Rosa Albina Garavito, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señaló ayer que no se puede plantear el rescate de Petróleos Mexicanos (Pemex) sin una reforma fiscal integral, mientras el analista Alfredo Jalife advirtió que la venta de petrobonos que propone el Ejecutivo para modificar la legislación en materia petrolera representa el inicio de la bursatilización de la paraestatal.
Ambos participaron ayer en el simposio Petróleo y seguridad energética que organizó el Frente Amplio Progresista (FAP). Ahí, René Drucker pidió que también se analice el tema de la transición energética, pues el petróleo es un recurso no renovable y se está acabando.
Refirió que, de acuerdo con varios estudios, México sólo tiene reservas para los próximos nueve años, por lo que se requiere incursionar en otras fuentes de energía, como la solar, que es inagotable.
A su vez, Claudia Sheinbaum expuso que el propósito de la reforma que presentó “el gobierno de facto” de Felipe Calderón no es modernizar Pemex, sino convertir a la firma en una administradora, “terciarizando” todas las actividades de la industria: exploración, explotación, transporte, almacenamiento y refinación.
El propósito del paquete de enmiendas es abandonar Pemex como empresa del Estado dedicada a la cadena productiva y condenarla a operar la vieja infraestructura para, en el futuro, dedicarse a ser compradora y vendedora de crudo e hidrocarburos. Eso, puntualizó, no es fortalecer a Pemex, sino debilitarla.
La integrante del “gobierno legítimo” advirtió que si se permite la privatización de Pemex “estaremos abonando a una dependencia mayor de Estados Unidos, a la reducción de las posibilidades de ampliar los derechos sociales de la población, con la entrega de la renta petrolera, y a la renuncia de una política energética de Estado. Estaríamos renunciando al futuro soberano del país”.
Rosa Albina Garavito indicó que la apertura de Pemex a particulares significaría dar un paso más en el acelerado camino de la inviabilidad del país como nación independiente y soberana.
Aunque el gobierno diga lo contrario, las iniciativas de reforma pretenden privatizar Pemex y son anticonstitucionales. De ser aprobadas se echarían por tierra los artículos 27 y 28 de la Constitución, explicó.
En el auditorio de la antigua Escuela de Medicina de la UNAM, dijo que es necesario hacer una reforma fiscal. Pero, alertó: “sabemos cuál es la visión que tiene la derecha. Para ese sector no existen los impuestos directos; sino sólo el contribuyente cautivo, mediante la generalización del IVA”.
Recordó que desde la izquierda se han construido propuestas alternativas de reforma fiscal integral, y señaló que es fundamental no aislar la defensa y el rescate de Pemex de temas tan importantes como el fortalecimiento de las finanzas públicas sin la expoliación de la paraestatal. “Por desgracia, y creo que nos hace falta una autocrítica profunda, la izquierda se ha hecho a un lado de la discusión de la reforma fiscal; pareciera que no tiene confianza en la fuerza de la razón que nos asiste ni en la fuerza política y social.”
Pidió no olvidar que, con todo y “fraude” en los comicios de 2006, oficialmente la izquierda tuvo el mayor crecimiento electoral. Entonces “seamos autocríticos y preguntemos: ¿acaso no nos alcanzan esos 15 millones de votos, no solamente para defender a Pemex y decir no a la privatización, sino para efectivamente hacer un cambio en el modelo económico y rediseñar el rumbo de la nación?”
El académico de la UAM Arturo Guillén manifestó que el movimiento de resistencia civil paró el albazo legislativo que preparaban PRI y PAN, por más que lo nieguen. La toma de las tribunas del Congreso fue una necesidad, no un capricho de un dirigente, puntualizó.
Jalife refirió, a su vez, que con la movilización se ganó el primer round, pero ahora “estamos perdiendo” por el enfrentamiento en el PRD, por lo cual hizo un llamado a las corrientes del sol azteca a resolver sus problemas. El petróleo está por encima del presidente del partido, sea quien sea, sostuvo.
Ambos participaron ayer en el simposio Petróleo y seguridad energética que organizó el Frente Amplio Progresista (FAP). Ahí, René Drucker pidió que también se analice el tema de la transición energética, pues el petróleo es un recurso no renovable y se está acabando.
Refirió que, de acuerdo con varios estudios, México sólo tiene reservas para los próximos nueve años, por lo que se requiere incursionar en otras fuentes de energía, como la solar, que es inagotable.
A su vez, Claudia Sheinbaum expuso que el propósito de la reforma que presentó “el gobierno de facto” de Felipe Calderón no es modernizar Pemex, sino convertir a la firma en una administradora, “terciarizando” todas las actividades de la industria: exploración, explotación, transporte, almacenamiento y refinación.
El propósito del paquete de enmiendas es abandonar Pemex como empresa del Estado dedicada a la cadena productiva y condenarla a operar la vieja infraestructura para, en el futuro, dedicarse a ser compradora y vendedora de crudo e hidrocarburos. Eso, puntualizó, no es fortalecer a Pemex, sino debilitarla.
La integrante del “gobierno legítimo” advirtió que si se permite la privatización de Pemex “estaremos abonando a una dependencia mayor de Estados Unidos, a la reducción de las posibilidades de ampliar los derechos sociales de la población, con la entrega de la renta petrolera, y a la renuncia de una política energética de Estado. Estaríamos renunciando al futuro soberano del país”.
Rosa Albina Garavito indicó que la apertura de Pemex a particulares significaría dar un paso más en el acelerado camino de la inviabilidad del país como nación independiente y soberana.
Aunque el gobierno diga lo contrario, las iniciativas de reforma pretenden privatizar Pemex y son anticonstitucionales. De ser aprobadas se echarían por tierra los artículos 27 y 28 de la Constitución, explicó.
En el auditorio de la antigua Escuela de Medicina de la UNAM, dijo que es necesario hacer una reforma fiscal. Pero, alertó: “sabemos cuál es la visión que tiene la derecha. Para ese sector no existen los impuestos directos; sino sólo el contribuyente cautivo, mediante la generalización del IVA”.
Recordó que desde la izquierda se han construido propuestas alternativas de reforma fiscal integral, y señaló que es fundamental no aislar la defensa y el rescate de Pemex de temas tan importantes como el fortalecimiento de las finanzas públicas sin la expoliación de la paraestatal. “Por desgracia, y creo que nos hace falta una autocrítica profunda, la izquierda se ha hecho a un lado de la discusión de la reforma fiscal; pareciera que no tiene confianza en la fuerza de la razón que nos asiste ni en la fuerza política y social.”
Pidió no olvidar que, con todo y “fraude” en los comicios de 2006, oficialmente la izquierda tuvo el mayor crecimiento electoral. Entonces “seamos autocríticos y preguntemos: ¿acaso no nos alcanzan esos 15 millones de votos, no solamente para defender a Pemex y decir no a la privatización, sino para efectivamente hacer un cambio en el modelo económico y rediseñar el rumbo de la nación?”
El académico de la UAM Arturo Guillén manifestó que el movimiento de resistencia civil paró el albazo legislativo que preparaban PRI y PAN, por más que lo nieguen. La toma de las tribunas del Congreso fue una necesidad, no un capricho de un dirigente, puntualizó.
Jalife refirió, a su vez, que con la movilización se ganó el primer round, pero ahora “estamos perdiendo” por el enfrentamiento en el PRD, por lo cual hizo un llamado a las corrientes del sol azteca a resolver sus problemas. El petróleo está por encima del presidente del partido, sea quien sea, sostuvo.
Nota de Georgina Saldierna, La Jornada, 8 de mayo.
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