FRAUDE 2006, LA PELÍCULA DE LUIS MANDOKI. 3. LA EXHIBICIÓN.

Los últimos 24 comentarios de los 84 sistematizados, es decir, un 28.57%, se han organizado en torno a este tema. Como en los casos previos, consta de tres subtemas: la exhibición en sí misma que incluye detalles atestiguados por columnistas y articulistas, así como del público. En segundo lugar, la relación que habría entre la película de Mandoki y los acontecimientos del domingo en el Zócalo del país. Finalmente, incluimos tres comentarios que tratan de bordar en un epílogo provisional: la posibilidad de que un grupo de cineastas mexicanos realicen películas a propósito de Felipe Calderón. Las notas al respecto también pueden consultarse en este Observatorio en la etiqueta correspondiente.

LA EXHIBICIÓN.
Hoy se estrena la cinta del director Luis Mandoki, Fraude: México 2006 en la ciudad de México. Habrá que verla para saber, como dice su director...
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 15 de noviembre.

Este fin de semana muy amloísta se estrenó Fraude: México 2006, de Luis Mandoki, donde se documentan presuntas anomalías cometidas durante las elecciones presidenciales del 2006.
El aplausómetro entre los asistentes a ver la cinta, se lo lleva Andrés Manuel López Obrador, AMLO, y ah, sí… AMLO.
Viernes, 20:30 horas en el Cine Diana. En primer lugar para entrar a la sala siete antes que nadie, Bernardo Bátiz y el ex consejero Jaime Cárdenas. Como niños esperando ver el estreno de una nueva cinta de Harry Potter.
Por cierto, ¿quién habrá sido el dadivoso que compró casi todos los boletos? La función estaba agotada… pero no todos llegaron: hubo butacas vacías.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 19 de noviembre.

El silencio oscuro de la sala se rasgaba conforme transcurrían las escenas, a punta de suspiros y resuellos; de voces altas, casi gritos, que juzgaban con una mentada, con el clásico “¡qué poca madre!”, el relato de Luis Mandoki, sobre el fraude electoral que privó al país de un cambio que si no peor, si no mejor, seguramente sería más justo.
La sala estaba casi llena, las resistencias parecían por fin rotas. El nombre de la cinta Fraude: México 2006 estaba en el listín de la marquesina, los boletos que se compraban en la taquilla señalaban con precisión la sala y la hora en la que exhibe el filme, y la gente obtenía, con cierta facilidad, información completa sobre la película.
Eso es casi increíble, pero más, mucho más, la respuesta de la gente que al final –cuando aparecen en la pantalla los últimos datos sobre el fraude–, aún con la oscuridad encima, estalló en aplausos que aprobaban el trabajo del cineasta.
Miguel Ángel Velázquez, “Ciudad perdida”, La Jornada, 19 de noviembre.

Un poco de lo vivido en la sala:
Las rechiflas fueron para Carlos Salinas de Gortari, Manuel Bartlett, Vicente Fox, Elba Esther Gordillo, el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández; Marta Sahagún, Norberto Rivera, Manuel Espino, Diego Fernández, Hildebrando Zavala, Luis Carlos Ugalde y Germán Martínez. Y bueno, muchos amigos periodistas.
Un verdadero caso para La araña: cuando apareció el famoso videogate de René Bejarano… se hizo el silencio.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 19 de noviembre.

Durante la hora y pico de duración, las apariciones de Vicente Fox se coreaban con carcajadas de burla e insultos, equiparables sólo con los que se proferían hacia Felipe Calderón, o hacia algunos conductores de televisión, que si hace más de un año se miraban parciales en favor del poder, ahora, en retrospectiva, provocaban una lista interminable de calificativos, bastante negativos.
Y luego la luz que descubría los ojos enrojecidos, los puños cerrados, las mandíbulas apretadas, y el grito: “es un honor...” y el clásico: “no estás solo, no estás solo” que se columpiaba entre los aplausos prolongados, como hace mucho tiempo –cuando menos nosotros– no habíamos escuchado en las salas de cine.
En el corredor de salida, los comentarios, que no esperaban al café o la cena, medían el éxito de la película, y los más iban por la valentía del director, y la causa justa que defiende López Obrador. No fueron muchos, quizá un par de señores, vestían la camiseta amarilla con leyendas sobre la presidencia legítima: “Yo te Amlo, por eso defiendo mi voto” se leía en la espalda de uno de ellos.
Miguel Ángel Velázquez, “Ciudad perdida”, La Jornada, 19 de noviembre.

Mucho del material lo pudimos ver en la primera parte de la temporada de López Obrador… digo en el primer material de Mandoki… ¿Quién es el señor López?
Lo nuevo son testimonios de expertos de la UNAM, y videos donde se demuestra la forma en que, para ellos, se habría alterado los resultados de la elección presidencial.
Otra de las escenas nuevas es cómo fue la sesión del grupo de trabajo cercano a López Obrador, cuando el presidente consejero del IFE sale a decir la noche del 2 de julio, que no hay ganador, que es una elección cerradísima.
Se ve el material enviado por simpatizantes de Veracruz, Nuevo León, Baja California, Chihuahua, Nuevo León, estado de México, defendiendo el voto por voto, casilla por casilla —que según AMLO es una consigna que nació del pueblo— en las juntas electorales distritales.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 19 de noviembre.

Mexicanos al grito de la defensa nacionalista de sus recursos mientras la exhibición del documental dirigido por Luis Mandoki ha sido afectada por trampas de diversa índole con las que ciertos poderes oscuros y ambiguos pretenden confundir y disminuir el flujo natural de asistentes, escamotear ganancias económicas a los productores de la cinta y contabilizar menos público del real para, así, recortar su tiempo de estancia en cartelera. El fraude empresarial hormiga (de 0.56% en 0.56% llena la gallina de la estafa el buche) lo mismo está jugando con olvidos en marquesinas que con emisión de boletos para otras películas a clientes que pagaron por ver la de Mandoki o con insólitas fallas técnicas (volumen de sonido, mal enfoque)
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 19 de noviembre.

No sé si fue un error de edición o qué, pero en una de las escenas, supuestamente de julio de este año, se muestra la concentración en la Plaza de la Constitución, para conmemorar un año del fraude.
Lo curioso es que la escena, muestra a algunos edificios del Zócalo capitalino, con alumbrado público con toques patrios.
¿A poco desde julio se preparan para septiembre, mes de la patria?
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 19 de noviembre.

Habían estado en el Zócalo –la misma camiseta, era una prueba irrefutable de que allí estuvieron–, donde Andrés Manuel refrendó su compromiso en defensa de los recursos energéticos del país, y prometió seguir la lucha para impedir el alza irracional de los precios que acarreará el gasolinazo que se pondrá en marcha al iniciar el próximo año.
La siguiente función no tardará. A las puertas de la sala ya se empieza a formar la gente que no quiere olvidar, porque el que olvida no aprende, y busca, además, refrendar su postura con los argumentos que exhibe Mandoki, en esa edición casi perfecta, de aquellos días que aún estremecen a México.
Miguel Ángel Velázquez, “Ciudad perdida”, La Jornada, 19 de noviembre.

Algunas escenas revientan en el hígado de quienes ven el filme y provocan que los espectadores —casi en su totalidad lopezobradoristas consumados— insulten en voz alta cuando aparecen los rostros de Ugalde, Fox, Elba Esther, del propio Calderón y de algunos locutores de televisión. “El salón de sesiones está tranquilo”, dijo Diane Pérez, de manera desafortunada, el día de la toma de posesión de Calderón, cuando en realidad aquello era un verdadero desorden.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 20 de noviembre.

Por cierto, los que se quejan de la censura en Televisión Azteca contra el propagandista Mandoki —cuya película resultó un fracaso en cines, pero un éxito de piratería— deben saber que el senador Santiago Creel, del PAN, también está vetado en esa televisora. ¿Por qué será?
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 20 de noviembre.

Bitácora de cine (algunos ejemplos):
Bryan reporta: “Este 19 quedé con mi familia de vernos en el Cinemex de Iztapalapa para ver Fraude, México 2006 en la función de las 18:10 horas. Uno de nuestros parientes llegó antes y entró a la sala; nosotros llegamos a la taquilla a las 18:20 y ya no nos quisieron vender boletos, argumentando que la sala estaba llena y ya no había boletos, por lo que mi familia y mucha gente más no pudimos entrar. Al salir mi pariente, después de ver la película, me informó que la sala estaba casi vacía. Pregunté a la cajera qué pasaba y no supo dar contestación; mandé llamar al gerente, de nombre Martín, y tampoco me supo explicar”.
Carmen Sánchez Crespo: “Este domingo 20 fui con mi familia a ver Fraude a las 16:25 en el Cinépolis de Plaza Cruz del Sur en Cholula, Puebla, y dos veces la imagen se puso borrosa y no la detuvieron para arreglarla, aunque los espectadores lo pedíamos a gritos. Después de dos intentos de arreglarla, nos la pusieron ya avanzada, y pedimos que la regresaran adonde nos habíamos quedado. Luego nos la pusieron desde el principio (como burla, porque tendríamos que volver a ver media hora que ya había pasado, y a esas alturas ya habíamos perdido una hora). Entonces entró una empleada del cine y nos insultó diciendo que nos fuéramos, ‘que éramos una bola de ignorantes’. La mitad de la gente se fue y ya no regresó. Los demás reclamamos a la gerencia y finalmente la volvieron a poner donde nos habíamos quedado. Claramente la intención era sabotear la película, que la gente se fuera y que se corriera la voz de que no se podía ver. El sonido también estaba mal”.
Una historia similar vivió el 18 David Colmenares en la misma sala: “La película se tornó borrosa pasados los 20 minutos. Protestamos y más de un cuarto de hora después pusieron la película desde el inicio. La mitad de la sala se fue. Llegado de nuevo el minuto 20, sucedió lo mismo. Indignados salimos casi todos de la sala y, en cuanto estábamos fuera, la película se reanudó normalmente”.
Arturo Moreno: “En un Cinépolis de Culiacán en que sí pasaba Fraude no estaba anunciado en la marquesina, y la página web no daba la información de manera correcta, así es que hablé por teléfono y, en una sala, la señorita que me contestó me dijo que no sabía de qué cinta le estaba hablando, y en la otra francamente la empleada me dijo que a quién le importaba esa película y groseramente me colgó el teléfono”.
Mauricio de Luna: “en los Cinépolis de Plaza San Miguel, en Cuautitlán Izcalli, anunciaron Fraude en las carteleras exteriores con las letras más deslavadas que se pudieron encontrar, así que no se aprecia bien el nombre”…
Claudia Castillo: “Fui el domingo a Cinépolis del Centro Comercial La Cúspide, en Lomas Verdes. De 11 que éramos, sólo le contaron a Mandoki ocho pues, como cada quién pagó sus entradas, una de mis hermanas pagó tres boletos y sólo le dieron uno, sin el número de sala, y le dijeron que ese valía por tres. Cuando entró, le quitaron el boleto completo y no le entregaron su comprobante”…
Muchos lectores se quejan, por cierto, de que a sus ciudades no ha llegado el documental. Es importante recordar que el número de copias de la cinta (200) no permitió su estreno nacional, pero pronto llegará a otras plazas...
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 22 de noviembre.

Este chisme lo cuenta un amigo que trabaja en el gobierno del DF. Dice que a los empleados de varias dependencias capitalinas los obligaron a asistir a la exhibición del documental Fraude: México 2006. A los que no vayan, dice, les descuentan un día de trabajo.
Incluso, afirma que hubo dependencias que compraron hasta 2 mil boletos para distintas funciones. Lo cierto es que en su primer fin de semana el documental tuvo salas llenas…
El Duende Preguntón, “¿Sabe o no sabe?”, El Gráfico, 22 de noviembre.

El cuartel general del “Gobierno legítimo” está en San Luis Potosí esquina con Córdoba. A pocas calles de ahí, en Antonio M. Anza y Cuauhtémoc vi la cinta el pasado domingo a las seis de la tarde. Trescientas veinte butacas. Solo estaban ocupadas treinta y tres.
Esa mañana se había dado en el Zócalo la decimoctava irrupción a la Catedral causante de tanto escándalo y censura. La película no genera interés. El tema ya está manido y manoseado y casi resulta una versión cinematográfica de “El sendero del Peje”.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 23 de noviembre.

RELACIÓN DEL DOCUMENTAL CON LOS HECHOS DEL DOMINGO 19.
López tiene en estos días dos asuntos por considerar en torno de su buena o mala fama. Uno, la película de Mandoqui cuyos avances el público silbó la tarde del domingo en un cine de Altavista. Claro, zona burguesa y cara, pero es un signo. En ese mismo cine recibieron El violín con aplausos.
La otra, el aniversario de su “gobierno legítimo”. Tomado a la mitad el Zócalo tiene frente a sí dos posibilidades, ocupar el espacio disponible para atiborrarlo o reconocer el favor de amigos de Marcelo Ebrard para evitarle la pena de no llenarlo como en los días de gloria.
No deja de ser una paradoja: el mejor político del PRD en toda su historia, proscrito de una campaña para cuya victoria era necesario esconderlo.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 14 de noviembre.

Uno es el estreno ( este viernes, no se le pierda) de la película de Luis Mandoki y Federico Arreola México: Fraude 2006, y el otro es el mitin del próximo domingo en el Zócalo capitalino. Entonces sí, my friend, hace más sentido la peligrosa guerra sucia. Hace más sentido orquestar una campaña mediática de que ¿ya ven, imbéciles? AMLO sí era un peligro para México. Mientras la gente sufre estos hojaldras la están armando hasta los dientes. ¡Están enviando armas a Tabasco! ¡Están organizando la insurrección! Y de ahí van agarrando vuelo en la confrontación tensando más la cuerdita.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 14 de noviembre.

Habrá que ir, pues, a la plaza este domingo y antes, este jueves 15 al cine, porque en el cine también habrá de estar el mismo López Obrador, con el mismo dedo en el mismo renglón de siempre, recordando, diciendo terca, insistentemente, que aquí el 2 de julio de 2006 no se jugó limpio y que eso ni se puede olvidar ni se puede tolerar.
Epigmenio Ibarra, Milenio, 16 de noviembre.

López Obrador es astuto.
Exactamente cuando entra en vigor la prohibición constitucional de que los partidos contraten propaganda en medios electrónicos, él lanza su película.
Ningún político tendrá anuncios pagados en la radio o la televisión a partir de este momento, pero el ex candidato perredista sí estará varias semanas en algunos cines defendiendo en pantalla gigante su verdad.
Pepe Grillo, Crónica, 18 de noviembre.

En una de las pantallas instaladas en el mitin de López Obrador se transmitieron fragmentos del documental Fraude: México 2006, del cineasta Luis Mandoki. Ahí, la multitud pudo ver claramente una escena en la que Norberto Rivera aparece en un ritual en privado, en una casa, y dice: “Bendice, señor, a nuestros hermanos aquí presentes”. Y cuando menciona a los presentes, se le escucha decir. “¡Bendice a nuestro hermano Carlos Salinas!”, mientras aparece la imagen del ex presidente.
Una rechifla generalizada se produjo cuando pasaron esas escenas en la pantalla gigante. La gente ya estaba caliente cuando comenzó a hablar doña Rosario y arengó a la masa de lopezobradoristas: “¿Será que las campanas saludan a esta Convención o será que quieren que callen las voces. ¡Hay que ir a verlo!”.
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Universal, 20 de noviembre.

El domingo se vio el decantamiento del movimiento de López Obrador. La línea rupturista, de confrontación violenta, es la que se quedó dominando, junto a las masas sin ideología y dominadas por las pasiones. En estos días ha habido más que ejemplo: las lágrimas al ver el documental de Luis Mandoki -que recuerda los que fabricaba Goebbels para endiosar a Hitler-, sin importar que no presenta ninguna prueba del fraude sino sólo la explotación del sentimentalismo de las clases populares. / El mitin del domingo y el documental recordaron aquella historia contada y escrita por José Pagés Llergo como enviado a Alemania a entrevistar a Hitler. Antes de hablar con el dictador, llevaron a Pagés a un mitin. Y ahí vio el endiosamiento del caudillo por las masas amorfas, sin ideas, pasionales. Hubo un momento de silencio en el discurso de Hitler y las masas también callaron. Pagés preguntó qué pasaba. Y su acompañante lo silenció abruptamente con estas palabras: "Silencio, el Führer está hablando con Dios."
Carlos Ramírez, “Indicador Político”, El Financiero, 21 de noviembre.

Los discursos y las posturas políticas presentados en el Zócalo pasaron a un segundo plano y, de todo lo que se dijo, sólo nos quedamos con el “¿Será que las campanas saludan a esta Convención o será que quieren que callen las voces? ¡Hay que averiguarlo!”, de la senadora Rosario Ibarra.
Y su pregunta le cayó como anillo al dedo a una multitud ya enardecida contra Norberto Rivera. En una de las pantallas gigantes instaladas en el Zócalo se vio una escena de la película Fraude: México 2006, de Luis Mandoki, en la que Rivera aparece bendiciendo a Carlos Salinas de Gortari. Suficiente para encender los ánimos pejistas.
Maite Reyes Retana, Milenio, 21 de noviembre.

Si la rabia ante las insistentes campanadas que incomodaban a los asistentes del mitin en el Zócalo fue espontánea, confirma el espíritu soliviantado que se mantiene en algunos segmentos de los militantes de ese partido y que se nutre en panfletos como el que ahora lleva a la cinematografía el otrora respetado director Luis Mandoki. La (in) cultura del fundamentalismo político se reproduce, con ánimo autocomplaciente, dentro del PRD y en las periferias de ese partido.
Raúl Trejo Delarbre, “Sociedad y poder”, Crónica, 22 de noviembre.

EPÍLOGO PROVISIONAL.
SI LÓPEZ OBRADOR tiene su propio director de cine, Felipe Calderón ya contrató al suyo.
MIENTRAS el realizador Luis Mandoki retrata y promueve las teorías del fraude electoral, su colega Fernando Sariñana ya es parte del equipo de propaganda calderonista.
EL DIRECTOR de "Niñas mal" y "Todo el poder" ganó parte de los contratos que licitó la Presidencia para la realización de spots y campañas institucionales.
A VER si al rato Sariñana no sale con su propio documental de "¿Quién es el señor Calderón?".
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 19 de noviembre.

Por lo demás, Mandoki debió haber calculado el riesgo que corre al convertirse en el cineasta particular de un político porque, a final de cuentas, AMLO es eso: otro político más en busca del poder.
Su película Fraude: México 2006, estrenada el viernes pasado, nos presenta en pantalla un trabajo dedicado exclusivamente a los simpatizantes de una corriente política.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 20 de noviembre.

Durante el segundo semestre de 2007, la presidencia de la República gastará 26.4 millones de pesos para pagarle a cuatro empresas de cineastas mexicanos que se encargan de grabar, producir y editar los mensajes del titular del Ejecutivo y otras campañas de esa dependencia.
Las casas productoras son las empresas AP Comunicaciones, Lomas Posproducción, Pop Films y Corazón Films.
Um, dicen, pues no estaría mal que Luis Mandoki le hiciera a Feli una peliculita. Podría titularse "El hijo desobediente", sugieren.
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 20 de noviembre.

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