ELECCIONES EN MICHOACÁN 3ª PARTE. 5. LOS “FACTORES” CÁRDENAS Y LÓPEZ OBRADOR.

Concluimos aquí el tema iniciado la semana pasada sobre la presencia de los “factores” Cárdenas y López Obrador en el proceso electoral de Michoacán. Cada subtema fue objeto de diez comentarios y, en consecuencia, a cada uno le corresponde un 10.2% de los 98 sistematizados. Cabe añadir que en el “factor” Cárdenas el peso recae en Cuauhtémoc, obviamente, aunque para algunos no escapa la presencia del actual gobernador Lázaro Cárdenas Batel.

EL “FACTOR” LÓPEZ OBRADOR.
Funcionó la estrategia, llamar a Cuauhtémoc Cárdenas y ahuyentar a López Obrador.
Lo bueno es que el “legítimo” acató el veto.
Desde los conteos de salida, Leonel Godoy tomó la delantera con 5 o 6 puntos.
El panista Salvador Orduña no pudo remontar la ventaja que tuvo siempre
Godoy. Los resultados confirmarán hoy el triunfo del perredista
Pepe Grillo, Crónica, 12 de noviembre.

Pero el asunto va mucho más lejos —a pesar de que en una burda maniobra de control de daños el senador Carlos Navarrete insista en que la ausencia de AMLO en la campaña de Leonel Godoy fue parte de una estrategia pactada, más que una división y menos un choque—, si se toma en cuenta precisamente la trascendencia de los comicios michoacanos, y que son una escala obligada por la que transitará la elección del nuevo presidente del PRD. Es decir, en Michoacán se dio la primera señal de la encrucijada de caminos a la que se enfrentarán los amarillos en los meses y años por venir. Y es que hasta el más desmemoriado sabe de la feroz guerra que por la dirigencia de los amarillos libran Nueva Izquierda y AMLO.
De esa manera, y ante la posibilidad de que el PAN se alzara con el triunfo en Michoacán, el candidato Leonel Godoy debió refugiarse en el cardenismo —corriente a la que traicionó al aliarse a López Obrador, quien lo impulsó contra el propio candidato de Cárdenas—, y estaba obligado a desprenderse del lastre en que se ha convertido AMLO. Y Godoy hizo lo que tenía que hacer para ganar el gobierno michoacano, incluso reconocer de manera pública la legalidad del gobierno de Calderón
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 13 de noviembre.

¿Cuál sería el futuro de AMLO? A pesar de que sus voceros filtraron la versión de que no se va del PRD, lo real es que, si Encinas, su candidato, pierde la presidencia partidista, el ego del mesías tabasqueño difícilmente se sometería a las órdenes de Ortega, por lo cual, luego de su salida, buscaría erigirse en el caudillo del Partido del Trabajo o de Convergencia y, desde cualquiera de esos dos, disputar posiciones en los comicios intermedios de 2009.
Como aquí hemos apuntado, su otra alternativa sería convertir al Frente Amplio Progresista en un nuevo partido y buscar entonces la candidatura presidencial, en 2012, con uno a su medida. Sería difícil, por los tiempos que marca la autoridad electoral, que el FAP ya estuviera constituido como partido en 2009.
Martín Moreno, “Archivos del Poder”, Excélsior, 13 de noviembre.

En Michoacán, tanto el lopezobradorismo como los medios sentenciaron y festejaron hace algunas semanas que la elección de Leonel Godoy era el golpe final: el triunfo de la hegemonía sobre Cuauhtémoc Cárdenas en su propia tierra. Fue un festejo para la humillación que tenía el claro interés de sumar Michoacán a las derrotas ya cosechadas, pues si bien para el lopezobradorismo sería una derrota más, para las fuerzas fundadoras del PRD era el último bastión. El dolo los llevó a abandonar la campaña desde el principio. Michoacán se asomó a la realidad y contuvo la debacle que a partir de ahora tendrá implicaciones profundas dentro del mismo partido al colocarlo ante la disyuntiva de recomponer la actitud opositora y propositiva o quedarse a la espera de la marginalidad, la comedia y la caricatura
Marco Rascón, La Jornada, 13 de noviembre.

Cuando habla de un pacto para frenar los ataques ya desbordados sin él y con su presencia seguramente aumentados y corregidos, Carlos Navarrete reconoce simplemente la peligrosidad de su ex candidato presidencial. Si su sola presencia sirve para encender una guerra sucia (o limpia) y mover la voluntad de los electores, entonces ya no es AMLO un peligro para México sino un peligro para su partido.
Si ya no lo pueden sacar a la calle por su fama de intemperado y rabioso, entonces sus detractores y enemigos han triunfado en toda la línea. La guerra sucia se convirtió en una definición admitida y propalada hasta dentro del PRD.
Y es obvio, Navarrete no quería decirlo de esa manera ni lo hizo, pero la síntesis y el análisis de sus palabras y del sentido de ellas, no deja lugar para otra interpretación.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 14 de noviembre.

Sobre la ausencia de AMLO en sus actos de campaña, Godoy dijo que fue meramente circunstancial y no de estrategia.
Argumento totalmente diferente al del senador Carlos Navarrete, quien reconoció que sí fue por estrategia que no apareciera. También lo fue la presencia de Cuauhtémoc Cárdenas…
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 14 de noviembre.

D) El antipejismo oficialista se precipita al sacar las conclusiones de cajón: donde va López Obrador, el PRD pierde; donde no va; gana. Sin duda, el factor López Obrador ha generado algunos problemas a su partido tras la elección presidencial, pero eso ni de lejos basta para explicar los resultados del sol azteca. Por un lado, comparar comicios locales con presidenciales es metodológicamente absurdo, pues arroja conclusiones engañosas. Si López Obrador elevó la votación del PRD en estados donde éste casi no existe, difícilmente se podría mantener esa votación en comicios locales aunque el peje haga campaña ahí. También la hizo en el Estado de México, antes de su estridencia poselectoral, y el PRD quedó en tercer sitio. Si el sol azteca ganó en Michoacán, fue más por la presencia de Cárdenas que por la ausencia de López Obrador.
José Antonio Crespo, “Horizonte Político”, Excélsior, 14 de noviembre.

Tal vez López Obrador entendió que, en tierra cardenista, saldría perdiendo. No estuvo en ningún acto de campaña, a pesar de que Godoy lo anunció en varias ocasiones y de que los jerarcas perredistas insisten en que no existe distanciamiento entre sus dos figuras centrales.
Maite Reyes Retana, Milenio, 14 de noviembre.

En Michoacán, donde por petición expresa López Obrador no fue a hacer campaña, ganó el PRD.
Sí fue a Puebla y recorrió varios municipios.
Y allí, el PRD fue barrido.
Quedó en un lejano tercer lugar.
¡Cuánta razón tuvo Leonel Godoy!
Pepe Grillo, Crónica, 15 de noviembre.

¿Y AMLO, cuya fuerza, según algunos “miopes observadores”, había eclipsado a Cárdenas?
Está de “gira permanente” por todo México; no tuvo tiempo para ir a Michoacán con el fin de apoyar o saludar a un correligionario. Con eso encubre su vulnerabilidad y debilidad.
Si con esas armas va a movilizar a la nación contra la “privatización” de Pemex, debería pensarlo dos veces.
Oscar Mario Beteta, “En petit comité”, Milenio, 15 de noviembre.

EL “FACTOR” CÁRDENAS.
¿A qué la urgencia de que el gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, hiciera acto de presencia la pasada semana en Los Pinos? ¿Podremos saber de qué habló con el jefe del Ejecutivo? Seguramente nos llevaríamos una sorpresa…
Enrique Aranda Pedroza, “De naturaleza política”, Excélsior, 11 de noviembre.

Y, mientras Lázaro Cárdenas (o alguien de su equipo) se enfila a un cargo en el gabinete felipista, Cuauhtémoc Cárdenas avanza en el proceso de reconocimiento de Calderón y Leonel Godoy sigue como encargado de la hacienda familiar Michoacán,
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 12 de noviembre.

La enemistad oculta, my friend, es la más peligrosa. Tiempos de absoluto descontrol y caos han manchado los procesos electorales del fin de semana. Tamaulipas es territorio abierto de disputa entre los dos simpáticos cárteles del narcotráfico. En Michoacán, el gobierno federal se guardó un divertido dossier —quizá por el ameno arreglón en Los Pinos con Lázaro Cárdenas— involucrando a las lacritas amarillas con la firma de moda, la de los Zetas. En Puebla asesinaron a un candidato a alcalde y en Reynosa nomás lo secuestraron. En todo el inédito desmadre Felipe Calderón & connections presumen de combatir al narcotráfico, se vanaglorian de las ocurrentes toneladas incautadas (pero cobran con lo asegurado en efectivo en este muy original y nada misterioso culebrón de lenguaje organizado de simulaciones y farsas) posan para la aplicada foto internacional y es el inquilino de Los Pinos el único protagonista autorizado para lucrar en términos de imagen con la tragedia en Tabasco que entra en su etapa más delicada.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 12 de noviembre.

EL TRIUNFO de Leonel Godoy representa una bocanada de aire fresco para el PRD que también vivió un año negro en materia electoral, luego de que en el 2006 estuvo a punto de ganar la Presidencia.
SIN EMBARGO la candidatura del michoacano padeció las pugnas entre las distintas corrientes perredistas.
CUENTAN QUE, antes de arrancar su campaña, Godoy tuvo que definirse: apostarle a la figura de Cuauhtémoc Cárdenas para reforzar su candidatura, o refugiarse en los brazos de Andrés Manuel López Obrador.
POR UN MOMENTO el candidato pensó reunir a ambos caudillos. Lo platicó con Cárdenas, pero el Tatita le hizo una advertencia.
"SI TÚ QUIERES reunirnos, lo único que te digo es que cuando yo me baje del templete la prensa me preguntará sobre la Presidencia legítima; yo diré que es algo insensato, una locura. Eso puede afectar a tu campaña, tú decide", cuentan que le respondió el ingeniero.
GODOY habló con López Obrador, le pidió esperar su llamada para, en el momento más oportuno, invitarlo a la campaña... llamada que nunca llegó.
HOY GODOY amanece como virtual gobernador de Michoacán.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 12 de noviembre.

De paso, Lázaro Cárdenas resulta ganador y desde ahora se le podría ubicar como diputado federal en 2009 y seguro coordinador de la bancada perredista. Podría pensarse también que con ese nombre nadie perdería una elección presidencial
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 13 de noviembre.

Así es, no lo tenía bien definido, pero al final de la jornada Cuauhtémoc Cárdenas decidió que no quería perder la “Corona de la Familia” y a última hora le puso toda la carne al asador a Leonel Godoy para que ganara la gubernatura de Michoacán... Y es que de todos era sabido que los Cárdenas no querían al candidato de AMLO por ningún motivo, ya que Godoy es un político gris, pero que al final se vio muy hábil, hizo a un lado a Andrés Manuel y logró coquetear y convencer a los Cárdenas y los chuchos y ahí está el resultado. Con lo que ahora se nota que cada vez está más cargada hacia el lado de nueva izquierda la elección del nuevo presidente del CEN del PRD que recaerá en Jesús Ortega. Leonel, tan se desmarcó del Peje que una vez que se anunció su triunfo en las elecciones, manifestó que trabajará de la mano del gobierno federal, y reconoció a Felipe Calderón como su presidente, poniéndole un nuevo clavo al ataúd político de AMLO.
Yazmín Alessandrini, “Circo Político”, Crónica, 14 de noviembre.

En espera de estudios serios y profundos, no queda por lo pronto sino intentar algunas reflexiones provisionales: A) En Michoacán la fuerza predominante sigue siendo el cardenismo. Esa entidad es la cuna del cardenismo histórico, y también del neocardenismo que dio origen al PRD. En 1992 seguramente el PRD ganó la gubernatura, pero ese triunfo le fue arrebatado por Carlos Salinas de Gortari. Que Felipe Calderón sea oriundo de esa entidad, es más una anécdota que un factor político a considerar. Calderón compitió por la gubernatura michoacana en 1995, quedando muy por debajo del ganador, del PRI. Su carrera siempre corrió por la pista nacional, no local. B) En cambio el cardenismo sigue vigente ahí. Por lo cual, Leonel Godoy optó por reconciliarse con Cuauhtémoc Cárdenas para garantizar su triunfo. El precio fue respaldar a Cuauhtémoc en su reconocimiento a Felipe Calderón como Presidente, e incluso decirle a Andrés López Obrador, indirecta pero inequívocamente, que padece problemas mentales al no hacer lo propio. C) Este reconocimiento conjunto de Cárdenas y Godoy, coronado además por el triunfo electoral del segundo, le ayuda más a Felipe de lo que le perjudica, pues fortalecerá el ala institucional del PRD (y dentro de ella, a la postura “reconocentista”), que a su vez contrapesará más eficazmente a la corriente confrontacionista de López Obrador. De ahí que Felipe haya desmovilizado de inmediato la protesta panista en la entidad, lo que algunos afirman fue parte del acuerdo con Cárdenas y Godoy, a cambio de su reconocimiento (como hizo Salinas de Gortari con el PAN).
José Antonio Crespo, “Horizonte Político”, Excélsior, 14 de noviembre.

El caso es que si fue estrategia, les funcionó. En Michoacán, el hombre clave en la victoria fue Cuauhtémoc Cárdenas, no López Obrador. Esto se da la víspera del “primer informe” de éste, que habrá de endurecer para emparejar los cartones y recuperar el espacio perdido en Michoacán y en el PRD, aunque éstos, claro, lo nieguen.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 14 de noviembre.

En Michoacán, el domingo no sólo ganaron el PRD y Leonel Godoy.
También Lázaro Cárdenas, el nieto del Tata tuvo su cachito de gloria.
Bastó para que a tres días de la elección, Lázaro se destapara.
Pidió que no lo den por muerto para el 2012.
Se adelantó a López, Ebrard, Beltrones, Beatriz, Peña Nieto, Germán, que prefieren seguir tapados.
Pepe Grillo, Crónica, 15 de noviembre.

Así, es imaginable que Cuauhtémoc y Lázaro previeron el escenario que felizmente hoy ven cristalizado: formaron (sobre todo el primero), promovieron y cuidaron con bastante anticipación al inminente próximo gobernador de Michoacán.
Desde la búsqueda de su candidatura, lo habrían ayudado a colocarse en la plataforma del Senado; de ahí saldría a contender con un candidato especialmente difícil: Salvador López, amigo del presidente Calderón y respaldado por su partido, dado lo que entrañaba ganar o perder.
En última instancia, Michoacán seguirá siendo perredista, pero sobre todo cardenista. Por Lázaro y sus descendientes; por alguien que es como uno de ellos y por los michoacanos que creen en ambos “ismos”. Su fuerza es evidente; su presencia es incontestable.
Oscar Mario Beteta, “En petit comité”, Milenio, 15 de noviembre.