Afinan estrategia para confrontación

Los tres candidatos al Gobierno del Edomex prepararon su participación en el debate organizado por el IEEM de manera distinta. Eruviel Ávila revisó datos estadísticos y sus posibles respuestas; Luis Felipe Bravo ensayó con cámaras y Alejandro Encinas se concentró en un hotel de Toluca con su equipo de campaña.


Ánimo constructivo

A las 21:00 horas, a bordo de una camioneta con vidrios polarizados, el priista Eruviel Ávila arribó al Instituto Electoral estatal (IEEM), acompañado por los dirigentes nacional y estatal del PRI, Humberto Moreira y Luis Videgaray, respectivamente, para debatir con sus contrincantes.

Una hora después, salió sin dar declaraciones sobre cómo le fue en el encuentro.

Por la mañana, Ávila desayunó en la casa club de Bosque Real, en Huixquilucan, con residentes del lugar. Su voz denotaba tranquilidad.

Dos semanas de trabajo con sus asesores le proporcionaron serenidad.

Las encerronas de más de cinco horas empezaron el lunes pasado. Los asesores recopilaron cifras, datos, estadísticas de impacto estatal y nacional relacionadas con los temas del debate: seguridad, democracia y buen gobierno.

"Llego con un ánimo constructivo de dar a conocer los compromisos que he firmado ante Notario Público. Ante una descalificación, una propuesta; esa va a ser mi postura", adelantó por la mañana.

Y pese a que en la tarde comió enchiladas, auguró que el escozor en la lengua no le duraría hasta la noche.

El maquillaje hizo proyectar a un Eruviel más sonrojado durante el debate, pero los cuestionamientos del panista y el perredista no lo sacaron de su guión.


Ensaya ante las cámaras

Después del debate, Luis Felipe Bravo Mena salió del Instituto Electoral del Estado de México arropado por el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, tras participar en el debate.

Tomó rumbo a la Plaza González Arratia, donde se reuniría con algunos militantes.

Durante el debate mantuvo la posición de quien navega a contracorriente, atacando por igual al perredista Alejandro Encinas -a quien acusó de servir a los intereses de Andrés Manuel López Obrador-, que al priista Eruviel Ávila, a quien consideró parte de una generación que no permite el cambio en la entidad.

Para asumirse como "bravo", el panista invirtió alrededor de once horas.

En la estrategia participaron el delegado del CEN, Javier Corral; el coordinador jurídico de la campaña, Gustavo Parra; el diputado federal Francisco Landero; así como especialistas en comunicación no verbal.

Sus colaboradores preveían ataques por su cercanía con Gobierno federal y la falta de resultados de la Administración de Felipe Calderón, sin embargo la defensa no fue necesaria.

"El ciudadano tiene claro cuáles son las opciones, hemos ganado el debate de manera contundente, me fue muy bien y soy ganador", aventuró Bravo Mena ante sus simpatizantes en la Plaza González Arratia.


Análisis de problemas

Como lo prometió a su llegada al IEEM, Alejandro Encinas salió presumiendo lo que consideró su triunfo en el debate.

"Muy contento, muy satisfecho, se cumplieron nuestros objetivos, quedó claro quién está disputando el segundo lugar. Ya es una disputa entre Eruviel y Luis Felipe, aunque Luis Felipe ya se está quedando muy abajo", dijo el abanderado perredista.

Hacia las 15:00 horas arribó a un hotel cercano al IEEM, donde comió con Gilberto, su hermano, su hijo Alejandro y su esposa, María Nájera, así como sus colaboradores más cercanos.

Revisó el material para definir sus propuestas.

Al final, aunque su lenguaje corporal era de victoria, el abanderado perreddista se mostró mesurado.

"Las autoproclamaciones (de triunfo) no nos corresponden. Son estrategias de algunos otros candidatos, nosotros cumplimos", remató.

Con información de: Sandra García, Lorena Morales, Arturo Espinosa, Tania Hernández e Irma Valadez, Reforma, 9 de junio.

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