El presidente Raúl Castro anunció ayer, sin precisar fecha, que los proyectos de cambios para “actualizar el modelo económico” de Cuba serán discutidos con la “población en su conjunto”, y dijo que entre enero y marzo próximos comenzará la “reducción de plantillas abultadas en el sector” público, donde sobra más de un millón de empleados.
Asimismo anunció la ampliación del “trabajo por cuenta propia, como una alternativa más de empleo de los trabajadores excedentes”, poco después de que su ministro de Economía, Marino Murillo, definiera los límites de los cambios. “No vamos a entregar la propiedad estatal” y en el país “seguirá rigiendo la planificación centralizada”, dijo.
Al clausurar la primera sesión ordinaria del parlamento, el mandatario informó además de la reciente excarcelación de “los primeros 21 reclusos contrarrevolucionarios, de los sancionados en 2003 (…) por delitos contra la seguridad del Estado (…), actuando al servicio de Estados Unidos”, al tiempo que advirtió que “no habrá impunidad para quienes intenten poner en peligro nuestra independencia”.
Castro consideró que “en cuanto a Cuba y Estados Unidos, en esencia nada ha cambiado”, y puso como ejemplo la “prisión injusta y el tratado abusivo” que reciben cinco agentes de la inteligencia cubana condenados por espionaje en ese país desde hace 12 años. En particular enfatizó la “crueldad que se comete” con Gerardo Hernández -dos cadenas perpetuas-, quien desde el 21 de julio está en una celda de castigo, “sin justificación alguna”. En ese sentido, el parlamento responsabilizó a Washington “por la integridad física” de Hernández.
Raúl Castro reconoció, sin embargo, que existe “menos retórica” contra su gobierno de parte de EU y dijo que “nosotros seguiremos actuando con la serenidad y paciencia”.
Reconoció también la sorpresa creada por su silencio en el acto del 26 de julio, aniversario 57 del inicio de la revolución, y sin explicar la causa comentó que “lo importante no es el orador” sino lo dicho, “que expresa la opinión colegiada de la dirección del partido y del Estado”. Castro atribuyó a “varias agencia de prensa y autotitulados analistas (…) la existencia de una lucha entre tendencias en la dirección de la revolución” y dijo que “la unidad es hoy más sólida que nunca”, sin excluir “las discrepancias honestas”.
La Habana. Manuel Juan Somoza, Milenio, 2 de agosto.
Asimismo anunció la ampliación del “trabajo por cuenta propia, como una alternativa más de empleo de los trabajadores excedentes”, poco después de que su ministro de Economía, Marino Murillo, definiera los límites de los cambios. “No vamos a entregar la propiedad estatal” y en el país “seguirá rigiendo la planificación centralizada”, dijo.
Al clausurar la primera sesión ordinaria del parlamento, el mandatario informó además de la reciente excarcelación de “los primeros 21 reclusos contrarrevolucionarios, de los sancionados en 2003 (…) por delitos contra la seguridad del Estado (…), actuando al servicio de Estados Unidos”, al tiempo que advirtió que “no habrá impunidad para quienes intenten poner en peligro nuestra independencia”.
Castro consideró que “en cuanto a Cuba y Estados Unidos, en esencia nada ha cambiado”, y puso como ejemplo la “prisión injusta y el tratado abusivo” que reciben cinco agentes de la inteligencia cubana condenados por espionaje en ese país desde hace 12 años. En particular enfatizó la “crueldad que se comete” con Gerardo Hernández -dos cadenas perpetuas-, quien desde el 21 de julio está en una celda de castigo, “sin justificación alguna”. En ese sentido, el parlamento responsabilizó a Washington “por la integridad física” de Hernández.
Raúl Castro reconoció, sin embargo, que existe “menos retórica” contra su gobierno de parte de EU y dijo que “nosotros seguiremos actuando con la serenidad y paciencia”.
Reconoció también la sorpresa creada por su silencio en el acto del 26 de julio, aniversario 57 del inicio de la revolución, y sin explicar la causa comentó que “lo importante no es el orador” sino lo dicho, “que expresa la opinión colegiada de la dirección del partido y del Estado”. Castro atribuyó a “varias agencia de prensa y autotitulados analistas (…) la existencia de una lucha entre tendencias en la dirección de la revolución” y dijo que “la unidad es hoy más sólida que nunca”, sin excluir “las discrepancias honestas”.
La Habana. Manuel Juan Somoza, Milenio, 2 de agosto.
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