Un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”. Esta frase que alguna vez dirigió a Rusia, con su ácido humor, Winston Churchill bien podría aplicarse a la enfermedad por la que convalece en La Habana el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Las especulaciones se multiplican sobre sus dolencias, el tratamiento, sus planes inmediatos, el impacto en el ejercicio de gobierno y la candidatura con la que buscará, en 2012, llegar a gobernar por 20 años consecutivos desde su llegada por primera vez a la presidencia en 1999. Ninguna autoridad médica, venezolana o cubana, ha dado parte alguno de la enfermedad de Chávez o de su recuperación.
La cancillería informó el 10 de este mes que, estando en Cuba después de visitar Brasil y Ecuador, Chávez fue operado de urgencia de un absceso pélvico. Dos días después, el propio mandatario dijo a la cadena de televisión multiestatal Telesur que le habían efectuado “biopsia, estudios, microbiología, y no hay ninguna señal maligna”. Desde entonces, sólo colaboradores han informado sobre su salud. Aseguran que sigue los asuntos cotidianos de gobierno, “se recupera”, “volverá pronto” o “ahora es que hay Chávez para rato”.
“No se ha querido dar información más precisa quizá para no afectar su imagen de líder invicto, pero al paso de los días se corre el riesgo de entregarle otra mala noticia: el país sin él sobrevive y no se desmorona”, afirma José Vicente Carrasquero, profesor del posgrado en ciencias políticas de la Universidad Central de Venezuela.
La vida cotidiana en Venezuela discurre de modo semejante a los primeros días del mes, cuando Chávez emprendió su periplo por la región, con protestas por fallas en servicios públicos y crisis en las cárceles, así como con preparativos para celebrar, el 5 de julio, los 200 años de la declaración de la independencia del país.
Mientras, se ha extendido una ola de rumores sobre la salud de Chávez, recogida en la prensa y las redes sociales, y van desde quienes no creen que esté enfermo y sólo prepara un sorprendente relanzamiento político, hasta los que opinan que quizás padece cáncer y le añaden que puede ser terminal.
Una primera incógnita es el impacto que tendrá la dolencia del líder sobre su ejercicio del gobierno, pues, como recordó el analista Manuel Sierra, “Chávez no es un líder convencional, sino una especie de líder tutelar”, que no sólo conduce un gobierno sino el proyecto de cambiar la sociedad con su “socialismo del siglo XXI”.
Chávez a puesto a sus seguidores a la cabeza de los demás poderes del Estado, está facultado para legislar por decreto hasta el año próximo, ejerce como militar activo el comando de la Fuerza Armada, es jefe indiscutido de su Partido Socialista Unido y decide sobre el manejo del petróleo.
Desde el año pasado se lanzó como candidato para una nueva reelección, en los comicios de 2012, cuando tendrá 58 años, con aspiraciones de gobernar el país para el sexenio 2013-2019.
Para Carrasqueño, “no es descartable que el presidente se presente más bien, en vez de enfermo, en muy buenas condiciones físicas, se le haga un recibimiento apoteósico y su recuperación le ayude a enfrentar en 2012 a un rival que, según rezan las encuestas, puede ser un candidato opositor mucho más joven”.
La coalición opositora Mesa de Unidad Democrática pedirá elecciones internas abiertas para comienzos de 2012 para escoger a su candidato entre una media docena de aspirantes. Los que aparecen con mayor adhesión son dirigentes que apenas rozan los 40 años.
Ellos son los actuales gobernadores Henrique Carriles, del estado de Miranda, y Pablo Pérez, de Zulia, así como Leopoldo López, ex alcalde de un municipio caraqueño, aunque éste último sólo si se le revoca una inhabilitación temporal.
Hasta mayo, varias encuestadoras registraban un descenso en la popularidad e intención de voto por Chávez. Firmas como Keller afirman que 53 % de sus encuestados manifestaron rechazo a Chávez, mientras que GIS XXI da el mismo porcentaje pero de aceptación.
Hinterlaces registró 42 % de intenciones de voto por Chávez y 40 por algún opositor. Estos datos parecen esfumar las ventajas de 20 puntos porcentuales de las que disfrutó Chávez hasta 2006.
Para Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis, “el gobierno seguramente utilizará el retorno del presidente Chávez para fortalecer su figura, su aureola como una especie de ser mágico que supera adversidades. De allí el manejo secreto, más que reservado, del tema de su enfermedad”.
“Esa imagen de ser invencible, que supera las adversidades, que arropa y destruye al adversario, forma parte esencial de la conexión de Chávez con la gente y por eso no sería bueno mostrarlo postrado en una cama”, asegura.
Carrasquero, por su parte, deploró que “los venezolanos seamos tratados como niños (…) Se desprecia a la opinión pública al no informársele lo que pasa con el presidente”, añadió.
Por contraste, la gente en “Paraguay fue informada cuando el presidente Fernando Lugo se enfermó, igual que en Ecuador cuando el presidente Rafael Correa se lesionó la pierna y la gente en Brasil sabe cuál es el estado de salud de la presidenta Dilma Rousseff”.
La primera luz para iluminar este misterio de la enfermedad de Chávez llegará con su retorno, y para ello hay una fecha clave en el corto plazo: el 5 de julio.
Para entonces, además de conmemorarse fastuosamente el Bicentenario de la Independencia, se espera la reunión en Venezuela de una cumbre para dar nacimiento, formalmente, a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, con Chávez como anfitrión.
Humberto Márquez/ IPS. Caracas, Milenio, 29 de junio.
El enigma de Chávez
Venezuela Medios México miércoles, 29 de junio de 2011 0 comentarios
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