LA HABANA.— No se conocen muchas imágenes del presidente Raúl Castro en un evento religioso. Ayer dio la sorpresa cuando se presentó muy temprano a la llamada santa catedral de Nuestra Señora de Kazan, de la Iglesia ortodoxa rusa, a compartir la consagración con su eminencia Viril Gundjaev, representante del gran patriarca de Rusia, Alexei II y Metropolita de Smolensk y Kaliningrado.
El mandatario cubano llegó cinco minutos antes (8:55 horas) que su anfitrión, el también presidente del Departamento de Relaciones Exteriores Religiosas del Patriarcado de Moscú. Permaneció dentro del recinto 45 minutos para inaugurar lo que el propio Gundjaev denominó “monumento a la amistad ruso-cubana” que se preservó “hasta en los momentos difíciles de la guerra fría”.
“Este día será recordado durante cientos de años”, aseguró Viril Gundjaev, al tiempo de calificar como “un acontecimiento histórico” la consagración de lo que se considera la primera iglesia ortodoxa rusa de su tipo en América Latina y el Caribe. Tiene, subrayó, una gran significación para Rusia y las relaciones cubano-rusas.
Para no dejar duda, una amplia delegación de parlamentarios, líderes religiosos, intelectuales, bailarines, grupos corales, artistas, empresarios, funcionarios, entre muchos más, llegaron a La Habana para participar en los que se ha dado en llamar “los días de Rusia en Cuba”.
La delegación rusa que se encuentra en la isla está presidida por Stanislav Naumov, viceministro de Industria y Comercio; Liubov Sliska, vicepresidenta primera de la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso); así como por el viceministro del Ministerio de Energética, Viacheslav Sinyugin.
Por primera vez Rusia envía un grupo importante de empresarios a Cuba, quienes habrán de iniciar hoy un Foro de Negocios para profundizar los vínculos bilaterales y explorar posibilidades de mayor cooperación. Rusia pasó en los últimos 15 años de ser el primero al décimo socio comercial de la isla, con un intercambio comercial de más de 363 millones de dólares.
El mandatario cubano llegó cinco minutos antes (8:55 horas) que su anfitrión, el también presidente del Departamento de Relaciones Exteriores Religiosas del Patriarcado de Moscú. Permaneció dentro del recinto 45 minutos para inaugurar lo que el propio Gundjaev denominó “monumento a la amistad ruso-cubana” que se preservó “hasta en los momentos difíciles de la guerra fría”.
“Este día será recordado durante cientos de años”, aseguró Viril Gundjaev, al tiempo de calificar como “un acontecimiento histórico” la consagración de lo que se considera la primera iglesia ortodoxa rusa de su tipo en América Latina y el Caribe. Tiene, subrayó, una gran significación para Rusia y las relaciones cubano-rusas.
Para no dejar duda, una amplia delegación de parlamentarios, líderes religiosos, intelectuales, bailarines, grupos corales, artistas, empresarios, funcionarios, entre muchos más, llegaron a La Habana para participar en los que se ha dado en llamar “los días de Rusia en Cuba”.
La delegación rusa que se encuentra en la isla está presidida por Stanislav Naumov, viceministro de Industria y Comercio; Liubov Sliska, vicepresidenta primera de la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso); así como por el viceministro del Ministerio de Energética, Viacheslav Sinyugin.
Por primera vez Rusia envía un grupo importante de empresarios a Cuba, quienes habrán de iniciar hoy un Foro de Negocios para profundizar los vínculos bilaterales y explorar posibilidades de mayor cooperación. Rusia pasó en los últimos 15 años de ser el primero al décimo socio comercial de la isla, con un intercambio comercial de más de 363 millones de dólares.
Juan Balboa corresponsal, El Universal, 20 de octubre.
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