Obama, dispuesto a mantener el embargo económico contra Cuba

Miami, 23 de mayo. El precandidato demócrata a la presidencia estadunidense, Barack Obama, aprovechó un almuerzo con la Fundación Cubano Americana, la organización más antigua del exilio cubano, para explayarse en cuanto a lo que sería su política hacia América Latina de llegar al cargo, reconoció el hambre que existe en el continente y defendió el derecho de Bogotá a combatir a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en cualquier circunstancia.

Aseguró que su gobierno podrá “recuperar el liderazgo en el hemisferio”, y se dijo capaz de fomentar la libertad religiosa, la democracia auténtica, la seguridad y el combate a la pobreza en los países al sur de Estados Unidos, pues ello, añadió, beneficiará a la nación.

Sobre el caso de la política hacia Cuba, afirmó ante un público anticastrista que de llegar a la presidencia mantendrá el embargo económico contra Cuba, “porque nos da peso político con el actual régimen. Si se dan pasos significativos hacia la democracia, comenzando por liberar a todos los prisioneros políticos, empezaremos a normalizar las relaciones. Eso impulsará un cambio real en Cuba, mediante una diplomacia fuerte, inteligente y con principios”.

Pero para terminar con lo que llamó “la retórica fracasada de Bush y que el candidato presidencial republicano, John McCain, piensa continuar”, Obama sostuvo: “No hay mejores embajadores de la libertad que los cubano-estadunidenses. Es por eso que de inmediato permitiré viajes sin restricciones de familias y remesas a la isla. Es tiempo de dejar que los cubano-estadunidenses vean a sus madres, padres, hermanas y hermanos. Es hora de que el dinero cubano-estadunidense haga que sus familias dependan menos del régimen de Castro.

“John McCain ha andado por todo el país hablando de lo mucho que deseo reunirme con Raúl Castro, como si se tratara de un encuentro social. Eso nunca fue dicho y McCain lo sabe. Pero tras ocho años de desastrosas políticas de George Bush es tiempo de buscar una diplomacia directa, tanto con nuestros amigos como con nuestros enemigos, sin condiciones. Habrá preparación y una agenda clara.”

Expresó que Estados Unidos y los países de América Latina comparten la historia de territorios conquistados y colonizados que buscaron su independencia. “Aunque prósperos en recursos, aún debemos luchar contra la pobreza”.

Recordó las cuatro libertades de que hablaba Franklin D. Roosevelt: religiosa y política, y de desear y vivir sin temor. “En nuestros mejores momentos Estados Unidos ha impulsado estas cuatro libertades en las Américas, pero seamos honestos: ha habido veces que no hemos dado a los pueblos de la región el respeto que merecen como nuestros socios”.

Obama recordó las promesas incumplidas que el actual presidente, George W. Bush, hizo a México y el resto del hemisferio. “Desde que el mandatario lanzó una equivocada guerra contra Irak se ha mostrado negligente con nuestros amigos, ineficiente contra nuestros adversarios, desinteresado en los retos que enfrentan en la vida los pueblos de América e incapaz de impulsar nuestros intereses en la región.

“Mi política hacia las Américas se guiará por el sencillo principio de que lo que es bueno para América Latina es bueno para Estados Unidos”, aseveró, y destacó la importancia de la democracia y la seguridad en nuestros países, es decir, “ser libres políticamente y ser libres del miedo.

“Para demasiada gente en el hemisferio la seguridad es una carencia en sus vidas”, y a ello Estados Unidos responde con ideas convencionales, “congeladas desde los 80. De la derecha escuchamos que hay insurgentes violentos y la izquierda denuncia a paramilitares. Pero a la persona que vive con temor no le importa si la amenaza es un paramilitar derechista, un izquierdista terrorista, un cártel de la droga o una fuerza policial corrupta. Sólo les interesa que están bajo amenaza y no pueden vivir y trabajar con sus familias en paz. Nunca habrá verdadera seguridad a menos que concentremos nuestros esfuerzos en todas las fuentes de temor para América Latina, y eso es lo que haré como presidente de Estados Unidos.”

Obama especificó que para lograr eso “ordenaré a mi procurador general y a mi secretario de Seguridad Interna reunirse con sus homólogos latinoamericanos durante el primer año de mi gestión. Lucharemos por un esfuerzo unido. Proveeremos los recursos y pediremos a cada nación hacer lo mismo. Colaboraremos en la lucha contra el narcotráfico, la corrupción y el crimen organizado.

“Tenemos que hacer nuestra parte. Por ello necesitamos reforzar la seguridad en la frontera y renovar nuestros esfuerzos contra pandillas y narcotraficantes, pero también debemos vigilar lo que se traslada hacia el sur. Como presidente dejaré claro que vamos contra las armas, el lavado de dinero y los vehículos que facilitan esos crímenes. Y destruiremos la demanda de drogas dentro de nuestras propias comunidades”, aseguró. Se financiarán, abundó, programas para combatir la venta de drogas y el consumo en Estados Unidos.

Obama justificó el combate del gobierno colombiano a las FARC dando a entender que defiende la reciente invasión militar de esa nación al territorio vecino de Ecuador: “Apoyaremos el derecho de Colombia a combatir terroristas que buscan santuario al cruzar la frontera y denunciaremos cualquier apoyo que reciban las FARC de gobiernos vecinos. Estas acciones deben ser expuestas a la condena internacional, provocar su aislamiento regional y, de ser necesario, ser objeto de sanciones graves. Es intolerable”.

La globalización del “estómago vacío”

Sobre la pobreza en América Latina, destacó que “no podemos ignorar ni tolerar la globalización del estómago vacío. Esto es responsabilidad de los gobiernos de la región, pero debemos hacer nuestra parte. Incrementaremos sustancialmente nuestra ayuda a Latinoamérica y nos apegaremos a la meta del milenio de reducir a la mitad la pobreza mundial para el año 2015.”

Criticó los tratados de comercio que ha firmado la administración Bush, “quien cree que porque es comercial es bueno”. Afirmó que esos acuerdos deben ser benéficos para todas las partes. “Como los obispos de Centroamérica, me opuse al CAFTA porque no especificaba adecuadamente las necesidades de los trabajadores. Apoyé el Acuerdo de Libre Comercio con Perú, porque contenía cláusulas laborales y ambientales. Esta es la clase de comercio que necesitamos, que beneficie al trabajador y no sólo al corporativo.”

Para combatir la “adicción estadunidense al petróleo”, Obama propuso crear la sociedad energética de las Américas, que vaya más allá de acuerdos bilaterales y sea el camino hacia el desarrollo de energía limpia y sostenible en vez de “la tiranía del petróleo”.

Declaró también que uno de los recientes resultados de la actual política ha sido un creciente sentimiento antimigrante, que es aprovechado por los políticos. Habló en favor de la migración legal para lograr un Estados Unidos multicolor, sin rencores. “Así lograremos todo. Todos somos americanos”, añadió en español.

Nota de La Jornada, 24 de mayo.


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