MONTEVIDEO, Uruguay.- En la estrechez que resentirán las finanzas públicas, el Gobierno federal hará el primer sacrificio, prometió ayer aquí el Presidente Felipe Calderón.
Tras desahogar una reunión bilateral con el Presidente Tabaré Vázquez, Calderón adelantó que el Gobierno emprenderá un "gran esfuerzo de austeridad" que se traducirá en una "drástica reducción" del gasto público el próximo año y en un "ajuste" a la estructura de Gobierno.
"Le debe quedar claro al pueblo de México que el primer sacrificio lo hará mi propio Gobierno: ya hemos reducido drásticamente (los) gastos de operación, de administración y de comunicación", planteó en rueda de prensa al lado de Tabaré Vázquez.
El Presidente explicó que para cerrar la "brecha fiscal", abierta por las caídas de la exportación petrolera y la recaudación tributaria, el Gobierno tiene tres opciones: reducir el gasto público, ampliar el margen de recaudación de los ingresos públicos y solicitar autorización al Congreso para manejar una determinada tasa deficitaria.
"Me parece que lo más sensato es lograr una combinación de las tres cosas: reducción del gasto público, ampliar los ingresos de las finanzas públicas y un déficit que pueda reducirse en el tiempo para recuperar pronto el equilibrio", propuso.
La meta que tiene el Gobierno, añadió, es enfrentar la restricción presupuestaria con "la menor afectación posible para los ciudadanos, los contribuyentes y, particularmente, para los mexicanos que menos tienen.
"Estaremos tomando como prioridad el mantener los gastos y los programas sociales más sensibles, particularmente los orientados a la población más pobre", recalcó.
En alusión a la propuesta que puso sobre la mesa la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), para que parte de los ahorros de los trabajadores sean transferidos a los estados de la Federación, el Presidente dijo que sería "impensable quitarle dinero a los trabajadores en retiro para dárselo al gasto del Gobierno federal".
De cara a los trabajos de la LXI Legislatura del Congreso de la Unión, a instalarse el 1 de septiembre próximo, Calderón adelantó su intención de impulsar una agenda "que convenga a México", con todo y que en San Lázaro la bancada del PRI tendrá la mayoría.
Desde su perspectiva, cada fracción parlamentaria, más allá de las premisas ideológicas, comprometerá siempre una "base de disposición para colaborar con México".
Por lo pronto, el Presidente externó su disposición a entablar acuerdos en la pista del Legislativo.
"Cualquiera que sea el origen ideológico de un diputado o de un senador de la República, cuando se trate de trabajar por el País y de pensar que es lo que así conviene no a un partido o a otro, sino lo que más conviene a México, saben que cuentan y contarán siempre con el Presidente de la República", ofreció.
Tras desahogar una reunión bilateral con el Presidente Tabaré Vázquez, Calderón adelantó que el Gobierno emprenderá un "gran esfuerzo de austeridad" que se traducirá en una "drástica reducción" del gasto público el próximo año y en un "ajuste" a la estructura de Gobierno.
"Le debe quedar claro al pueblo de México que el primer sacrificio lo hará mi propio Gobierno: ya hemos reducido drásticamente (los) gastos de operación, de administración y de comunicación", planteó en rueda de prensa al lado de Tabaré Vázquez.
El Presidente explicó que para cerrar la "brecha fiscal", abierta por las caídas de la exportación petrolera y la recaudación tributaria, el Gobierno tiene tres opciones: reducir el gasto público, ampliar el margen de recaudación de los ingresos públicos y solicitar autorización al Congreso para manejar una determinada tasa deficitaria.
"Me parece que lo más sensato es lograr una combinación de las tres cosas: reducción del gasto público, ampliar los ingresos de las finanzas públicas y un déficit que pueda reducirse en el tiempo para recuperar pronto el equilibrio", propuso.
La meta que tiene el Gobierno, añadió, es enfrentar la restricción presupuestaria con "la menor afectación posible para los ciudadanos, los contribuyentes y, particularmente, para los mexicanos que menos tienen.
"Estaremos tomando como prioridad el mantener los gastos y los programas sociales más sensibles, particularmente los orientados a la población más pobre", recalcó.
En alusión a la propuesta que puso sobre la mesa la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), para que parte de los ahorros de los trabajadores sean transferidos a los estados de la Federación, el Presidente dijo que sería "impensable quitarle dinero a los trabajadores en retiro para dárselo al gasto del Gobierno federal".
De cara a los trabajos de la LXI Legislatura del Congreso de la Unión, a instalarse el 1 de septiembre próximo, Calderón adelantó su intención de impulsar una agenda "que convenga a México", con todo y que en San Lázaro la bancada del PRI tendrá la mayoría.
Desde su perspectiva, cada fracción parlamentaria, más allá de las premisas ideológicas, comprometerá siempre una "base de disposición para colaborar con México".
Por lo pronto, el Presidente externó su disposición a entablar acuerdos en la pista del Legislativo.
"Cualquiera que sea el origen ideológico de un diputado o de un senador de la República, cuando se trate de trabajar por el País y de pensar que es lo que así conviene no a un partido o a otro, sino lo que más conviene a México, saben que cuentan y contarán siempre con el Presidente de la República", ofreció.
Mayolo López enviado, Reforma, 15 de agosto.
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