El narco, gran empleador de jóvenes, dice la Arquidiócesis

La crisis económica que está atravesando el país ha orillado a muchos jóvenes a buscar trabajo en el narcotráfico, o a exponerse al racismo cada vez más fuerte de la sociedad estadunidense cuando migran a aquel país, alertó el editorial del número más reciente del semanario católico Desde la fe.

“Es tan grave nuestra situación laboral que el crimen organizado se está convirtiendo en el gran empleador de jóvenes en este país, ya sea en el mercado informal, en la piratería o en el cultivo y tráfico de drogas”, señaló la publicación de la Arquidiócesis Primada de México.

A quienes no desean involucrarse con el narco y optan por cruzar la frontera hacia Estados Unidos, también les esperan condiciones muy duras, puesto que en el país vecino “la sociedad es cada vez más intolerante y racista, comenzando por sus autoridades”, como lo demuestra la ley antinmigrante SB 1070, en el estado de Arizona.

Es por ello que el llamado sueño americano “hace mucho que terminó. Más que recibir inmigrantes, quieren expulsarlos. De allí el endurecimiento de sus fronteras llegando a la militarización de las mismas”.

Lamenta Rivera Carrera que la justicia se compre con dinero
Por otra parte, durante su homilía dominical, efectuada en la Catedral Metropolitana, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, lamentó que en México se haya llegado al punto en el que “la justicia se compra con dinero”, al mismo tiempo que muchas familias no tienen los recursos necesarios para adquirir sus alimentos o atender las enfermedades más sencillas.

Esta situación, dijo el prelado, ha llevado a las personas a dar una importancia desmedida al dinero y al mundo de lo material, hasta llegar al punto de idolatrarlo. Sin embargo, dicha actitud es incompatible con Cristo y sus enseñanzas de humildad y austeridad. Consideró lícito el que los fieles busquen mejores condiciones de bienestar, siempre y cuando no caigan en la “idolatría del oro” ni en la acumulación sin sentido.

Mientras tanto, fuera de la Catedral Metropolitana, la activista Julia Klug continuó hoy su campaña de recolección de firmas para que Rivera Carrera “deje de encubrir” al sacerdote Nicolás Aguilar y otros religiosos acusados de pederastia.

Ataviada con un traje que imita la vestimenta papal, pero adornado con signos de pesos, Klug denunció que “el cardenal no puede pedir que no haya odio ni rencor cuando es la Iglesia la que lo siembra con su posición contra el aborto y por la pederastia. No vamos a quitar el dedo del renglón hasta que metan a la cárcel a Aguilar”.

La activista, quien inició sus protestas frente a Catedral en 2007, se dijo lastimada por los abusos sexuales de sacerdotes contra niños, y advirtió que no tiene miedo de sufrir nuevas agresiones de grupos religiosos. “Yo estoy manifestándome pacíficamente y lo único que pido es justicia”, recalcó.

Fernando Camacho Servín, La Jornada, 2 de agosto.