El socialismo chavista, en la cuerda floja

CARACAS.— “En el socialismo las obras las haces tú…”. La publicidad puebla las calles de la capital venezolana. Es el último grito del marketing chavista, y no faltan quienes completen la frase con una respuesta o una reflexión. “Yo no puedo hacer nada porque de obras no entiendo ni soy mecánico de motos”, dice Asdrúbal Bueno, de 44 años, frente a la valla que cuelga de la avenida Baralt.

Muy cerca de allí, en la Plaza Bolívar, la publicidad se repite y la pregunta recae sobre Argenis López, estudiante de 28 años. “Yo hacer obras no podría por falta de maquinarias y de la más mínima herramienta, aun cuando estudio diseño y algo podría colaborar”.

Su vecino de banco, José Manuel Peinado, 39 años y desocupado, dice que “si me dan el trabajo cargo piedra para hacer la obra”.

En el exclusivo barrio de Los Palos Grandes, la respuesta la completa Mauricio C., de 62 años y empresario, sentado en el café Arábica. “Yo las haría con mucho gusto, soy constructor. Pero tuve que cerrar la empresa porque me cortaron múltiples licitaciones cuando mi nombre apareció en la Lista Tascón” (la de los firmantes para pedir la revocatoria al cargo del presidente Hugo Chávez, en 2004).

En conclusión, si las obras no las hace el Estado no hay socialismo que valga. Las obras que el país necesitaba hace más de 10 años para mantener los niveles necesarios de generación eléctrica y los tendidos en todo el país brillaron por su ausencia y hoy los cortes de energía se producen a diario en buena parte de Venezuela.

“Aquí, en Caracas, Chávez no se anima a cortar la energía porque sabe que la gente prende candela a todito”, dice el analista Carlos Romero, envuelto en la furia de ver que en Maracaibo, con 44 grados a la sombra, miles de familias pasan casi seis horas sin energía.

“Un gobierno serio y responsable hubiera enfrentado a fondo el grave problema que se nos venía encima. Ahora está fuera de control porque se subestimó la magnitud del problema, se desviaron recursos a otros países en vez de volcarlos en obras para la generación de energía y no se confió en los técnicos locales mientras se culpaba del problema a los gobiernos de la IV República y se dejaba de hacer el mantenimiento preventivo”, explicó sobre la situación el especialista en el sector eléctrico Guillermo Zurga.

La capacidad de generación del país asciende a 24 mil MW y el consumo en el 2010 fue de 17 mil MW, pero aun así los cortes, según las autoridades, se prolongarán. Para el alcalde de Caracas, el opositor Antonio Ledezma, “esto pasa por pura incapacidad”.

Ledezma, en declaraciones hechas a EL UNIVERSAL, dice que “si los cortes no se registran en Caracas es porque el presidente y su gobierno tienen un desprecio mayúsculo por los estados y pequeñas ciudades del interior donde los cortes hacen todo más grave”.

Faltan casas

Pero no es sólo el problema energético el que azota a los venezolanos. La falta de obras también se da en el sector de la vivienda, cuyo déficit se ahondó desde diciembre pasado, cuando las incesantes lluvias e inundaciones dejaron a más de 25 mil familias damnificadas en varios centros de refugiados, donde las soluciones no llegan y la comida y ciertos enseres sólo aparecen cada vez que sus habitantes realizan “una marimba” (protesta).

Eso pasa en el ex centro comercial Sambil, reconvertido en un centro de refugiados. “Tuvimos que cortar la Avenida Urdaneta para que nos escuchen. Apareció la comida y algo de ropa y dicen que las casas se están construyendo”, explica Arlinson Gómez en uno de los pasillos del segundo mayor refugio de la capital venezolana.

El gobierno prometió la construcción de casas a los damnificados de la misma forma que en 1999, durante las inundaciones de Vargas que arrasaron con barrios, había prometido viviendas. “Hasta ahora brillan por su ausencia y será muy difícil que se puedan cumplir, porque en el país no hay fabricación de cemento y las fábricas de puertas cerraron. Ahora hay que importarlas, como el acero o el hierro, que después de la confiscación de (la argentina del grupo Techint) Sidor tiene problemas de abastecimiento”, explica el economista José Guerra.

El especialista habitacional Miguel Méndez Rodulfo, quien desarrolla proyectos en el sector para la opositora Mesa de Unidad Democrática, dice que el gobierno se propuso levantar 115 mil unidades en 2011, algo que considera “imposible”. “Hasta mayo de este año el gobierno sólo construyó mil 611 viviendas. En 1999, el propio Chávez había dicho que el déficit habitacional era de más de un millón y medio de casas y se había comprometido a construir 700 mil en los primeros cinco años. Pero en ese lapso sólo construyó 71 mil 295. Fue menor el número de viviendas construidas que en la mayoría de los gobiernos de la IV República que él tanto denosta”, sostiene Rodulfo.

Si a estos problemas se agrega que en muchos supermercados abundan los chocolates pero falta la harina, o sobran gaseosas y escasea el aceite, tenemos que no sólo el presidente Chávez padece una enfermedad que sólo él sabe de qué se trata. La economía está enferma: los precios suben por una inflación que ronda el 30% anual, hay un déficit fiscal que no deja de galopar y el consumo, según los analistas, cayó un 15% en lo que va del año.

“Venezuela y su economía están enfermas”, dice Guerra. Coincide Ledezma, uno de los tres precandidatos a la presidencia por la oposición.

En tanto todos se siguen preguntando, “¿quién hace las obras en el socialismo?”, la respuesta la da Florentino Aredes, viejo militante comunista y hoy votante de Patria Para Todos.

“Puede ser que la publicidad esa tenga razón en que en el socialismo las obras las haces tu, o sea nosotros. Pero esto más que socialismo es un verdadero desmadre. Ni siquiera se nota si el presidente está ausente del país. Y en un desmadre semejante las obras y la gestión lo hace Chávez o nadie…”.

José Vales enviado, El Universal, 27 de junio.

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