LA DEA.
La DEA vinculó a Manlio Fabio Beltrones con el narco, hace varios años.
Pero no parece que revivir el asunto vaya a favorecer a Fox.
Manlio fue exculpado en su momento, y ahora el Senado lo apoya.
Mañana lo demostrarán con una decisión que hasta el PAN firmará.
Pepe Grillo, Crónica, 29 de octubre.
El último punto es el más delicado: la acusación de relaciones con el narcotráfico. Sin duda hay personajes de todos los niveles ligados a esa actividad, pero se ha convertido en uno de los fenómenos más enfermizos de nuestra vida política acusar a cualquiera de relaciones con el narco, sin poder probarlo. En el caso de Beltrones, las acusaciones se originaron hace ya más de diez años, mediante una serie de filtraciones surgidas de las oficinas del tristemente célebre fiscal Pablo Chapa Bezanilla y basadas en un documento interno de la DEA fundamentado, a su vez, en las declaraciones de un testigo protegido no identificado, de los que proliferaron en aquellos días. El tema lo retomó y lo llevó a la primera plana The New York Times, por los entonces corresponsales Julia Preston y Samuel Dillon, quienes incluso publicaron un libro (El despertar de México, Editorial Océano), donde se abordaba el tema, con el que ganaron el Premio Pulitzer. Hasta allí todo muy bien: el problema es que la información era falsa y no tenía fundamento. Beltrones presentó sendas demandas en México y en EU y las ganó en los dos países. No fue acusado, sino que incluso nunca le fue retirada la visa estadunidense y viaja con toda regularidad a ese país, donde incluso tengo entendido que posee algunos negocios. Y no hay en la justicia mexicana ni en la estadunidense ninguna indagatoria en curso con respecto a Beltrones. Ese es el punto. Luego, puede gustar o no Beltrones, se puede o no estar de acuerdo con él, puede o no estar preparándose para 2012. Pero el hecho es que el récord de Beltrones en la DEA, del que habla Fox, no existe. Y ello hace más grave el error y la irresponsabilidad del ex mandatario. El narcotráfico es un tema demasiado serio para usarlo en discusiones triviales
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 29 de octubre.
Anoche, John Dimitri Negroponte cenó en el DF con legisladores federales, en la recepción que el embajador Antonio Garza le organizó al subsecretario de Estado de EU. Los asistentes pensaban en un solo tema: la Iniciativa Mérida. Se les leía en la frente a los legisladores Santiago Creel, Manlio Fabio Beltrones, Ricardo García Cervantes, Juan Manuel Parás y a la ex canciller Rosario Green
“Frentes Políticos”, Excélsior, 30 de octubre.
Que menuda bofetada con guante blanco le dio anoche el gobierno de Estados Unidos al ex presidente Fox... y a los senadores del PAN.
Y es que ningún personaje político del que se dude de su honorabilidad o esté en las listas criminales de la DEA o el FBI sería convidado a una cena en un restaurante del Paseo de la Reforma con la alta representación diplomática estadunidense.
El senador Manlio Fabio Beltrones fue invitado por el embajador Tony Garza a la cena con el poderoso director del Consejo Nacional de Inteligencia, John Dimitri Negroponte, responsable, entre otras cosas, del combate a las drogas en aquel país.
Negroponte, para quien no lo recuerde, fue también embajador de Estados Unidos en México.
“Trascendió”, Milenio, 31 de octubre.
El senador Beltrones y el subsecretario de Estado de Estados Unidos, John Dimitri Negroponte, se encontraron la noche del martes en un evento organizado por el embajador de Washington en México, Tony Garza. Nos cuentan que el político sonorense y don John ratificaron una larga amistad. Usted recordará que Negroponte fue el representante diplomático en tierras mexicanas a principios de la década de los 90
“Bajo reserva”, El Universal, 1º de noviembre.
Que la cena de los líderes parlamentarios con el subsecretario de Estado John Dimitri Negroponte, y el embajador Tony Garza fue en el hotel Four Seasons y asistieron, además del senador Manlio Fabio Beltrones, sus colegas Carlos Navarrete, Santiago Creel y Ricardo García Cervantes.
“Trascendió”, Milenio, 2 de noviembre.
EL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL.
Interesante y para leerse con cuidado es la declaración que ayer hizo Germán Martínez Cázares Cuando le preguntaron sobre la guerra entre Vicente Fox y Manlio Beltrones, el aspirante a la dirigencia del PAN le pidió a Fox que si tiene evidencias que vinculen al senador priísta con el narco, “está obligado a acudir ante la PGR. Esas acusaciones son graves y deben tramitarse con pruebas”, reclamó al ex presidente. Llama la atención que el ex secretario de la Función Pública no haya pedido lo mismo al senador Beltrones, que habló de los presuntos negocios de Marta Sahagún y sus hijos en Pemex. ¿Será porque Germán sabe que en ese caso, que él conoció y armó antes de dejar el gabinete, sí hay pruebas?...
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 29 de octubre.
Impregnado del rigor exigido en el cargo de secretario de la Función Pública y en su marcha a la dirigencia del Partido Acción Nacional, Germán Martínez Cázares advirtió al ex presidente Vicente Fox que vincular al senador priista Manlio Fabio Beltrones con el narco es gravísimo, porque carece de pruebas y, en todo caso, lo debió declarar ante la Procuraduría General de la República al saberlo y no en medio de la precipitación con que ha tejido una cadena de imprudencias que le ha explotado al ex mandatario en las manos
“Frentes Políticos”, Excélsior, 29 de octubre.
El episodio más reciente lo vimos entre el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y el ex presidente Vicente Fox. En una entrevista con varios medios de comunicación, el senador dijo que había que investigar la posible relación entre los hermanos Bribiesca -los hijos de Marta Sahagún- y el accidente ocurrido en una plataforma petrolera de Pemex en que 21 trabajadores fallecieron. El ex presidente Fox respondió en una conferencia en California diciendo que "Beltrones tiene un récord (sic) en la DEA relacionado con narcotráfico". Germán Martínez Cázares, candidato a la presidencia del PAN, trató de asumir una posición más equilibrada y exigió que el ex presidente Fox, miembro de su propio partido, presente pruebas de sus acusaciones; pero esto sólo sirvió para que Beltrones arremetiera contra él y lo acusara de no haber "dado resultados en la Función Pública en la investigación que se hace en la familia del señor Fox, y del señor Fox mismo, por irregularidades y corrupción".
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 30 de octubre.
Ahora es Manuel Espino, presidente del PAN, quien hace segunda voz al ex presidente Vicente Fox en contra de Manlio Fabio Beltrones.
Que él, como sonorense, conoce bien al ex gobernador de su estado. Que espera que “pronto” a los mexicanos les quede claro quién es Manlio. Pero no dice nada más. Ash
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 2 de noviembre.
No ha anunciado aún si contenderá o no en la elección interna para elegir al nuevo jefe nacional del PAN, pero el tabasqueño Gerardo Priego Tapia ya declara como si estuviera en campaña. Ya lanzó su primer ataque contra Germán Martínez, candidato de Los Pinos a la jefatura nacional del PAN.
“¿Cómo es posible que el candidato haya dicho que (Fox) tiene deudas pendientes, lo cual ya es enjuiciarlo, para defender al senador Manlio Fabio Beltrones? Y luego sale otro (el senador Federico Döring) a decir que fue un craso error no solidarizarse con el priista, y que le debemos la toma de protesta del presidente Calderón. ¿Qué estamos defendiendo?”, se preguntó el tabasqueño.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 3 de noviembre.
LOS MEDIOS.
Lo que se le olvidó al guanajuatense fueron dos cosas: la primera, en febrero de 1997, el periódico The New York Times publicó un reportaje sobre el narcotráfico en México, en el cual se involucró a Beltrones, entonces gobernador de Sonora, con el narcotraficante Amado Carrillo. El priista promovió un juicio en México por difamación y obtuvo la victoria; lo segundo que pasó por alto es que él era el Presidente de México. Si estaba tan seguro de estos vínculos, ¿por qué no hizo o dijo nada?
Vianney Esquinca, “La inmaculada percepción”, Excélsior, 28 de octubre.
No se juzga al senador priista Manlio Fabio Beltrones, cuya acusación en su contra fue una mancha en la historia del The New York Times porque lo obligó a disculparse por una nota inventada por el corresponsal Sam Dillon. Por cierto, mañosamente, como si fuera un periodista del viejo modelo de periodismo mexicano, Dillon tuvo que esconder esa nota del Comité Pulitzer para que no empañara su premio de periodismo con informaciones inventadas. Ahí se descubrió que la nota contra Beltrones había sido inducida por el gobierno de Ernesto Zedillo y comprada por el NYT.
Carlos Ramírez, “Indicador Político”, El Financiero, 29 de octubre.
Mientras tanto, este pleito ha dado lugar a una serie de reconstrucciones periodísticas, esencialmente apologéticas, de Beltrones, sobre aquella vieja acusación. Por ejemplo, que fue un asunto cocinado en Los Pinos, sin basamento alguno, que filtró a los corresponsales de The New York Times, Julia Preston y Sam Dillon, quienes se prestaron a difundir la calumnia. O bien que, con gran irresponsabilidad, éstos publicaron sin mayor averiguación dicha información. Que su periódico terminó por deslindarse de sus corresponsales aquí y pidió incluso disculpas a Beltrones. En realidad, ellos jamás se retractaron (aunque se los propuso Gobernación) ni lo hizo tampoco su periódico. Tampoco obtuvieron la información de Los Pinos, sino de la DEA de Texas y de una lista elaborada por la embajada estadunidense en México. Pero ahora su imagen es manejada como la de dos periodistas irresponsables o como plumas a sueldo del entonces presidente ErnestoZedillo
José Antonio Crespo, “Horizonte Político”, Excélsior, 2 de noviembre.
La respuesta de Fox muestra claramente cómo los políticos mexicanos viven mirándose el ombligo. En un comunicado de prensa deslindó a los hijos de su esposa de cualquier vínculo con la empresa mencionada por Beltrones. De paso, declaró que el senador tiene “un récord en la DEA relacionado con narcotráfico”. Recicló con ello una vieja nota de Sam Dillon y Julia Preston, publicada en febrero de 1997 por el prestigioso diario The New York Times. Basado en supuestas declaraciones de un testigo protegido de la DEA, el reportaje alegaba que Manlio Fabio Beltrones y Jorge Carillo Olea, entonces gobernadores de Sonora y Morelos respectivamente, eran protectores de narcotraficantes.
Según lo demuestran hechos posteriores, las acusaciones carecían de sustento. Beltrones pidió una investigación a la PGR y presentó una demanda contra The New York Times. El diario neoyorquino publicó después una nota aclaratoria que negaba los cargos formulados contra el entonces gobernador. Fox muy probablemente sabía todo esto, pero aún así utilizó el viejo escándalo para desacreditar a Beltrones, a quien además acusó de encabezar una campaña de desprestigio en su contra.
Benito Nacif, Excélsior, 5 de noviembre.
El desagradable pleito entre Beltrones y Fox encierra una lección importante para la opinión pública y los medios de comunicación. Desde luego que la política ocupa un lugar de trascendencia en la vida de una sociedad. Sin embargo, algo anda muy mal cuando, en medio de una tragedia como la ocurrida hace dos semanas, nuestros políticos son incapaces de ver más allá de sus rencillas y rencores. Después de todo, su deber es servir a la gente
Benito Nacif, Excélsior, 5 de noviembre.
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