LIMA.— Un urgente ataque al flagelo de la pobreza y el hambre, agravado en los países más vulnerables por la escalada de los precios de los alimentos, “la responsabilidad compartida” entre los países emisores y receptores en el fenómeno de la inmigración y un compromiso de promover “el crecimiento económico con menos emanación de carbono” y el desarrollo de “nuevas fuentes de energía, limpias y renovables” conforman los acuerdos alcanzados ayer aquí en el seno de la V Cumbre de América Latina, Caribe y Unión Europea (ALC-UE).
En lo que fue considerado uno de los cónclaves regionales más calmos y fructíferos a la fecha (desde 2000), mandatarios y representantes de más de 60 gobiernos birregionales consensuaron la Declaración de Lima, una ciudad que lució fortificada en todos sus rincones y con sus habitantes virtualmente “cansados” de dos días festivos y de una semana de intenso tráfico.
“Mucha moto, mucho auto oficial, mucha cháchara, pero nosotros no vendemos por culpa de estos presidentes que dicen que van a luchar contra la pobreza. Nosotros, después de estos días somos más pobres”, se quejaba un vendedor de periódicos.
Y es que a la cumbre se le sumó la anticumbre, que ayer se clausuró con un acto en la céntrica Plaza 2 de mayo, donde una multitud aguardaba a Chávez y al boliviano Evo Morales.
Los mandatarios asumieron “el compromiso de impulsar la cooperación birregional para la mitigación del cambio climático y la adaptación de sus efectos, así como para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, los recursos naturales y la energía”, uno de los puntos más difíciles ante la postura brasileña de avanzar tanto con los biocombustibles como con el desarrollo, sin reparar mucho en el medio ambiente.
Desde la mañana, cuando el presidente anfitrión, Alan García, inauguró la cumbre proponiendo un combate abierto a la pobreza, mediante el aumento de 2% de la productividad agrícola para superar la crisis alimentaria que afecta al mundo y aplicar un impuesto al barril de petróleo para reforestar la Amazonia, los presidentes se dividieron en ocho mesas de trabajo, para debatir los temas abordados en el documento.
“Hemos llegado a la conclusión de que el crecimiento económico solo no alcanza para acabar con la pobreza. Se necesitan una serie de políticas públicas para generar inversión e inversión en infraestructura para mejorar los niveles, principalmente en nuestros países”, explicó el jefe de Estado mexicano, Felipe Calderón, quien ofició de vocero de uno de los grupos de trabajo.
Con escaso acceso para la prensa, el único conflicto que salió a la luz fue la negociación de los países de la Comunidad Andina para un Tratado de Libre Comercio con la UE. Tanto Morales como el ecuatoriano Rafael Correa, cuestionaron a los gobiernos de Colombia y de Perú, de querer dejarlos afuera de un acuerdo.
“Este es un matrimonio joven y tiene mucho camino por recorrer”, sintetizó el jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien será el anfitrión de la próxima Cumbre ALC-UE en 2010.
La cumbre concluyó con la excelsa y aplaudida oratoria de García, quien llamó al desarme y derivar los fondos que se gasta en armas “a esta lucha que nos compromete aquí”. La buena in-tención de acabar con el hambre y la pobreza.
En lo que fue considerado uno de los cónclaves regionales más calmos y fructíferos a la fecha (desde 2000), mandatarios y representantes de más de 60 gobiernos birregionales consensuaron la Declaración de Lima, una ciudad que lució fortificada en todos sus rincones y con sus habitantes virtualmente “cansados” de dos días festivos y de una semana de intenso tráfico.
“Mucha moto, mucho auto oficial, mucha cháchara, pero nosotros no vendemos por culpa de estos presidentes que dicen que van a luchar contra la pobreza. Nosotros, después de estos días somos más pobres”, se quejaba un vendedor de periódicos.
Y es que a la cumbre se le sumó la anticumbre, que ayer se clausuró con un acto en la céntrica Plaza 2 de mayo, donde una multitud aguardaba a Chávez y al boliviano Evo Morales.
Los mandatarios asumieron “el compromiso de impulsar la cooperación birregional para la mitigación del cambio climático y la adaptación de sus efectos, así como para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, los recursos naturales y la energía”, uno de los puntos más difíciles ante la postura brasileña de avanzar tanto con los biocombustibles como con el desarrollo, sin reparar mucho en el medio ambiente.
Desde la mañana, cuando el presidente anfitrión, Alan García, inauguró la cumbre proponiendo un combate abierto a la pobreza, mediante el aumento de 2% de la productividad agrícola para superar la crisis alimentaria que afecta al mundo y aplicar un impuesto al barril de petróleo para reforestar la Amazonia, los presidentes se dividieron en ocho mesas de trabajo, para debatir los temas abordados en el documento.
“Hemos llegado a la conclusión de que el crecimiento económico solo no alcanza para acabar con la pobreza. Se necesitan una serie de políticas públicas para generar inversión e inversión en infraestructura para mejorar los niveles, principalmente en nuestros países”, explicó el jefe de Estado mexicano, Felipe Calderón, quien ofició de vocero de uno de los grupos de trabajo.
Con escaso acceso para la prensa, el único conflicto que salió a la luz fue la negociación de los países de la Comunidad Andina para un Tratado de Libre Comercio con la UE. Tanto Morales como el ecuatoriano Rafael Correa, cuestionaron a los gobiernos de Colombia y de Perú, de querer dejarlos afuera de un acuerdo.
“Este es un matrimonio joven y tiene mucho camino por recorrer”, sintetizó el jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien será el anfitrión de la próxima Cumbre ALC-UE en 2010.
La cumbre concluyó con la excelsa y aplaudida oratoria de García, quien llamó al desarme y derivar los fondos que se gasta en armas “a esta lucha que nos compromete aquí”. La buena in-tención de acabar con el hambre y la pobreza.
Nota de José Vales, El Universal, 17 de mayo.
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