José Miguel Insulza, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), estimó que el crimen organizado se convirtió en un problema para México, porque hubo una demora en reconocerlo como tal y convertirlo en un tema importante para atacarlo.
En entrevista con REFORMA, el funcionario chileno afirmó que el costo de vidas humanas en el combate a la criminalidad es inevitable, e incluso sostuvo que es imposible no pagar el precio, si en verdad se busca seguridad y paz social.
"Francamente creo que el problema estuvo más bien en que hubo una cierta demora para reconocer el fenómeno, el problema, reconocerlo en un primer problema, como el tema más fundamental.
"A Felipe Calderón le he declarado mi admiración porque se mete con los problemas que hay, no con los problemas que no hay, él eligió los temas difíciles de la política mexicana y eso creo que hay que honrarle a cualquier gobernante, se metió con el problema fiscal, el problema del petróleo y con el problema del crimen.
"Antes no se metían mucho con esos problemas, esa es la realidad, es por eso que se provoca alarma...no voy a meterme en política mexicana, pero ciertamente es el primer Presidente que toma razón de que México tenía un problema grave de criminalidad", dijo.
El también ex canciller chileno sostuvo que por muy terribles y truculentas que sean las acciones criminales y por más que los índices delictivos aumenten, en términos de homicidios México no es el peor país en América Latina y hay al menos otros 10 países en la zona con peores indicadores.
Insulza incluso citó a Fareed Zakaria y su libro "The Post-American World", para mencionar que a nivel internacional las tendencias refieren que en los últimos 10 años han habido menos muertes violentas en el mundo que en cualquier época anterior.
Del costo de vidas humanas de la guerra del Gobierno federal contra la delincuencia organizada, que se cuentan por miles, aseguró que no existe otro camino más que confrontar el flagelo, ya que la alternativa sería dejar que las bandas expandan sus operaciones dentro y fuera del País.
"El costo sería indudablemente mayor si no se enfrentara el problema, es que es imposible no pagarlo si uno quiere tener una sociedad en paz, es imposible no pagarlo.
"Voy a poner un ejemplo de don Miguel de la Madrid y no recuerdo cómo se llamaba el cuerpo policial (Dirección Federal de Seguridad), él lo disolvió y el crimen aumentó en los meses siguientes porque ahora trabajaban en otra cosa (los agentes).
"Bueno, el precio hubiera sido dejar que siguieran cometiendo sus actividades criminales adentro de la policía y, claro, el precio que se pagó (fue) que salieron a asaltar bancos y costó reducir mucho eso", expuso.
Cuando ayer inauguró la Primera Reunión de Ministros en Materia de Seguridad Pública de las Américas, Insulza se refirió al crimen organizado como una lacra que mata más gente que el SIDA y que destroza más hogares que cualquier crisis económica.
Después, en la entrevista, abundó que el ascenso de la delincuencia sucede en toda América Latina y no sólo en México, en parte por la iniciativa y acciones mismas de los grupos criminales, pero sobre todo porque cada vez circulan más armas de fuego en la región.
Para el chileno, las autoridades de los diversos países deben evitar desde ahora el riesgo de que el narcotráfico empiece a infiltrarse en la vida política, por medio del financiamiento de campañas.
También hizo un llamado para que los aparatos estatales de la región brinden protección a las autoridades locales y periodistas que son objeto de amenazas por parte del crimen organizado.
En entrevista con REFORMA, el funcionario chileno afirmó que el costo de vidas humanas en el combate a la criminalidad es inevitable, e incluso sostuvo que es imposible no pagar el precio, si en verdad se busca seguridad y paz social.
"Francamente creo que el problema estuvo más bien en que hubo una cierta demora para reconocer el fenómeno, el problema, reconocerlo en un primer problema, como el tema más fundamental.
"A Felipe Calderón le he declarado mi admiración porque se mete con los problemas que hay, no con los problemas que no hay, él eligió los temas difíciles de la política mexicana y eso creo que hay que honrarle a cualquier gobernante, se metió con el problema fiscal, el problema del petróleo y con el problema del crimen.
"Antes no se metían mucho con esos problemas, esa es la realidad, es por eso que se provoca alarma...no voy a meterme en política mexicana, pero ciertamente es el primer Presidente que toma razón de que México tenía un problema grave de criminalidad", dijo.
El también ex canciller chileno sostuvo que por muy terribles y truculentas que sean las acciones criminales y por más que los índices delictivos aumenten, en términos de homicidios México no es el peor país en América Latina y hay al menos otros 10 países en la zona con peores indicadores.
Insulza incluso citó a Fareed Zakaria y su libro "The Post-American World", para mencionar que a nivel internacional las tendencias refieren que en los últimos 10 años han habido menos muertes violentas en el mundo que en cualquier época anterior.
Del costo de vidas humanas de la guerra del Gobierno federal contra la delincuencia organizada, que se cuentan por miles, aseguró que no existe otro camino más que confrontar el flagelo, ya que la alternativa sería dejar que las bandas expandan sus operaciones dentro y fuera del País.
"El costo sería indudablemente mayor si no se enfrentara el problema, es que es imposible no pagarlo si uno quiere tener una sociedad en paz, es imposible no pagarlo.
"Voy a poner un ejemplo de don Miguel de la Madrid y no recuerdo cómo se llamaba el cuerpo policial (Dirección Federal de Seguridad), él lo disolvió y el crimen aumentó en los meses siguientes porque ahora trabajaban en otra cosa (los agentes).
"Bueno, el precio hubiera sido dejar que siguieran cometiendo sus actividades criminales adentro de la policía y, claro, el precio que se pagó (fue) que salieron a asaltar bancos y costó reducir mucho eso", expuso.
Cuando ayer inauguró la Primera Reunión de Ministros en Materia de Seguridad Pública de las Américas, Insulza se refirió al crimen organizado como una lacra que mata más gente que el SIDA y que destroza más hogares que cualquier crisis económica.
Después, en la entrevista, abundó que el ascenso de la delincuencia sucede en toda América Latina y no sólo en México, en parte por la iniciativa y acciones mismas de los grupos criminales, pero sobre todo porque cada vez circulan más armas de fuego en la región.
Para el chileno, las autoridades de los diversos países deben evitar desde ahora el riesgo de que el narcotráfico empiece a infiltrarse en la vida política, por medio del financiamiento de campañas.
También hizo un llamado para que los aparatos estatales de la región brinden protección a las autoridades locales y periodistas que son objeto de amenazas por parte del crimen organizado.
Abel Barajas, Reforma, 8 de octubre.
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