La frase de la discordia

La frase de la discordia que Andrés Manuel López Obrador pretende incorporar a la reforma de Pemex “sólo se justifican si la petrolera pretendiera utilizar esquemas de contratación de bloques que otorguen propiedad de la área asignada o participación en la producción, como ocurre en otras partes del mundo, y este no es el caso”.

Así lo dieron a conocer funcionarios de Petróleos Mexicanos (Pemex), quienes subrayaron que la paraestatal ni pretende ni está facultada para otorgar bloques para la explotación de petróleo y gas que comprometan la propiedad del territorio o la renta petrolera, como sucede en países como Cuba, China, Venezuela o Brasil.


López Obrador busca incluir en la reforma la frase: “No se suscribirán contratos de exploración o producción que contemplen el otorgamiento de bloques o áreas exclusivas”.


El analista Jaime Brito, de la firma consultora PFC Energy, con sede en Washington, explicó que con la reforma “se establecen límites respecto a los bloques que podrán licitarse en yacimientos como Chicontepec o aguas profundas, en donde el Estado mantiene el dominio directo sobre los hidrocarburos; no se conceden derechos sobre las reservas; las remuneraciones al proveedor siempre serán en efectivo, no podrán pactarse porcentajes de producción, del valor de las ventas o de las utilidades, y, no se permiten alianzas”. indicaron.


Lo que Pemex va a licitar, una vez que se apruebe la reforma, no es un bloque en sí mismo y sus reservas, sino un contrato de obras y servicios para realizar ciertas actividades en una área determinada, añadió.


Otro de los límites que establece la reforma es que a un contratista no se le puede otorgar en exclusividad un bloque o área en el sentido de que es de su propiedad el territorio o cualquier hidrocarburo que pueda encontrarse en ese espacio físico.


Se otorga una área determinada para que el contratista pueda trabajar a cuenta de Pemex en ese espacio, indicaron ingenieros especialistas del área de exploración y producción de Pemex.


Se debe tomar en cuenta, añadieron, “que un yacimiento puede localizarse en una superficie de varios kilómetros cuadrados y para que el contratista pueda trabajar, se necesita saber en dónde lo va a hacer, para que pueda diseñar sus planes integrales de inversión y operación”.


Actualmente, México opera siete contratos para la explotación de gas natural en la cuenca de Burgos, mediante la exploración y explotación de igual número de bloques, pero se trata, indicaron los funcionarios de Pemex, únicamente de contratos de servicios, de ahí que México sería uno de los pocos países petroleros en el mundo que no entregan bloques en concesión ni bajo la figura de producción compartida.


En ese espacio territorial que abarca los estados de Tamaulipas, Nuevos León y Coahuila; empresas como Petrobras, Teikoku Oil, D&S Petroleum, Diavas, Tecpetrol, Industrial Perforadora de Campeche y Lewis Energy, entre otras, desarrollan trabajos de exploración y perforación a cuenta de Pemex.


Países como Venezuela, que por mucho tiempo permaneció cerrado a la inversión privada, tiene en el proyecto Orinoco —el más importante de esa economía—, 27 bloques de 500 kilómetros cuadrados cada uno, los cuales se han concesionado a empresas como la española Repsol, la rusa Lukoil, la china CNPC y la brasileña Petrobras.


La zona económicamente exclusiva de Cuba, en el golfo de México, fue parcelada en 59 bloques para la exploración por parte de empresas extranjeras desde 1999. Hasta ahora participan la española Repsol YPF y la canadiense Sherritt International, que apenas el 17 de octubre anunció que rescindió su contrato con la estatal Cuba Petróleo (Cupet) tras evaluar que “no merecía la pena continuar”.


En estos dos países, los bloques se concesionan o se entregan bajo el esquema de producción y compartida.
Noé Crua Serrano, El Universal, 28 de octubre.

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