Para “no ser rehén de intereses políticos que buscan disminuir la presencia del árbitro electoral ni prestarse a vulnerar los principios de autonomía e independencia con lo que sólo se debilita al Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF)”, Isidro Cisneros Ramírez dimitió ayer, con carácter de irrevocable, al cargo de consejero presidente.
Minutos después de las 13 horas, Cisneros Ramírez entregó a cada uno de los seis consejeros, quienes a principios de septiembre intentaron removerlo del cargo y designar a un interino, su carta de renuncia en la que remarca que, después de “una prolongada lucha legal”, demostró a propios y extraños, “que con la ley no se juega”.
Advierte, además, que las reformas constitucionales en materia electoral –impulsadas por los senadores René Arce (PRD) y Federico Döring (PAN)– ocasionaron “efectos colaterales” que repercutieron negativamente en la vida interna de los institutos electorales, entre ellos el de la ciudad de México.
Cisneros Ramírez detalló que a partir de éstas “se generaron propuestas que fomentaron injerencias externas en la vida interna de la institución, como la idea de remover a un grupo de consejeros y posteriormente la rotación del consejero presidente”.
Hechos que, en opinión del ex consejero presidente, “ilustran sólo una parte de la antidemocrática intervención de diferentes actores e intereses políticos que vulneran la autonomía del instituto electoral”.
Remarca que por las elecciones intermedias de 2009 en el Distrito Federal, “las pasiones políticas se han incrementado”, por lo que Cisneros Ramírez augura que no será un proceso fácil en un “país políticamente fragmentado”.
En este contexto, el ex consejero asevera que el “árbitro electoral debe ser autónomo e independiente para poder aplicar estrictamente las reglas que regulan la competencia electoral. Si esas reglas no se aplican con firmeza, el riesgo de la incertidumbre nuevamente afectará a nuestra incipiente democratización”.
A lo largo de las tres cuartillas, de que consta la renuncia, Cisneros Ramírez hace un recuento de su labor en el IEDF, desde el 23 de diciembre de 2005, cuando la Asamblea Legislativa del DF lo nombró por unanimidad consejero presidente, hasta los recursos que presentó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y un juzgado federal, derivados del intento de sus ex compañeros consejeros de removerlo del cargo a propuesta del representante del PAN ante el consejo general del IEDF. “Una y otra vez, la ilegalidad e inconstitucionalidad de dichas intervenciones quedó demostrada”.
Isidro Cisneros concluye su carta externando su deseo de que el voto de los capitalinos sea respetado.
El ex consejero envió copia de la carta de renuncia al jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon, y a los presidentes de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa, Víctor Hugo Círigo, y del Tribunal Superior de Justicia, Édgar Elías Azar.
Minutos después de las 13 horas, Cisneros Ramírez entregó a cada uno de los seis consejeros, quienes a principios de septiembre intentaron removerlo del cargo y designar a un interino, su carta de renuncia en la que remarca que, después de “una prolongada lucha legal”, demostró a propios y extraños, “que con la ley no se juega”.
Advierte, además, que las reformas constitucionales en materia electoral –impulsadas por los senadores René Arce (PRD) y Federico Döring (PAN)– ocasionaron “efectos colaterales” que repercutieron negativamente en la vida interna de los institutos electorales, entre ellos el de la ciudad de México.
Cisneros Ramírez detalló que a partir de éstas “se generaron propuestas que fomentaron injerencias externas en la vida interna de la institución, como la idea de remover a un grupo de consejeros y posteriormente la rotación del consejero presidente”.
Hechos que, en opinión del ex consejero presidente, “ilustran sólo una parte de la antidemocrática intervención de diferentes actores e intereses políticos que vulneran la autonomía del instituto electoral”.
Remarca que por las elecciones intermedias de 2009 en el Distrito Federal, “las pasiones políticas se han incrementado”, por lo que Cisneros Ramírez augura que no será un proceso fácil en un “país políticamente fragmentado”.
En este contexto, el ex consejero asevera que el “árbitro electoral debe ser autónomo e independiente para poder aplicar estrictamente las reglas que regulan la competencia electoral. Si esas reglas no se aplican con firmeza, el riesgo de la incertidumbre nuevamente afectará a nuestra incipiente democratización”.
A lo largo de las tres cuartillas, de que consta la renuncia, Cisneros Ramírez hace un recuento de su labor en el IEDF, desde el 23 de diciembre de 2005, cuando la Asamblea Legislativa del DF lo nombró por unanimidad consejero presidente, hasta los recursos que presentó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y un juzgado federal, derivados del intento de sus ex compañeros consejeros de removerlo del cargo a propuesta del representante del PAN ante el consejo general del IEDF. “Una y otra vez, la ilegalidad e inconstitucionalidad de dichas intervenciones quedó demostrada”.
Isidro Cisneros concluye su carta externando su deseo de que el voto de los capitalinos sea respetado.
El ex consejero envió copia de la carta de renuncia al jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon, y a los presidentes de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa, Víctor Hugo Círigo, y del Tribunal Superior de Justicia, Édgar Elías Azar.
Gabriela Romero Sánchez, La Jornada, 18 de octubre.
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