Una década después, la historia vuelve a comenzar. El Pentágono reinició el adiestramiento de unidades de fuerzas especiales mexicanas —potenciales equipos de élite del gobierno de Felipe Calderón en la guerra contra el narco— casi 10 años después de haber suspendido esa colaboración tras el surgimiento de Los Zetas.
Por vez primera desde 2000 y por espacio de un mes (julio y agosto de 2007), el Departamento de Defensa de Estados Unidos entrenó a un equipo de comandos de la Marina, al que pagó todos los gastos para acudir a ejercicios bélicos de “alta intensidad” en su Escuela de Fuerzas Especiales, en Carolina del Norte.
El anterior fue el primer entrenamiento de su tipo en casi una década, luego de la suspensión ordenada por Washington al confirmarse la existencia de Los Zetas y la filtración al crimen organizado de conocimientos y tácticas de la milicia estadunidense.
Documentos del Departamento de Estado consultados por MILENIO revelan que 45 marinos mexicanos participaron hace dos años en el curso identificado con el código NMX2007NT001W, impartido en el fuerte Bragg, sede de la Escuela de Guerra John F. Kennedy y el Centro de Operaciones Psicológicas del Pentágono.
En esa instalación militar estadunidense de mayor tamaño en el mundo el Pentágono entrena a unidades de fuerzas especiales de países aliados como Gran Bretaña y Alemania. La base alberga a cuerpos militares de élite de Estados Unidos como Boinas verdes, Rangers, Focas (Seals) de la Marina y la Fuerza Delta.
El curso tuvo un costo de 210 mil dólares y es apenas mencionado como “Unidad de Fuerzas Especiales de la Marina Mexicana” en el Reporte de Actividades Militares de Estados Unidos, entregado con seis meses de retraso al Congreso esta semana.
“Definitivamente es entrenamiento de Fuerzas Especiales, probablemente con Focas de la Marina (Seals) o Rangers del Ejército”, dijo a este diario Adam Isaacson, especialista del Centro de Política Exterior de Washington, dedicado al análisis de la colaboración militar de Estados Unidos con Latinoamérica. “No cualquiera va al fuerte Bragg; ahí sólo se va a aprender tácticas de guerra de fuerzas especiales”, añadió.
MILENIO solicitó a la Marina mexicana información sobre la naturaleza y objetivos del curso, pero no hubo respuesta.
Operaciones especiales
De acuerdo con la currícula de algunos cursos ofrecidos en el fuerte Bragg, hay materias como juegos de guerra, reconocimiento, inteligencia y adiestramiento de sobrevivencia en condiciones adversas, en particular bajo la forma SERE (sobrevivir, evadir, escapar, resistir).
En este último curso se enseña a los participantes a sobrevivir en la campiña, evadir a unidades que les estarán cazando y dar forma a una especie de juego de guerra de guerrillas. Tradicionalmente las mismas unidades entrenadas son subdivididas para crear equipos antagónicos, que se enfrentarán entre sí por varios días.
“En la Escuela de Fuerzas Especiales se da entrenamiento a los militares en tácticas de sobreviviencia. Es entrenamiento de unidades pequeñas, aprendizaje de comunicaciones, adiestramiento de francotiradores, tácticas de infiltración”, entre otras áreas, sostuvo Isaacson.
El reporte del Departamento de Estado —disponible en internet— refiere que no sólo 45 marinos mexicanos tomaron el curso de fuerzas especiales, sino dos oficiales fueron enviados a la Escuela de Estudios de Postgrado de la Marina de Estados Unidos, en California, donde tomaron clases similares.
Este curso tuvo una duración de un año (enero a diciembre de 2007). El costo fue de 100 mil dólares. También se mencionan otros cursos a comandos mexicanos.
En 2007 la Marina Armada envió al Instituto de Cooperación para Seguridad del Hemisferio Occidental (antes Escuela de las Américas) a dos oficiales para tomar clases en operaciones e inteligencia y análisis antinarcóticos.
La Armada envió a otros dos marinos de fuerzas especiales a tomar un curso de siete meses al Centro de Guerra Especial de la Marina, en Coronado, San Diego. La materia tomada fue “demolición submarina, adoctrinamiento de las Focas”.
Por encima del Ejército, la Marina mexicana resultó beneficiada con la mayor parte de los cursos ofrecidos por Estados Unidos entre 2006 y 2008. En ese periodo 104 oficiales fueron entrenados en tácticas especiales de abordaje y enfrentamiento en altamar, presumiblemente para combate al narcotráfico marítimo.
En el bienio 2006-2008, México fue el sexto país de Latinoamérica con mayor número de militares entrenados por Estados Unidos (695 oficiales) tanto en bases mexicanas como estadunidenses.
Breve historia de Los Zetas
En 1996, cuando el general Jesús Gutiérrez Rebollo fue nombrado titular del entonces Instituto Nacional de Combate a las Drogas, empezó la historia de Los Zetas. Varios desertores del Ejército llegaron a ser parte de las Bases de Intercepción Terrestre del organismo. La mayor parte recibió capacitación en Estados Unidos e Israel, formando parte del grupo de élite del Ejército mexicano conocido como Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales.
Un año después, el entonces procurador Jorge Madrazo Cuéllar anunció la llegada de jefes militares a las delegaciones de Chihuahua, Tamaulipas, Sonora y Baja California. Pero dos años más tarde comenzaron las bajas en el Ejército y los ex militares comenzaron a ser coptados por Osiel Cárdenas Guillén, líder del cártel de Golfo, quien creó a Los Zetas.
Aún quedan libres pocos ex desertores originales (de los 42 que se unieron a Osiel), Los Zetas siguen siendo la organización del narcotráfico con mayor poder de fuego y características especiales por su versatilidad, potencialidad lesiva, alcance y penetración. Ahora el cártel de Golfo y su grupo de sicarios son encabezados por Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca, también desertor del Ejército mexicano.
Un informe del FBI ha puesto en alerta al gobierno de Estados Unidos sobre las actividades de esta agrupación, quien controla a miembros de las organizaciones criminales Mexican Mafia, Texas Syndicate, MS-13 y Hermanos Pistoleros Latinos, en territorio estadunidense. (México. Rubén Mosso)
Por vez primera desde 2000 y por espacio de un mes (julio y agosto de 2007), el Departamento de Defensa de Estados Unidos entrenó a un equipo de comandos de la Marina, al que pagó todos los gastos para acudir a ejercicios bélicos de “alta intensidad” en su Escuela de Fuerzas Especiales, en Carolina del Norte.
El anterior fue el primer entrenamiento de su tipo en casi una década, luego de la suspensión ordenada por Washington al confirmarse la existencia de Los Zetas y la filtración al crimen organizado de conocimientos y tácticas de la milicia estadunidense.
Documentos del Departamento de Estado consultados por MILENIO revelan que 45 marinos mexicanos participaron hace dos años en el curso identificado con el código NMX2007NT001W, impartido en el fuerte Bragg, sede de la Escuela de Guerra John F. Kennedy y el Centro de Operaciones Psicológicas del Pentágono.
En esa instalación militar estadunidense de mayor tamaño en el mundo el Pentágono entrena a unidades de fuerzas especiales de países aliados como Gran Bretaña y Alemania. La base alberga a cuerpos militares de élite de Estados Unidos como Boinas verdes, Rangers, Focas (Seals) de la Marina y la Fuerza Delta.
El curso tuvo un costo de 210 mil dólares y es apenas mencionado como “Unidad de Fuerzas Especiales de la Marina Mexicana” en el Reporte de Actividades Militares de Estados Unidos, entregado con seis meses de retraso al Congreso esta semana.
“Definitivamente es entrenamiento de Fuerzas Especiales, probablemente con Focas de la Marina (Seals) o Rangers del Ejército”, dijo a este diario Adam Isaacson, especialista del Centro de Política Exterior de Washington, dedicado al análisis de la colaboración militar de Estados Unidos con Latinoamérica. “No cualquiera va al fuerte Bragg; ahí sólo se va a aprender tácticas de guerra de fuerzas especiales”, añadió.
MILENIO solicitó a la Marina mexicana información sobre la naturaleza y objetivos del curso, pero no hubo respuesta.
Operaciones especiales
De acuerdo con la currícula de algunos cursos ofrecidos en el fuerte Bragg, hay materias como juegos de guerra, reconocimiento, inteligencia y adiestramiento de sobrevivencia en condiciones adversas, en particular bajo la forma SERE (sobrevivir, evadir, escapar, resistir).
En este último curso se enseña a los participantes a sobrevivir en la campiña, evadir a unidades que les estarán cazando y dar forma a una especie de juego de guerra de guerrillas. Tradicionalmente las mismas unidades entrenadas son subdivididas para crear equipos antagónicos, que se enfrentarán entre sí por varios días.
“En la Escuela de Fuerzas Especiales se da entrenamiento a los militares en tácticas de sobreviviencia. Es entrenamiento de unidades pequeñas, aprendizaje de comunicaciones, adiestramiento de francotiradores, tácticas de infiltración”, entre otras áreas, sostuvo Isaacson.
El reporte del Departamento de Estado —disponible en internet— refiere que no sólo 45 marinos mexicanos tomaron el curso de fuerzas especiales, sino dos oficiales fueron enviados a la Escuela de Estudios de Postgrado de la Marina de Estados Unidos, en California, donde tomaron clases similares.
Este curso tuvo una duración de un año (enero a diciembre de 2007). El costo fue de 100 mil dólares. También se mencionan otros cursos a comandos mexicanos.
En 2007 la Marina Armada envió al Instituto de Cooperación para Seguridad del Hemisferio Occidental (antes Escuela de las Américas) a dos oficiales para tomar clases en operaciones e inteligencia y análisis antinarcóticos.
La Armada envió a otros dos marinos de fuerzas especiales a tomar un curso de siete meses al Centro de Guerra Especial de la Marina, en Coronado, San Diego. La materia tomada fue “demolición submarina, adoctrinamiento de las Focas”.
Por encima del Ejército, la Marina mexicana resultó beneficiada con la mayor parte de los cursos ofrecidos por Estados Unidos entre 2006 y 2008. En ese periodo 104 oficiales fueron entrenados en tácticas especiales de abordaje y enfrentamiento en altamar, presumiblemente para combate al narcotráfico marítimo.
En el bienio 2006-2008, México fue el sexto país de Latinoamérica con mayor número de militares entrenados por Estados Unidos (695 oficiales) tanto en bases mexicanas como estadunidenses.
Breve historia de Los Zetas
En 1996, cuando el general Jesús Gutiérrez Rebollo fue nombrado titular del entonces Instituto Nacional de Combate a las Drogas, empezó la historia de Los Zetas. Varios desertores del Ejército llegaron a ser parte de las Bases de Intercepción Terrestre del organismo. La mayor parte recibió capacitación en Estados Unidos e Israel, formando parte del grupo de élite del Ejército mexicano conocido como Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales.
Un año después, el entonces procurador Jorge Madrazo Cuéllar anunció la llegada de jefes militares a las delegaciones de Chihuahua, Tamaulipas, Sonora y Baja California. Pero dos años más tarde comenzaron las bajas en el Ejército y los ex militares comenzaron a ser coptados por Osiel Cárdenas Guillén, líder del cártel de Golfo, quien creó a Los Zetas.
Aún quedan libres pocos ex desertores originales (de los 42 que se unieron a Osiel), Los Zetas siguen siendo la organización del narcotráfico con mayor poder de fuego y características especiales por su versatilidad, potencialidad lesiva, alcance y penetración. Ahora el cártel de Golfo y su grupo de sicarios son encabezados por Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca, también desertor del Ejército mexicano.
Un informe del FBI ha puesto en alerta al gobierno de Estados Unidos sobre las actividades de esta agrupación, quien controla a miembros de las organizaciones criminales Mexican Mafia, Texas Syndicate, MS-13 y Hermanos Pistoleros Latinos, en territorio estadunidense. (México. Rubén Mosso)
Víctor Hugo Michel, Milenio, 6 de agosto.
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