Hugo Chávez, la fuga hacia adelante

BOGOTÁ.— Como cada vez que se siente acorralado, Hugo Chávez repite la fórmula de la fuga hacia adelante. Con los números de la economía ahorcándole el presupuesto, una sensible caída en las exportaciones de PDVSA (la estatal petrolera) y las incómodas denuncias de una presunta venta de armas a la guerrilla colombiana de las FARC, el presidente venezolano intenta escapar con más medidas polémicas y con la palabra “guerra” saliendo cada vez más rápido de sus labios.

El acuerdo entre Colombia y Estados Unidos para la utilización de siete bases militares en territorio colombiano fue el terreno que encontró propicio esta vez para lanzar una cadena de diatribas al país vecino, el mismo que siempre tiene a mano para romper relaciones cada vez que la coyuntura apremia.

El problema de la caída en la recaudación, fruto en gran parte del desplome de los precios internacionales del crudo y de otras variables económicas, que ya lo llevó a implementar un paquete de ajuste en marzo, se agrava cada día más con los conflictos en la exportación que experimenta PDVSA.

Desde los primeros días de julio, el gigante petrolero produce 88 mil barriles diarios menos, según datos de la propia empresa, que en los últimos tres años ha visto caer su producción en 16.9%.

“Esos resultados son el fruto del mal manejo de la empresa en los últimos seis años. Desde que se acabó con la meritocracia, después de la huelga petrolera de 2002. Hace tres años que la empresa trabaja con su capacidad desbordada”, explica el economista José Guerra, ex director del Banco Central.

De esa coyuntura, Chávez no logra salir tan fácilmente como, parece ser, lo hizo en el caso de las armas del Ejército venezolano que fueron a parar a manos de las FARC. “Habían sido robadas de un cuartel”, explicó el propio Chávez en uno de sus ¡Alo Presidente!

No obstante, en el ínterin de ese torbellino político en el que suspendió y reanudó relaciones con Bogotá y fue a la Cumbre de Unasur el pasado lunes, alertando sobre el peligro de una guerra, Chávez intervino todas las empresas azucareras del país, acabó con la licencia de 33 emisoras radiales y televisión y presentó otra controvertida ley, la Orgánica de Educación, que según la oposición “perseguirá a todos aquellos actores estudiantiles y universitarios que no profesen el chavismo o comulguen con el gobierno”, explica el presidente del socialcristiano Copei, Luis García Planas.

Parece difícil que alguien pueda detener a Chávez. “Porque está montando a la bestia a todo galope”, opina el historiador y analista Manuel Caballero, para quien “la revolución no es más que una ruta hacia una autocracia cada vez más grosera”. “Sin medios, con una ley que busca perseguir a los periodistas que cuestionen al gobierno y con el presidente jactándose de haber ido a un burdel, la única revolución posible para Chávez es como la que fue a buscar a las ‘casas de tolerancia’, la del amor comprado…”, subraya Caballero.

Escaso de dinero

Pero el dinero está escaso para seguir “comprando amor” o para apoyar las excursiones con mitin incluido del depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya. Máxime si acaban como acabó en México. “Sin mucha capacidad de acción, a un Chávez cada vez más sediento de totalitarismo sólo le queda azuzar los vientos de guerra, aunque sólo sea para provocar un huracán dentro de un balde”, opina el analista Carlos Romero, de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Lo cierto es que Chávez genera tensión y altera el ritmo político y económico de la región andina: presiona contra la posible presencia militar estadounidense en Colombia, consciente de que es un tema que inquieta a Brasil.

En el revuelo, consigue colocar en Venezuela 1.5 mil toneladas de café verde para las empresas cafeteras recién estatizadas. “Negocios revolucionarios”, diría el analista Nelson Bocaranda.

Para Félix Arellano, experto en asuntos regionales de la UCV, la estrategia de Chávez es clara. “Busca concentrar cada vez más poder y asegurarse en el mismo generando un clima de conflicto regional, como ya hizo en otras oportunidades”.

Es la fuga hacia adelante, un método de gobernar al que Chávez siempre ha recurrido y que aún parece no haber encontrado el frontón con el que estrellarse.

José Vales enviado, El Universal, 12 de agosto.


0 Responses to "Hugo Chávez, la fuga hacia adelante"