Niega Incalcaterra recibir 'presiones'

Amerigo Incalcaterra, representante de la Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, confirmó ayer que en breve dejará de ejercer sus funciones en el país, pero negó que esto se deba a presiones políticas.

"En el trabajo que uno realiza es evidente y es normal que en ocasiones se producen malentendidos. Esos se trabajan y se discuten de una manera profesional con las distintas autoridades, y se superan, como se han superado en este país", externó sin entrar a detalles.

"Los cambios se dan dentro de la burocracia de Naciones Unidas; como en cualquier otra burocracia, los funcionarios, los servidores públicos rotamos como es normal, después de un periodo de tiempo", dijo en entrevista, luego de participar en la presentación del diagnóstico de los Derechos Humanos del Distrito Federal.

Incalcaterra, cuyo trabajo en México resaltó por su postura crítica hacia las acciones gubernamentales, destacó que esta administración tiene dos pendientes en derechos humanos: la publicación del Programa Nacional de Derechos Humanos y la reforma constitucional en la materia.

"Con esos dos temas podremos realmente ver un compromiso más firme de esta administración en materia de derechos humanos (...) las acciones y la voluntades (del gobierno) se van a ver en la solución de casos, en la respuesta concreta que se tiene que dar", reiteró.

En días pasados se ventiló en la prensa internacional que el italiano dejaría la representación del Alto Comisionado por presiones del gobierno de Felipe Calderón.

Incalcaterra llegó a México a finales del 2005.

Durante su estancia hizo pronunciamientos públicos sobre la elección presidencial del 2006; sobre el papel del Ejército mexicano en en combate al narcotráfico; la pobreza; los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez; la corrupción; la violación a derechos de indígenas, migrantes y periodistas.

Incluso, solicitó una investigación sobre los hechos ocurridos en Atenco, Estdo de México, el 3 y 4 de mayo del 2006.

El funcionario, que antes de llegar a México representó al Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos en Colombia, reconoció, en vísperas a su salida, que su trabajo al frente de ese organismo pudo empujar mayores acciones.

"Creemos que se podían hacer muchas más cosas, pero también hay su periodo. También nosotros no hemos sido suficientemente hábiles para hacer más cosas".

Entre esas acciones mencionó mayores diagnósticos en los estados, el programa de Estado en la materia, la reforma constitucional y lograr un peso vinculatorio en los pronunciamientos de las comisiones de derechos humanos.

Amerigo Incalcaterra, quien durante su mandato mantuvo una relación distante con José Luis Soberanes, dijo que la relación con el Ombudsman nacional seguirá siendo profesional, "de trabajo, como hemos venido trabajando".

Finalmente, dio a conocer que la fecha de salida será anunciada en breve por la oficina de la ONU que él representa.

Nota de Daniela Rea, Reforma, 8 de mayo.



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