discrecional al procurador general de la República para proporcionar información y conocer el contenido de expedientes que investiga la CNDH, dijo.
De acuerdo con información de la CNDH, las violaciones a derechos humanos se han incrementado en el último año y medio:
Contra la Secretaría de la Defensa Nacional de 2008 al 4 de agosto pasado 2 mil 294; contra la Procuraduría General de la República mil 163 y contra la Secretaría de Seguridad Pública federal 389.
Eugenia Jiménez, Milenio, 21 de agosto.
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