El aumento en los índices del trabajo infantil, principalmente de menores migrantes en la frontera sur, demuestra que el Gobierno de México no ha hecho lo suficiente para erradicar este fenómeno, sostuvo ayer Jorge Bustamante, relator especial sobre los Derechos de los Migrantes del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
"Somos de los primeros lugares en violaciones a los derechos de los niños, particularmente en el trabajo infantil. Hay en México trabajando 3.3 millones de niños en violación a nuestras leyes.
"Es muy común encontrar a niñas guatemaltecas en trabajos domésticos, no solamente en las ciudades fronterizas de Chiapas, sino que he visto casos de señoras que se van a la frontera con Guatemala a comprar niñas para traerlas a la Ciudad de México a trabajar en condiciones muy cercanas a la esclavitud", afirmó.
Entrevistado en el marco de la Reunión Internacional sobre la Protección de los Derechos de los Niños y las Niñas en el Contexto de la Migración Internacional, organizado por la Cancillería, Bustamante dijo que las autoridades federales no le han dado la suficiente relevancia al fenómeno, por lo que urgió a establecer mayores penalizaciones al trabajo infantil, equiparables al castigo de un delito del fuero común.
"El Estado mexicano no le ha dado importancia suficiente al trabajo infantil, el indicador más claro de esto es que no hay inspectores suficientes para tener una medición de las diferentes caraterísticas que entrañan estas violaciones. Nada suficiente (ha realizado el Gobierno). Es evidente que el trabajo infantil necesita acciones legislativas más drásticas, una nueva ley que tipifique la contratación de los niños y niñas como un delito que se persiga de oficio", advirtió.
Parte del problema, señaló, es que no existe una conciencia pública, pues para la población es muy normal ver a niñas en el empleo doméstico.
"Que los padres autoricen el trabajo infantil es una excusa que hace que las violaciones al trabajo infantil se extiendan, se mantengan y se justifique hasta cierto punto", señaló.
En el acto, al que acudió la esposa del Presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala, el representante de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Karim Ghezraoui, urgió a los gobiernos y a la sociedad a reforzar los mecanismos de protección a los derechos humanos de los niños migrantes.
Zavala aseguró que la migración es un fenómeno que está dividendo a las familias. Advirtió que los niños en esta condición padecen los mayores abusos y son vulnerables a la discriminación y explotación.
Prueba de ello, recordó, es que en 2007 más de 35 mil menores fueron repatriados a México, y de ese total, 21 mil 366 viajaron solos.
"Somos de los primeros lugares en violaciones a los derechos de los niños, particularmente en el trabajo infantil. Hay en México trabajando 3.3 millones de niños en violación a nuestras leyes.
"Es muy común encontrar a niñas guatemaltecas en trabajos domésticos, no solamente en las ciudades fronterizas de Chiapas, sino que he visto casos de señoras que se van a la frontera con Guatemala a comprar niñas para traerlas a la Ciudad de México a trabajar en condiciones muy cercanas a la esclavitud", afirmó.
Entrevistado en el marco de la Reunión Internacional sobre la Protección de los Derechos de los Niños y las Niñas en el Contexto de la Migración Internacional, organizado por la Cancillería, Bustamante dijo que las autoridades federales no le han dado la suficiente relevancia al fenómeno, por lo que urgió a establecer mayores penalizaciones al trabajo infantil, equiparables al castigo de un delito del fuero común.
"El Estado mexicano no le ha dado importancia suficiente al trabajo infantil, el indicador más claro de esto es que no hay inspectores suficientes para tener una medición de las diferentes caraterísticas que entrañan estas violaciones. Nada suficiente (ha realizado el Gobierno). Es evidente que el trabajo infantil necesita acciones legislativas más drásticas, una nueva ley que tipifique la contratación de los niños y niñas como un delito que se persiga de oficio", advirtió.
Parte del problema, señaló, es que no existe una conciencia pública, pues para la población es muy normal ver a niñas en el empleo doméstico.
"Que los padres autoricen el trabajo infantil es una excusa que hace que las violaciones al trabajo infantil se extiendan, se mantengan y se justifique hasta cierto punto", señaló.
En el acto, al que acudió la esposa del Presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala, el representante de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Karim Ghezraoui, urgió a los gobiernos y a la sociedad a reforzar los mecanismos de protección a los derechos humanos de los niños migrantes.
Zavala aseguró que la migración es un fenómeno que está dividendo a las familias. Advirtió que los niños en esta condición padecen los mayores abusos y son vulnerables a la discriminación y explotación.
Prueba de ello, recordó, es que en 2007 más de 35 mil menores fueron repatriados a México, y de ese total, 21 mil 366 viajaron solos.
Alma Paola Wong, Reforma, 1º de octubre.
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