La lista de las cinco ciudades más peligrosas del mundo, que elabora anualmente la revista Foreign Policy coloca a Caracas como la primera del planeta en “violencia brutal y homicida”.
Con sus apenas 3.2 millones de habitantes, la capital de Venezuela tiene una tasa de 130 homicidios por cada 100 mil residentes, según las estadísticas oficiales.
Le siguen muy de lejos, según la revista, Nueva Orleáns, con un tasa de homicidios que va desde los 67 por cada cien mil habitantes que contabiliza el Departamento de Policía de esa ciudad y los 95 del FBI; Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, con una tasa de homicidios de 62 por cada 100 mil habitantes; y Port Moresby, en Nueva Guinea, con 54; y en Europa, Moscú, con una tasa de 9.6, lejos del resto, pero muy por encima de Londres, París y Madrid, con 2.
“La capital del país de (el presidente Hugo) Chávez se ha tornado en años recientes mucho más peligrosa que cualquier ciudad sudamericana, superando la otrora notoria Bogotá”, cuya tasa es de 18, indicó.
“Y lo peor —señala Foreign Policy— es que las estadísticas oficiales de homicidio en la ciudad son muy inadecuadas porque omiten los crímenes dentro de prisiones al igual que las muertes que el Estado nunca llega a incluir, como las de los que se resisten al acuerdo”, lo cual según la revista “indica que los policías de Caracas, ya famosos por su brutalidad contra los estudiantes en protestas, acomodan las cifras”.
Incrementa violencia. La revista denuncia que “desde que Chávez llegó al gobierno, en 1998, la tasa oficial de homicidios en Venezuela ha subido un 67 por ciento, debido principalmente a la violencia de las pandillas y el tráfico de drogas”, concluyó.
En Venezuela se cometen 52 asesinatos por cada 100 mil habitantes, por encima de los 24 homicidios por cada cien mil que se registran en México, los 23 que hay en Brasil, los 9 en Argentina o los 1.9 en Chile.
Asesinado líder opositor. Julio Soto, líder universitario del estado de Zulia y militante del partito Un Nuevo Tiempo (UNT), opositor al gobierno de Chávez, murió ayer y otro compañero resultó herido en un atentado a tiros registrado en Maracaibo.
El ministro del Interior, Tarek el Aissami, lamentó este “abominable crimen” y pidió “que no se use este hecho para generar estados de violencia, independientemente de que era un militante de oposición”.
Con sus apenas 3.2 millones de habitantes, la capital de Venezuela tiene una tasa de 130 homicidios por cada 100 mil residentes, según las estadísticas oficiales.
Le siguen muy de lejos, según la revista, Nueva Orleáns, con un tasa de homicidios que va desde los 67 por cada cien mil habitantes que contabiliza el Departamento de Policía de esa ciudad y los 95 del FBI; Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, con una tasa de homicidios de 62 por cada 100 mil habitantes; y Port Moresby, en Nueva Guinea, con 54; y en Europa, Moscú, con una tasa de 9.6, lejos del resto, pero muy por encima de Londres, París y Madrid, con 2.
“La capital del país de (el presidente Hugo) Chávez se ha tornado en años recientes mucho más peligrosa que cualquier ciudad sudamericana, superando la otrora notoria Bogotá”, cuya tasa es de 18, indicó.
“Y lo peor —señala Foreign Policy— es que las estadísticas oficiales de homicidio en la ciudad son muy inadecuadas porque omiten los crímenes dentro de prisiones al igual que las muertes que el Estado nunca llega a incluir, como las de los que se resisten al acuerdo”, lo cual según la revista “indica que los policías de Caracas, ya famosos por su brutalidad contra los estudiantes en protestas, acomodan las cifras”.
Incrementa violencia. La revista denuncia que “desde que Chávez llegó al gobierno, en 1998, la tasa oficial de homicidios en Venezuela ha subido un 67 por ciento, debido principalmente a la violencia de las pandillas y el tráfico de drogas”, concluyó.
En Venezuela se cometen 52 asesinatos por cada 100 mil habitantes, por encima de los 24 homicidios por cada cien mil que se registran en México, los 23 que hay en Brasil, los 9 en Argentina o los 1.9 en Chile.
Asesinado líder opositor. Julio Soto, líder universitario del estado de Zulia y militante del partito Un Nuevo Tiempo (UNT), opositor al gobierno de Chávez, murió ayer y otro compañero resultó herido en un atentado a tiros registrado en Maracaibo.
El ministro del Interior, Tarek el Aissami, lamentó este “abominable crimen” y pidió “que no se use este hecho para generar estados de violencia, independientemente de que era un militante de oposición”.
Agencias en Caracas, Crónica, 2 de octubre.
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