¿Por qué querer limitar los intereses del presidente Calderón? El presidencialismo imperial restringió enormemente el desarrollo de la cultura política en el país, pero se debe reconocer que por ello el presidente logró mantener la gobernabilidad y la estabilidad. Esto —ahora— no es un dato menor porque actualmente Felipe Calderón requiere del pleno apoyo de su partido para sacar adelante las reformas que le ha propuesto al Congreso. ¿Qué de malo tiene, entonces, que tenga alguna injerencia —si es que existe, porque Espino no dio ninguna prueba— en vistas al proceso de elección de la nueva dirigencia del PAN?
El adjetivo de fariseo viene a colación ya que a penas hace unos meses Manuel Espino hacía, muy quitado de la pena, una serie de declaraciones en contra de Hugo Chávez, sabiendo que el presidente Calderón estaba buscando reestablecer plenamente las relaciones diplomáticas con Venezuela. Luego, después de otro conjunto de declaraciones completamente inadecuadas, Espino tuvo que salir a declarar públicamente que el PAN apoyaba sin condiciones al presidente… Pero… La labor de zapa siguió y siguió
Lolita de la Vega, “Frente a frente”, El Universal, 29 de octubre.
La entronización de Germán Martínez a la presidencia nacional de los azules —ideada, impulsada y consolidada desde Los Pinos—, si bien responde a una necesidad histórica del panismo de ligar la suerte de Felipe Calderón a la del partido y hasta justifica una dependencia que desemboque en buenos resultados para el actual gobierno, no deja de tener similitudes con la vieja práctica priista de convertir al Presidente en el conductor absoluto de los destinos del partido.
Como en la era del PRI, hoy el PAN vive un proceso de adoración presidencial que pudiera resultarle contraproducente al partido, mas no al Presidente. Si las reformas que faltan —energética, laboral o educativa, por citar algunas— fortalecerían necesariamente la figura de Calderón y lo presentarían como el gran reformador del país, los costos políticos los tendría que pagar, forzosamente, el panismo, que sería visto por millones como un partido al servicio del Presidente y no al servicio de los intereses del país, que en muchas ocasiones suelen no coincidir.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 30 de octubre.
A Los Pinos, llegado el momento, le importaría más tener un Presidente fuerte a cambio de un presidente del PAN débil y manipulable. ¿O alguien pensaría acaso que Germán Martínez tendría poder de decisión independiente o fuerza propia bastante para decidir jugadas de gran nivel?
Por supuesto que ningún jefe de Estado quiere a un líder de su partido que le lleve las contras y hasta lo ridiculice, como ocurrió con Manuel Espino en su constante golpeteo contra Calderón, a quien definió peyorativamente como un hombre “chaparrito, pelón y de lentes”. Las consecuencias fueron nefastas para el panismo.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 30 de octubre.
Sin embargo, la tentación del poder seduce a cualquiera. Con Martínez en la presidencia del PAN, Calderón querrá ir por las coordinaciones parlamentarias —al senador Santiago Creel se le sigue viendo con desconfianza en Los Pinos y el diputado Héctor Larios es soldado declarado de Espino—, ya que estas designaciones dependen directamente del presidente del partido, y ello, obligadamente, generaría fuertes fisuras internas.
¿Hasta dónde, pues, le conviene al PAN estar bajo las órdenes y hasta bajo los caprichos del Presidente?
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 30 de octubre.
Por paradójico que pudiera parecer, diciembre podría convertirse, en el caso del presidente Felipe Calderón, en el plazo propicio para hacer realidad su explícita aspiración de “ganar el gobierno sin perder el partido” y, al propio tiempo, en período idóneo para que, desde el Legislativo, quienes añoran el poder se hagan de él, arrebatándoselo mediante un “golpe de timón” disfrazado de reforma de Estado.
Y esto, en virtud de que, si bien con el registro de la candidatura (¿única?) de Germán Martínez, el Ejecutivo dio un paso importante en la “recuperación” del blanquiazul para su causa —lo que ello signifique…—, todo apunta a que en el interior de las cámaras, y en especial en el Senado, se incuba una suerte de “conjura” para imponer la fuerza de los legisladores y los partidos sobre la tradicional preeminencia del Presidente… sin que éste o su gente más cercana haya reparado en ello.
Enrique Aranda Pedroza, “De naturaleza política”, Excélsior, 31 de octubre.
El gobierno de Felipe Calderón se está preparando en 2008 para asumir uno de sus principales compromisos en forma frontal: la lucha contra la pobreza extrema y no puede hacerlo con un partido preocupado en otros temas. Para tener éxito en lo social, el gobierno de Calderón necesita éxitos electorales: se puede ganar o perder, pero lo que estaba sucediendo en el PAN era, simplemente, falta de competitividad. Este año ha sido una suma de malos resultados que podrían haber sido mucho mejores con un mínimo trabajo de la dirigencia nacional. Ha habido, desde falta de organización hasta mala elección de candidatos, pasando por una suerte de revancha política inadmisible: dicen los panistas, por ejemplo, que ante la candidatura de Xavier Abreu en Yucatán (en lugar de la de Manuel Espino, que era Ana Rosa Payán), el CEN no sólo no otorgó apoyos, sino que terminó aportando nada más 12 millones de pesos a la campaña, en un partido con prerrogativas superiores a los 800 millones, únicamente a nivel federal
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 2 de noviembre.
De los tres precandidatos, sólo quedó uno. ¿Candidato de la unidad? No lo sé. ¿Tuvo cargada a su favor? Sí, convocada desde Los Pinos. ¿Le suena como a tiempos del priísmo? Sí, pero es el caso de Germán Martínez Cázares, quien ya quedó solitito en la carrera por la presidencia nacional del PAN
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 9 de noviembre.
El caso es que se puede decir que Felipe Calderón ha cobrado una fuerza política, dentro y fuera de su partido, que Fox jamás pudo acumular, pese a haber sido electo por un mayor porcentaje del electorado. Y eso se refleja ya en los procesos internos del PAN, en los que Fox casi nunca pudo desplegar la famosa “línea presidencial”, por ejemplo, durante la primaria para designar al candidato a la Presidencia. En cambio, ahora, Felipe ha podido ejercer su ascendencia desde Los Pinos, primero para ganar abrumadoramente el Consejo Nacional del PAN, desarmar por completo a Espino y dejar en claro que su candidato será inevitablemente el ganador de la contienda por el partido, al grado de haberse quedado como aspirante único. Fox fue también candidato único en la contienda por abanderar al PAN, en 1999, pero nadie sugirió que ello se debiera a la falta de equidad en el proceso o a que los dados estuvieran ya cargados. Simplemente, quienes querían competir, no tenían con qué, y quienes podían derrotar a Fox (como Diego Fernández de Cevallos), no quisieron hacerlo
José Antonio Crespo, “Horizonte Político”, Excélsior, 12 de noviembre.
El resultado de las elecciones del domingo en Michoacán, Puebla, Tamaulipas y Tlaxcala confirmó que la estrategia política de los "primos hermanos" (PRI y PRD) para tratar de recuperar Los Pinos en 2012, parece estar funcionando, lo cual debería ser preocupante para el Partido Acción Nacional y para su "líder", no Germán Martínez Cázares, sino Felipe Calderón Hinojosa, quien pretende recuperar al partido, aunque nadie sabe para qué.
Y es que si Calderón piensa que con el PAN al servicio del gobierno y con Martínez Cázares en la dirigencia del Partido Acción Nacional, podría fortalecerse, está muy equivocado, apuntan los detractores de ambos. Y tal vez tengan razón.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 13 de noviembre.
Algunos analistas consideran que el presidente Calderón se encuentra en la misma situación que el doctor Ernesto Zedillo cuando llegó a la Presidencia de la República: cuestionado y sin partido político, a pesar de que en la elección había "arrollado" con 17 millones de votos. Como todos sabemos, Zedillo fue un "accidente de la historia", por lo cual, en su primer año de gobierno tuvo que enfrentarse a los "malosos" -como el mismo los calificó- de su propio partido, quienes no solamente no lo querían, sino que hasta miedo le tenían, porque era un "resentido social"; hay que recordar que debió librar serios obstáculos que los mismos priistas le pusieron. Calderón se convirtió en candidato a pesar del PAN, y ganó una elección muy cuestionada, por lo que también ha tenido que lidiar con todas las fuerzas políticas, incluyendo las "fuerzas oscuras" del albiazul, a las que creyó haber derrotado con la imposición de Germán Martínez Cázares como candidato único, que no de "unidad", a la dirigencia del organismo.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 13 de noviembre.
¿A quién se parece? El PAN hace una calca perfecta en cuatro pasos. a) Dedo de oro: Germán Martínez Cázares llega a dirigente nacional apadrinado por el Presidente. b) La cargada: ni falta le hizo un tiempo de campaña. c) PAN-gobierno: unos mesecitos en la cartera de transparencia fueron escaparate del funcionario conocido sólo por el caso Muñoz Leos, del que decidió no hablar. d) Candidato único: batuta para la bufalada. Sólo falta la designación en Los Pinos del sucesor presidencial
“Frentes Políticos”, Excélsior, 23 de noviembre.
Después de que en estas líneas apareció ayer una radiografía de cómo el PAN calca las tácticas que antes consideraba abominaciones del PRI, manda a decir el blanquiazul que “la expresión de candidato único no afecta la condición democrática del proceso” de selección de Germán Martínez como su líder nacional. Pero, vaya paradoja, el mensajero es Gonzalo Altamirano Dimas, quien ostenta una categoría mirada antaño con recelo al PRI: consejero nacional vitalicio
“Frentes Políticos”, Excélsior, 24 de noviembre.
Con Germán Martínez como candidato único a la dirigencia nacional, el PAN entrará en una fase de subordinación absoluta a Los Pinos, sin mayor juego democrático interno que el ordenado por el Presidente. De la insurrección de Espino a la genuflexión de Martínez.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 27 de noviembre.
El desempeño electoral del partido en el gobierno este año fue muy malo y Calderón, aunque pretenda eludirlo, es parte de las derrotas. El partido sufrió reveses severos en estados importantes desde el punto de vista de volumen de votos como Veracruz y Puebla, y en plazas significativas para el panismo, como Aguascalientes y Mazatlán. En una demostración de rudeza innecesaria hacia sus correligionarios, Calderón impuso la candidatura de Germán Martínez, que llegará a la presidencia del PAN sin rival enfrente, en medio de una cargada de búfalos que nos remite a los viejos tiempos del priato. Calderón aceptó el costo político de esta maniobra, porque su prioridad es asumir el control pleno del partido de cara a la elección intermedia del 2009, que será determinante para su futuro político, en particular para que pueda o no, conseguir que su grupo político se mantenga en el poder después del 2012.
Juan Manuel Asai, “Códice”, Crónica, 29 de noviembre.
El Presidente se deshizo de un estorbo apellidado Espino y ahora tendrá en la dirigencia nacional del PAN a un incondicional, Germán Martínez, quien ayer delineó lo que será ese instituto político: un partido al servicio del Presidente, sin capacidad de autocrítica ni mucho menos contrapeso del natural poder presidencial. “Públicamente, nunca cuestionaré al Presidente”, aseguró. ¿Habrá consultado a todos los panistas para decir tal barbaridad?
Así, con alianzas políticas tan endebles como riesgosas para consolidar el avance democrático del país, beneficiando a los intereses de grupo y partidistas, anteponiendo su sobrevivencia sexenal olvidando, de momento, los beneficios a largo plazo, Calderón seguirá sometido a los designios de un puñado de diputados y senadores.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 29 de noviembre.
En el interior de su partido Calderón también ha hecho progresos. La elección de Germán Martínez marca el fin del enfrentamiento entre el presidente de la República y la dirección nacional del PAN. Después vendrá la renovación de las coordinaciones de la fracción panista en el Congreso. A partir de estos cambios, que incluyen un Consejo Nacional calderonista, el Presidente se fortalece y adquiere mayor fuerza en las negociaciones con los perredistas y los priistas.
Jaime Sánchez Susarrey, Reforma, 1º de diciembre.
Hace un año. Hoy festejan en Palacio Nacional y llevan la cuenta de los miles de muertos en la guerra contra el crimen organizado. Hoy festeja Felipe de Jesús la sana cercanía con su partido: Manuel Espino se va, se despide, sostiene que pudo ser mejor la relación con quien hoy llama “mi Presidente”. O parecerlo, porque “en política, lo que parece, es”. Germán Martínez suple al de El Yunque y sigue la pauta del poblano Sánchez Taboada: “La cercanía da influencia”. La va a necesitar en el juego de birlibirloque de la pluralidad, ramas del mismo tronco buscan en el espejo el reflejo de influencias efectivas y poderes imaginarios en el valido de turno. Un año cumple hoy Juan Camilo Mouriño de ser el clon imaginario de José María Córdoba, asesor espejo de Carlos Salinas; con el tortuoso añadido de fingida xenofobia. Aunque Chauvin era francés y no español, como el consejero áulico del presidencialismo ilustrado, autor de la frase que inmortalizó a Antonio Ortiz Mena: “El desarrollo estabilizador”.
León García Soler, “A la mitad del foro”, La Jornada, 2 de diciembre.
Quizá Felipe, Juan Camilo y el resto de los pingos estarán más seguros y optimistas ahora que amarraron la presidencia del PAN con Germán Martínez. Todo está planchado y almidonado para una suave y civilizada transición (Guanajuato reloaded?!) para evitar sobresaltos y/o sorpresas. Todo listo y con su listón para una cómoda, contundente y ¿creíble victoria? para el candidato oficial en ¿la primera vuelta?
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 3 de diciembre.
El presidente Felipe Calderón acudirá el sábado al arranque del Consejo Nacional del PAN, para darle la bendición a Germán Martínez Cázares, quien sustituirá, casi por default, a Manuel Espino.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 8 de diciembre.
El presidente Felipe Calderón asistirá el sábado a la toma de posesión de Germán Martínez, como líder del PAN.
Había dudas, por la agenda apretada, pero ayer se confirmó su asistencia.
Se dijo que Calderón va como panista y como consejero.
Y que se ignora si dará un mensaje a sus partidarios.
Pepe Grillo, Crónica, 6 de diciembre.
Claro que es un hecho. Si no, el Estado Mayor Presidencial no afinaría toda la logística para que Felipe Calderón asista a la toma de posesión de Germán Martínez, compadre leal y amigo, como nuevo dirigente nacional del PAN.
“Frentes Políticos”, Excélsior, 7 de diciembre.
Que el sábado, a las diez de la mañana, el presidente Calderón, en compañía de su esposa, Margarita Zavala, acudirá a entregar un donativo para el Teletón.
De ahí se desplazará a la colonia Del Valle para atestiguar la toma de posesión de Germán Martínez como presidente del PAN.
Margarita Zavala, por cierto, acompañará hoy a Germán en el que será el último día de su campaña sin adversario al frente.
“Trascendió”, Milenio, 7 de diciembre.
El tiempo, mi estimado, descubre la verdad. Una semana más de agitación, contradicción, traición, simulación y diversión promete dar un buen cierre este fin de semana. Los simpáticos azules tendrán encerrona para elegir, en un proceso plagado de golpes bajos, a Germán Martínez como el nuevo líder del PAN, quien enfrenta un par de retos descomunales: cómo contener los ánimos presidenciales y su Gymboree de virulenta revancha contra Manuel Espino y qué divertida ruta seguir para demostrarle a la militancia que habrá independencia y autonomía con todo y la sana subordinación, perdón (es viernes) cercanía, que demanda Felipe Calderón.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 7 de diciembre.
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