Los diputados que juraron “no nos vamos a meter”, darán hoy los requisitos para ser consejero del IFE.
Preguntarán “a la sociedad” ¿a quién quieren?
El 13 de diciembre darán nombres de dos consejeros que se van —el tercero es Luis Carlos Ugalde—, y de quiénes los sustituyen.
Ocho consejeros tienen 23 días para comprar su permanencia.
Pepe Grillo, Crónica, 20 de noviembre.
Ayer, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó con 370 votos a favor, ninguno en contra, y 8 abstenciones, la convocatoria para la elección de 3 primeros nuevos consejeros del IFE, uno de ellos el presidente del órgano.
Desde hoy y hasta el próximo 30 de noviembre, comenzará la pasarela-recepción de candidaturas.
Entre el 4 y 7 de diciembre, la Comisión de Gobernación entrevistará a los wannabes. Será el 10 de diciembre, si las reglas no cambian, cuando dicha Comisión informe a la Junta de Coordinación Política qué onda con los aspirantes.
Con base en esto, los partidos intentarán ponerse de acuerdo y de ahí, elegir a los integrantes del nuevo IFE
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 21 de noviembre.
Por 370 votos en favor, ocho abstenciones y ningún voto en contra, la Cámara de Diputados aprobó la convocatoria para elegir a tres nuevos consejeros del IFE, entre ellos su presidente. Los aspirantes podrán empezar a inscribirse desde hoy, a partir de las 9 horas, hasta el día 30, a las 19 horas…
Miguel Ángel Rivera, “Clase política”, La Jornada, 21 de noviembre.
Ayer se emitió, finalmente, la convocatoria para renovar la Presidencia del Consejo General del Instituto Federal Electoral. La tomada de pelo del siglo aprobada en la Cámara de Diputados, con la que los partidos políticos pretenden dar su feliz dedazo dándonos a los ciudadanos puritito atole con el dedo. Nos quieren hacer creer que nuestra “opinión” será tomada en cuenta (pues la reforma que ellos mismos aprobaron señala que se debe realizar una “amplia consulta pública” para seleccionar a los nuevos consejeros). ¡Qué chafada!
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 21 de noviembre.
Hoy comienza a develarse el rostro de la otra esfinge: los dos consejeros del IFE y el sustituto del pedante doctor Luis Carlos Ugalde habrán de empezar a conocerse. El golpe de Estado, perfectamente orquestado por los diputados y los senadores mexicanos, se consuma. Luego de la reforma a la Ley Federal Electoral, cuya principal víctima es la libertad de expresión, ahora se hacen ellos del instrumento real de los procesos electorales, con la reforma al Cofipe y todos sus accesorios.
Félix Cortés Camarillo, “Cancionero”, Milenio, 21 de noviembre.
Si quiere apuntarse, estos son algunos requisitos: ser ciudadano mexicano por nacimiento, con más de treinta años el día de la designación, poseer titulo profesional y conocimientos político-electorales; no haber sido condenado, ni haber residido fuera del país en los últimos dos años.
No ser secretario de Estado, ni procurador general de la República o capitalino, ni subsecretario u Oficial Mayor.
Tampoco podrán aquellos que han sido gobernador, jefe de gobierno, ni secretario de gobierno, a menos que se separe de su encargo con un año de anticipación.
Uy. Lástima por Jorge Alcocer, candidato de Man… perdón, uno de los nombres que se manejaron para presidir el nuevo IFE. Se aprobó que ningún ex presidente de partido, ni candidato a puesto de elección popular se postule.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 21 de noviembre.
Las reglas aprobadas ayer quedaron así (así de exquisitas): los aspirantes deben ser ciudadanos mexicanos por nacimiento, con más de treinta años el día de la designación, poseer título profesional y conocimientos político-electorales, no haber sido condenado ni residido fuera del país en los últimos dos años.
No deben haber desempeñado un cargo de presidente de partido político ni haberse registrado como candidato en los últimos cinco años, además de no ser secretario de Estado ni titular de la PGR o procurador capitalino, subsecretario u oficial mayor, gobernador, jefe de Gobierno ni secretario de Gobierno, a menos que se separe de su encargo con un año de anticipación. En lo que quieren hacernos creer que será una “consulta pública”, durante el periodo de entrevistas la Junta de Coordinación Política recibirá, por escrito, opiniones de ciudadanos. La Comisión de Gobernación entregará a la Junta un informe pormenorizado con sus valoraciones.
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 21 de noviembre.
La convocatoria para elegir a los nuevos consejeros, por cierto, fue aprobada ayer en San Lázaro con 370 votos a favor, cero en contra y ocho abstenciones de diputados de la elbista Nueva Alianza. ¿Habrán recibido línea de la poderosa maestra, quien puso a Luis Carlos Ugalde como presidente consejero en 2003? Es pregunta.
Entre los requisitos aprobados para formar parte del nuevo Consejo General del IFE está el de poseer un título profesional, o formación equivalente. Eso parece colocar a Rodrigo López, actual consejero electoral, protegido de Beltrones, camino al desempleo. La otra que parece condenada es Alejandra Latapí, quien se subió al ring, junto con Ugalde, en el momento más ríspido de la disputa del IFE con los partidos.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 21 de noviembre.
g) Ciudadana Yuriria Sierra. Fecha de nacimiento: 21 de agosto de 1975 (signo zodiacal Leo: con “don de mando, generosidad y tolerancia”). Lugar de nacimiento: México lindo y querido. Yo nada más quiero aspirar al cargo para decidir que todos los spots merecen estar al aire, que nadie tiene autoridad moral para decidir qué resulta “ofensivo”, para garantizar, pues, que esta democracia no naufrague en las amargas aguas de la censura… Y, bueno, sí, de paso (y si algún valiente se avienta), para usufructuar de la “dote matrimonial” a la que tiene derecho quien sea consejero presidente…
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 21 de noviembre.
Entre los requisitos para los nuevos consejeros del IFE, junto a un manifiesto bajo protesta de decir verdad de no haber sido sancionado por delito doloso ni estar sujeto a algún proceso penal (hay que ser López Obrador para poder aspirar a un cargo estando sujeto a proceso penal), se incluye un ensayo de un máximo de 10 cuartillas "sobre la aplicación de la reforma constitucional en materia electoral recientemente aprobada". Con esto, al parecer, se pretende evitar que alguien no comprometido con esta reforma llegue a ser miembro del Consejo General del IFE.
De hecho, poco importa lo abierta que pueda ser la convocatoria, en la cual cualquiera puede proponer candidatos. La decisión final quedará en manos de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, feroz guardián de una reforma restrictiva. La Comisión de Gobernación de la Cámara recibirá las solicitudes y determinará cuáles llenan los requisitos. Entrevistará también a los candidatos y elaborará un informe con sus recomendaciones. Los distintos partidos políticos, de hecho, ya están promoviendo a sus candidatos.
La decisión final, sin embargo, será responsabilidad de la Junta de Coordinación Política. Ésta escogerá al nuevo presidente y a dos nuevos consejeros del IFE. También determinará cuándo dejarán de cumplir con sus funciones el resto de los consejeros que están siendo destituidos de manera gradual como consecuencia de la reforma electoral. Si bien se ha sentenciado ya abiertamente a Luis Carlos Ugalde, el presidente del IFE, no hay criterios para determinar cuáles son los otros dos consejeros despedidos este diciembre, cuáles en el 2008 y cuáles en el 2010.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 22 de noviembre.
Lo único malo son los requisitos: contar con credencial para votar, gozar de derechos ciudadanos, tener más de 30 años, título profesional, estar provisto de buena reputación, no haber sido condenado por delito alguno, no haber sido presidente de un partido, tener conocimientos en materia político-electoral, no haber sido registrado como candidato a cargo alguno de elección popular, no desempeñar ni haber desempeñado cargo de dirección en algún partido, no ser secretario de Estado, procurador general o del DF, secretario de Gobierno, gobernador ni nada de esas cosas. No especifica si se vale que hayas pertenecido a esta legislatura donde se han gastado 16 millones en consultas y medicinas. Ya no hacen a los diputados como antes. A esa bola de achacosos los deberían meter al PrevenIMSS.
Jairo Calixto Albarrán, “Política cero”, Milenio, 22 de noviembre.
Con la designación de los nuevos consejeros del IFE, y la decisión de cuáles deberán salir ahora y cuáles más tarde, la Junta de Coordinación Política habrá logrado su propósito de acabar con un Consejo General del IFE que la propia Constitución determinaba como inamovible. El PRD cumplió con su promesa de castigar a los consejeros del IFE por las decisiones tomadas en el proceso electoral del 2006. Junto con el PRI, por otra parte, habrá logrado descalificar, cuando menos en cierta medida, la legitimidad de las elecciones presidenciales. El PAN no tiene nada que ganar con este golpe que pone en tela de juicio la legitimidad de su propio triunfo electoral en el 2006, pero a cambio ha obtenido el voto del PRI en apoyo a una lamentable reforma fiscal.
Si la reforma electoral de 1996 creó un IFE autónomo cuyos consejeros estaban constitucionalmente protegidos de los políticos, los políticos han tomado hoy venganza y han sometido el IFE a la voluntad de los partidos. La Junta de Coordinación Política se ha convertido en ese nuevo tribunal supremo del que depende el IFE. Si los consejeros no obedecen, podrán ser destituidos nuevamente.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 22 de noviembre.
Impedirá la inscripción irresponsable la fijación de requisitos como el de poseer título profesional (o experiencia equivalente) y conocimientos en la materia político electoral. El cumplimiento de esta última condición se comprobará mediante la presentación de un ensayo de hasta 10 cuartillas sobre la aplicación de la reforma constitucional recientemente aprobada, y después a través de entrevistas con miembros de la Comisión de Gobernación, que ocurrirían en sesiones públicas transmitidas por el Canal del Congreso. Tal abordamiento abierto impedirá sorpresas que los grupos parlamentarios buscarán asestar a los ciudadanos y aun a los propios miembros de la Cámara, como ocurrió con el consejo cuya sustitución está por comenzar.
En efecto, la noche del 31 de octubre de 2003 la mayor parte de los legisladores ignoraron qué votaron al aprobar la propuesta fraguada por Elba Esther Gordillo y Germán Martínez, protagonistas entonces del convenenciero convenio entre el PRI y el PAN que a la fecha prospera tras haber alcanzado su punto culminante en la elección presidencial. No se preparó el dictamen que exige el procedimiento parlamentario y no se explicó, en consecuencia, por qué los consejeros elegidos habían llegado a ese punto.
Miguel ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 22 de noviembre.
De hecho, el Consejo General del Instituto siempre fue integrado por los partidos políticos a través del sistema de cuotas, pero antes era una simulación y ahora el procedimiento partidista se lleva a la legislación.
El proyecto de nuevo Cofipe establece todo un título dedicado a las responsabilidades de los servidores públicos del IFE lleno de conceptos subjetivos que generarán condiciones de incertidumbre para el ejercicio del cargo de los consejeros electorales.
Por ejemplo, el artículo 380 párrafo primero inciso c) sostiene: “serán causas de responsabilidad para los servidores públicos del Instituto Federal Electoral: tener notoria negligencia, ineptitud o descuido en el desempeño de las funciones o labores que deban realizar”.
Pero… ¿Quién definirá lo que es notoria negligencia, ineptitud o descuido?
José Contreras, “Expediente Político”, Crónica, 24 de noviembre.
Para hacer efectiva la participación social, el proceso tendrá la mayor transparencia; todos los días en internet se conocerá de los registros, aceptaciones y demás actividades, se harán entrevistas transmitidas por el canal del Congreso para que se pueda opinar sobre los candidatos. Al final del proceso será en la Junta de Coordinación Política donde se determinará quiénes serán sometidos a votación en el pleno, con base en las valoraciones de las entrevistas y los juicios de valor de los ciudadanos por un lado, y la percepción de imparcialidad de los propuestos y la capacidad de concitar adhesiones
Héctor Larios Córdova, El Universal, 24 de noviembre.
El inciso h) habla de otra causa de responsabilidad: “emitir opinión pública que implique prejuzgar sobre un asunto de su conocimiento”, lo que coarta la libertad de expresión de los consejeros.
Los consejeros electorales, incluido el presidente del Consejo, podrán ser sancionados con suspensión de sus funciones o inhabilitación por la Cámara de Diputados, previa notificación de la Contraloría General del IFE, cuyo titular será nombrado por la misma Cámara de Diputados.
En síntesis, el nuevo IFE le da armas a los partidos políticos y más específicamente a los coordinadores parlamentarios de la Cámara de Diputados para nombrar y remover a los integrantes del Consejo General del IFE mediante procedimientos ambiguos y subjetivos.
Estas atribuciones contribuyen a otorgar a los coordinadores parlamentarios un poder que va incluso más allá que el de los dirigentes nacionales de los partidos.
La reciente elección de dos consejeros de la Judicatura Federal puso en evidencia que el reparto de cuotas partidistas persiste.
José Contreras, “Expediente Político”, Crónica, 24 de noviembre.
Admito que no tuvimos la sagacidad de imaginar que, junto con la “notoria ineptitud” que podría poner en la calle a nuevos consejeros del Instituto Federal Electoral, los legisladores se inventarían otra genial causa de cese para quienes debieran ser, por naturaleza, inamovibles en sus cargos: “notoria negligencia”.
No vaya a ser que un futuro consejero se ponga rejego, amén de rebelde, y exija a sus patrones que le demuestren que es inepto antes de correrlo. No serás inepto, le dirían en ese caso, pero sí negligente. Te vas.
Los legisladores que redactaron esta parte de la iniciativa ni siquiera se preocuparon por revisar el diccionario. Negligencia significa descuido. Aun así, la disposición quedaría en estos términos: “Tener notoria negligencia, ineptitud o descuido en el desempeño de las funciones o labores que deban desempeñar”. Me pregunto si su negligencia en el uso del idioma o su notoria redundancia— es signo de ineptitud.
Pascal Beltrán del Río, “Bitácora del Director”, Excélsior, 25 de noviembre.
La cosa es muy sencilla: la propuesta de reformas a la legislación electoral acaban con la inamovilidad de los consejeros del IFE, condición inexcusable para la autonomía de ese organismo.
Es decir, los consejeros electorales estarán a disposición de un señor contralor, nombrado por los legisladores, desde luego, nomás faltaba, quien determinará cuándo destituir a esos consejeros hasta por “ineptitud” y “negligencia”, dos conceptos tan definidos como aquellos de “desamor”, “celotipia” e “indeferencia” de la malhadada “ley” de equidad de género.
Gerardo Galarza, “La estación”, Excélsior, 25 de noviembre.
Ya hay una aceptación tácita de parte de quiénes jugarán un papel operativo y de dirección cotidiano, en los próximo años, de la nueva misión que se le ha encomendado al Instituto Federal Electoral. Estando por iniciarse un nuevo ciclo en la vida institucional del IFE, los hombres y mujeres que integrarán el Consejo General están dispuestos a participar en esta etapa, bajo las reglas aprobadas, y con el carácter político que se le ha impuesto al instituto por parte del poder constituyente.
Han aceptado participar bajo un esquema distinto al que estaba vigente cuando fueron designados originalmente (en el 2003), todos los consejeros electorales que confían no ser removidos en esta ocasión. Si no hubiesen aceptado que cambiara la naturaleza de su cargo, debieron haber renunciado —en bloque y de manera inmediata— cuando quedó claro que los partidos les asignaron un rol diferente. Han aceptado quedarse a pesar de que saben que han perdido toda capacidad de independencia, y que jugarán, a lo más, un papel de testigos, dando su aval a las decisiones del nuevo presidente del IFE.
Emilio Zebadúa, “Observatorio Global”, Crónica, 26 de noviembre.
Busco otra manera de decirlo: para la genuina recomposición futura, no tiene ningún sentido buscar docilidad, compadrazgo o línea de mando soterrada. Los partidos mexicanos son criaturas extraordinariamente fuertes, arraigadas, con vastos recursos, por lo que necesitan árbitros igualmente fuertes, independientes, dotados de todas las facultades y herramientas para ser un juez eficaz y equilibrado frente a las descomunales disputas de aquellas criaturas poderosas.
A nadie conviene un IFE ganso, cuyas personalidades sean débiles, impresionables o manipulables; por el contrario, el IFE de la moderna democracia será un IFE con fuertes atribuciones legales y con personalidades que las sepan ejercer.
Ricardo Becerra, Crónica, 26 de noviembre.
También han aceptado el giro que se le dio al IFE los dos consejeros electorales que van a ser despedidos por parte del Congreso. Lo han hecho de varias maneras; en primer lugar, cabildeando de manera individual, como lo ha hecho el resto de sus compañeros, para evitar que los partidos los escojan a ellos, y no a otro de los consejeros para ser reemplazados “de manera escalonada”. Lo hicieron, como el conjunto de los consejeros, al no renunciar inmediatamente para no prestarse a este juego de arreglos y compromisos individuales a costa de la independencia que debieron guardar siempre. Y, finalmente, lo harán al no impugnar legalmente su remoción.
Pero lo más trascendente para el funcionamiento del sistema electoral de aquí al 2012, es que ya ha aceptado de facto los nuevos términos de su tarea, la persona, hombre o mujer, que ocupará el cargo de consejero presidente del IFE en sustitución de Luis Carlos Ugalde. Lo primero que ya aceptó, como lo dicho de los anteriores casos, es la nueva naturaleza del IFE. Cualquiera que resulte designado por los tres partidos entiende —porque es especialista en materia electoral— que las reformas constitucionales y legales están dirigidas, no a fortalecer a la autoridad, sino a los propios partidos a través del control del IFE.
Emilio Zebadúa, “Observatorio Global”, Crónica, 26 de noviembre.
Para aspirar a consejero se requiere ser por lo menos licenciado con cinco años de antigüedad, no haber tenido cargo en partido (recordemos que sólo se entiende por ellos a los que conservan registro) durante los últimos cuatro años o un cargo público en los últimos cinco. Queda claro que todo el poder electoral se queda en el IFE en todos los sentidos, incluida una disminución del poder del Tribunal y de la Fiscalía para Delitos Electorales.
Se confirma también que nadie podrá buscar una candidatura en más de un partido en cada proceso comicial. Que sí podrá hacerse publicidad en medios impresos y se establece, si entendimos bien, el voto por voto, pero en términos de consejos distritales, cuando la diferencia sea menor de 1% en ese Distrito.
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 29 de noviembre.
Con esa desconfianza pero más sofisticada, habremos de elegir en los próximos días al nuevo Consejero Presidente del IFE, a dos consejeros más que durarán nueve años en su encargo y la Cámara de Diputados definirá quiénes de los seis consejeros se quedarán hasta el 2008 y cuáles hasta el 2010. Para ello, se ha montado un procedimiento que busca garantizar que sean los ciudadanos y sus organizaciones quienes se presenten de manera abierta como candidatos a ocupar los tres lugares vacantes y con ello darle legitimidad y transparencia al proceso en su conjunto. Detrás de ello, la idea básica es que se evitará que los partidos sean los que propongan. El proceso, ni duda cabe, ha logrado atraer muchos ciudadanos, al terminar esta nota eran 126 inscritos, pero el proceso no ha logrado zanjar lo más importante: la desconfianza.
Miguel González Compeán, Crónica, 30 de noviembre.
Por lo que toca al proceso, es claro que se ha abierto, lo que no es claro es quién está detrás de cada una de las propuestas ciudadanas y menos aún sabemos si estas organizaciones civiles, no tienen a su vez ligas con multitud de partidos o grupos de interés específicos. No tenemos criterios expresados en la convocatoria que permitan con objetividad definir la pertinencia de los candidatos propuestos o auto-inscritos que se han presentado, salvo la edad, su buena reputación y un escrito que deben presentar y, claro, la entrevista que tendrán con la Comisión de Gobernación de la Cámara, que para el efecto, se dividirá en grupos de trabajo suficientes para entrevistar 126, más los que se acumulen hoy viernes, en cuatro días a todos.
Miguel González Compeán, Crónica, 30 de noviembre.
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