Sin privatización ni contratos de riesgo avanzan las negociaciones de PRI, PAN y PRD respecto a la reforma energética, en la que la inversión de las Afore se convertirá en un detonador para el crecimiento de Petróleos Mexicanos.
Con la crisis económica mundial, el presidente Felipe Calderón y Acción Nacional decidieron desechar la participación de capital privado en refinación, transporte, almacenamiento y distribución de hidrocarburos.
En lo único que se aceptará la participación privada será en exploración, sobre todo en aguas profundas, pero no se permitirá que se pague con renta petrolera.
Se contratarán a empresas privadas nacionales o extranjeras y se les pagará por el trabajo, por lo que Petróleos Mexicanos asumirá el riesgo económico en caso de que no se obtengan resultados; es decir, habrá certidumbre financiera a las empresas que deseen explorar en nuestro país.
Con grandes avances después de las reuniones que ha sostenido la cúpula priista con el presidente Felipe Calderón, el punto que todavía está en el aire es el que se refiere al sindicato, donde existe la propuesta de que se lleve a cabo una reforma a sus pensiones en la revisión del Contrato Colectivo de Trabajo, lo que daría al Estado un ahorro de 6 puntos del Producto Interno Bruto.
Ésta es la salida que se dio a las reformas de pensiones de la Comisión Federal de Electricidad, la cual dio un ahorro de 5 puntos del PIB.
Otro de los puntos donde la oposición ya logró imponerse a la propuesta del Ejecutivo es la autonomía de gestión para la paraestatal, en la que se responsabiliza al Senado de ratificar a los integrantes del Consejo de Administración que proponga el Presidente.
A pesar de los grandes avances, panistas e incluso un grupo de perredistas, todavía existe un gran debate para buscar constitucionalmente, sin violar los tratados internacionales, la manera de obligar a empresas extranjeras que le vendan a Pemex a establecerse en México para generar empleos.
En la búsqueda de un planteamiento creativo, los senadores proponen que se den contratos plurianuales a esas trasnacionales y se les pida que al menos un porcentaje de las ganancias lo inviertan en México en una planta.
Con la crisis económica mundial, el presidente Felipe Calderón y Acción Nacional decidieron desechar la participación de capital privado en refinación, transporte, almacenamiento y distribución de hidrocarburos.
En lo único que se aceptará la participación privada será en exploración, sobre todo en aguas profundas, pero no se permitirá que se pague con renta petrolera.
Se contratarán a empresas privadas nacionales o extranjeras y se les pagará por el trabajo, por lo que Petróleos Mexicanos asumirá el riesgo económico en caso de que no se obtengan resultados; es decir, habrá certidumbre financiera a las empresas que deseen explorar en nuestro país.
Con grandes avances después de las reuniones que ha sostenido la cúpula priista con el presidente Felipe Calderón, el punto que todavía está en el aire es el que se refiere al sindicato, donde existe la propuesta de que se lleve a cabo una reforma a sus pensiones en la revisión del Contrato Colectivo de Trabajo, lo que daría al Estado un ahorro de 6 puntos del Producto Interno Bruto.
Ésta es la salida que se dio a las reformas de pensiones de la Comisión Federal de Electricidad, la cual dio un ahorro de 5 puntos del PIB.
Otro de los puntos donde la oposición ya logró imponerse a la propuesta del Ejecutivo es la autonomía de gestión para la paraestatal, en la que se responsabiliza al Senado de ratificar a los integrantes del Consejo de Administración que proponga el Presidente.
A pesar de los grandes avances, panistas e incluso un grupo de perredistas, todavía existe un gran debate para buscar constitucionalmente, sin violar los tratados internacionales, la manera de obligar a empresas extranjeras que le vendan a Pemex a establecerse en México para generar empleos.
En la búsqueda de un planteamiento creativo, los senadores proponen que se den contratos plurianuales a esas trasnacionales y se les pida que al menos un porcentaje de las ganancias lo inviertan en México en una planta.
Georgina Morett, Milenio, 8 de octubre.
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