Al menos 10 estados se hallan en riesgo de colapsarse económicamente en el mediano plazo, debido a la sensible disminución de envíos de remesas por parte de trabajadores mexicanos en Estados Unidos, así como su eventual retorno a sus lugares de origen por la crisis financiera en ese país, aseguró el diputado del PRI, Edmundo Ramírez Martínez.
El secretario de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios de la Cámara de Diputados, dijo que este problema en puerta es para los estados de Zacatecas; Michoacán; Hidalgo; Tlaxcala; Campeche; Guerrero; Oaxaca; Puebla, Querétaro y Jalisco, que tienen un historial de migración desde el inicio del siglo pasado.
Aseguró que para muchas localidades de esos estados los dólares que envían los migrantes son el motor del desarrollo y por lo mismo ya han comenzado a resentir la disminución de los ingresos.
Explicó que la grave situación que vive el país se debe en parte a la contracción del mercado laboral de Estados Unidos:
“Nos enfrentamos a una disminución real de remesas; estamos ante un panorama verdaderamente complicado que perjudica directamente a medio país, porque regiones completas viven gracias a la dinámica del envío de dinero de sus familiares”, aseguró.
Advirtió que si el Ejecutivo federal no genera empleos suficientes para arraigar a los emigrantes en su lugar de origen o para fortalecer la inversión productiva, en el 2010 “medio país se podría convulsionar económicamente y los estados más afectados serían los que registran mayor migración”.
Sostuvo que el Ejecutivo carece de un plan de contingencia para enfrentar la problemática y el regreso de los emigrantes a nuestro país, y dijo que los criterios que genera en su política económica no tienen una estrategia anticrisis financiera.
El secretario de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios de la Cámara de Diputados, dijo que este problema en puerta es para los estados de Zacatecas; Michoacán; Hidalgo; Tlaxcala; Campeche; Guerrero; Oaxaca; Puebla, Querétaro y Jalisco, que tienen un historial de migración desde el inicio del siglo pasado.
Aseguró que para muchas localidades de esos estados los dólares que envían los migrantes son el motor del desarrollo y por lo mismo ya han comenzado a resentir la disminución de los ingresos.
Explicó que la grave situación que vive el país se debe en parte a la contracción del mercado laboral de Estados Unidos:
“Nos enfrentamos a una disminución real de remesas; estamos ante un panorama verdaderamente complicado que perjudica directamente a medio país, porque regiones completas viven gracias a la dinámica del envío de dinero de sus familiares”, aseguró.
Advirtió que si el Ejecutivo federal no genera empleos suficientes para arraigar a los emigrantes en su lugar de origen o para fortalecer la inversión productiva, en el 2010 “medio país se podría convulsionar económicamente y los estados más afectados serían los que registran mayor migración”.
Sostuvo que el Ejecutivo carece de un plan de contingencia para enfrentar la problemática y el regreso de los emigrantes a nuestro país, y dijo que los criterios que genera en su política económica no tienen una estrategia anticrisis financiera.
Luciano Franco, Crónica, 6 de octubre.
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