Siete comentarios, 7.14% de los 98 sistematizados, terminan por desinflar al candidato panista. Cabe señalar que todavía la semana pasada parte de estos analistas y articulistas le daban “todo para ganar”.
El PAN, con Salvador López Orduña como su candidato, han logrado remontar sus vaivenes y mantener una carrera apretada y competitiva.
Sobre todo se le deberá agradecer a este partido su aportación para colocar al PRI en un tercer lugar estatal, lejos de poder acceder a la gubernatura.
Luciano Pascoe, “La zanahoria del caballo”, Crónica, 11 de noviembre.
Del otro lado del ring, a horas de la jornada electoral el optimismo de López Orduña y su equipo es grande, aunque sus márgenes son poco más conservadores, pues apuestan a superar al PRD y sus aliados con entre dos y seis puntos de la votación, confiados al parecer en una complicada red de alianzas y acuerdos políticos con el PRI en distintas zonas del estado.
Además, para el candidato panista que no niega su amistad con el presidente Calderón, sin duda los recursos y apoyo del PAN nacional no han faltado, a lo que se agrega el arribo de dos brigadas de unos mil 800 “promotores del voto” provenientes de Jalisco y Guerrero a las órdenes de Elba Esther Gordillo que operarán para el PAN en las zonas norte y sur del estado, de los cuales una treintena ya han sido detenidos acusados de delitos electorales.
Néstor Ojeda, Milenio, 11 de noviembre.
Salvador López Orduña estaba seguro que las elecciones se definirían en las urnas, y no en los tribunales.
¿Sabe quién lo acompañó a depositar su voto?
Jorge Kahwagi, presidente del Panal, el partido Elba Esther Gordillo. Al parecer en esta ocasión no se cumplió eso de la maestra milagrosa
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 12 de noviembre.
POR CIERTO que el candidato panista a la gubernatura michoacana, Salvador López Orduña, se vio ayer más solo que "Anita la huerfanita".
Y ES QUE quizá porque presentían la derrota, a lo largo de la jornada electoral ni Manuel Espino, ni su más viable sucesor, Germán Martínez, se dejaron ver en público con López Orduña... pese a que ambos estaban en Michoacán.
DE HECHO se sabe que iban a desayunar juntos, pero a la mera hora no llegaron y el abanderado panista pasó el día sin el apoyo de sus dirigentes.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 12 de noviembre.
Los hombres del Presidente —desplazando a los espinistas en cuanto a estrategias y tejido fino de la campaña azul— fueron los encargados de diseñar la operación final de López Orduña y, hay que reconocerlo, casi logran el triunfo, ya que el panista obtuvo un histórico 33.3% de votación, algo nunca registrado en la historia electoral del partido en Michoacán. Hace 12 años, Calderón quedó en tercer lugar con 28 por ciento.
Empero, el esfuerzo no le alcanzó a Germán y compañía y hoy le entregan malas cuentas a Calderón, pues no sólo perdieron la gubernatura, sino también la capital, Morelia, que precisamente estaba en manos del PAN con López Orduña.
Y habrá que abonar en favor de Espino que, a pesar de la derrota, la noche del domingo salió a dar la cara, mientras que su virtual sucesor prefirió esconderse y dejar, injustamente, que Espino cargara con todo el peso de la derrota.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 13 de noviembre.
El panista que soñaba con ser El Salvador michoacano se ha aplicado un gradual contenedor verbal. De entrada, faltaba más, reconoce que Leonel Godoy le ganó y, nomás por decir algo, se declara como una especie de gobernador legítimo en retiro casi nonato: velará por que el velador cuauhtemista gobierne bien, entiéndase con esto lo que se quiera entender. Lo importante para Chava López Orduña es que, haiga sido como haiga sido, él debe hacerse a un lado y abrir paso al arribo de quien desde semanas atrás era mencionado como inevitable triunfador no de las elecciones michoacanas en sí (eso no es más que un trámite menor y, desde luego, eludible, acomodable), sino de las nuevas concertacesiones palaciegas al estilo salinista, esta vez entre Los Pinos necesitados de aliados en la estrategia de convalidación desde el PRD (¡Jesús, María (Ruth) y (Cuauhtémoc) José!) y la familia encargada de administrar tierras negociables.
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 13 de noviembre.
En Michoacán, a Salvador López Orduña no le alcanzó para ganar. Tampoco era el candidato más atractivo, pero el panismo no había preparado a ningún otro. El CEN, después de la designación del candidato, lo dejó solo porque no era de la simpatía de la dirigencia (lo mismo ocurrió en Yucatán con Xavier Abreu, a quien el CEN le entregó sólo 12 millones de pesos para hacer campaña y la dirigencia nunca se paró por el estado) y en las últimas semanas el que se abocó a la tarea de tratar de salvar las cosas fue Germán Martínez. El resultado global no es malo, aunque sí lo es para el PAN la derrota en Morelia
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 14 de noviembre.
El PAN, con Salvador López Orduña como su candidato, han logrado remontar sus vaivenes y mantener una carrera apretada y competitiva.
Sobre todo se le deberá agradecer a este partido su aportación para colocar al PRI en un tercer lugar estatal, lejos de poder acceder a la gubernatura.
Luciano Pascoe, “La zanahoria del caballo”, Crónica, 11 de noviembre.
Del otro lado del ring, a horas de la jornada electoral el optimismo de López Orduña y su equipo es grande, aunque sus márgenes son poco más conservadores, pues apuestan a superar al PRD y sus aliados con entre dos y seis puntos de la votación, confiados al parecer en una complicada red de alianzas y acuerdos políticos con el PRI en distintas zonas del estado.
Además, para el candidato panista que no niega su amistad con el presidente Calderón, sin duda los recursos y apoyo del PAN nacional no han faltado, a lo que se agrega el arribo de dos brigadas de unos mil 800 “promotores del voto” provenientes de Jalisco y Guerrero a las órdenes de Elba Esther Gordillo que operarán para el PAN en las zonas norte y sur del estado, de los cuales una treintena ya han sido detenidos acusados de delitos electorales.
Néstor Ojeda, Milenio, 11 de noviembre.
Salvador López Orduña estaba seguro que las elecciones se definirían en las urnas, y no en los tribunales.
¿Sabe quién lo acompañó a depositar su voto?
Jorge Kahwagi, presidente del Panal, el partido Elba Esther Gordillo. Al parecer en esta ocasión no se cumplió eso de la maestra milagrosa
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 12 de noviembre.
POR CIERTO que el candidato panista a la gubernatura michoacana, Salvador López Orduña, se vio ayer más solo que "Anita la huerfanita".
Y ES QUE quizá porque presentían la derrota, a lo largo de la jornada electoral ni Manuel Espino, ni su más viable sucesor, Germán Martínez, se dejaron ver en público con López Orduña... pese a que ambos estaban en Michoacán.
DE HECHO se sabe que iban a desayunar juntos, pero a la mera hora no llegaron y el abanderado panista pasó el día sin el apoyo de sus dirigentes.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 12 de noviembre.
Los hombres del Presidente —desplazando a los espinistas en cuanto a estrategias y tejido fino de la campaña azul— fueron los encargados de diseñar la operación final de López Orduña y, hay que reconocerlo, casi logran el triunfo, ya que el panista obtuvo un histórico 33.3% de votación, algo nunca registrado en la historia electoral del partido en Michoacán. Hace 12 años, Calderón quedó en tercer lugar con 28 por ciento.
Empero, el esfuerzo no le alcanzó a Germán y compañía y hoy le entregan malas cuentas a Calderón, pues no sólo perdieron la gubernatura, sino también la capital, Morelia, que precisamente estaba en manos del PAN con López Orduña.
Y habrá que abonar en favor de Espino que, a pesar de la derrota, la noche del domingo salió a dar la cara, mientras que su virtual sucesor prefirió esconderse y dejar, injustamente, que Espino cargara con todo el peso de la derrota.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 13 de noviembre.
El panista que soñaba con ser El Salvador michoacano se ha aplicado un gradual contenedor verbal. De entrada, faltaba más, reconoce que Leonel Godoy le ganó y, nomás por decir algo, se declara como una especie de gobernador legítimo en retiro casi nonato: velará por que el velador cuauhtemista gobierne bien, entiéndase con esto lo que se quiera entender. Lo importante para Chava López Orduña es que, haiga sido como haiga sido, él debe hacerse a un lado y abrir paso al arribo de quien desde semanas atrás era mencionado como inevitable triunfador no de las elecciones michoacanas en sí (eso no es más que un trámite menor y, desde luego, eludible, acomodable), sino de las nuevas concertacesiones palaciegas al estilo salinista, esta vez entre Los Pinos necesitados de aliados en la estrategia de convalidación desde el PRD (¡Jesús, María (Ruth) y (Cuauhtémoc) José!) y la familia encargada de administrar tierras negociables.
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 13 de noviembre.
En Michoacán, a Salvador López Orduña no le alcanzó para ganar. Tampoco era el candidato más atractivo, pero el panismo no había preparado a ningún otro. El CEN, después de la designación del candidato, lo dejó solo porque no era de la simpatía de la dirigencia (lo mismo ocurrió en Yucatán con Xavier Abreu, a quien el CEN le entregó sólo 12 millones de pesos para hacer campaña y la dirigencia nunca se paró por el estado) y en las últimas semanas el que se abocó a la tarea de tratar de salvar las cosas fue Germán Martínez. El resultado global no es malo, aunque sí lo es para el PAN la derrota en Morelia
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 14 de noviembre.
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