El Presidente Hugo Chávez repitió ayer aquí el talante conciliador que mostró en la Cumbre de Grupo de Río Santo Domingo, a principios de marzo, cuando Ecuador y Venezuela enderezaban baterías contra Colombia.
En algún momento de la Cumbre de Lima, Chávez tuvo un efusivo acercamiento con el Presidente Felipe Calderón, con quien en el pasado tuvo roces verbales y al que ayer dio un abrazo y le extendió la mano, al tiempo que le preguntaba: "¿Cómo estás?".
Abierta la herida por la incursión de tropas colombianas en territorio ecuatoriano, que arrancó la vida al número dos de las FARC, Raúl Reyes, Chávez hizo gala de mesura y su comportamiento tranquilizó las aguas.
Ayer aquí, con besos y apretones de manos, el mandatario venezolano neutralizó pleitos.
El hecho de que la INTERPOL haya dado validez a la información hallada en las computadoras que pertenecían al Canciller de las FARC -y que aparentemente sugería que Chávez y Rafael Corea mantienen vínculos con la guerrilla colombiana-, acogió malas noticias para la Quinta Cumbre.
No obstante, a los ojos de los estadistas que participaron en la Cumbre de Lima resultó convincente el exhorto inaugural del Presidente anfitrión, Alan García, para hacer a un lado cualquier elemento perturbador.
"Es imperativo que en nuestras reuniones prime lo que nos une y nos vincule aquello en lo que estamos de acuerdo, y dejemos de lado por el momento aquello que nos pone en desacuerdo frente a la responsabilidad histórica de hacer de verdad una unidad continental", recomendó García.
Olvidan el 'por qué no te callas'
En ese tono, tras el célebre "¡Por qué no te callas!" que le espetara el Rey Juan Carlos en la Iberoamericana realizada en Santiago de Chile, ayer Chávez limó asperezas con José Luis Rodríguez Zapatero, Jefe de Gobierno español.
Sus homólogos atestiguarían el afable apretón de manos que Chávez y Rodríguez Zapatero se dieron en la sesión inaugural.
Por la noche, al término de la Cumbre, ambos mandatarios sostendrían una reunión bilateral que, aparentemente, sepultó el incidente de Santiago de Chile.
Chávez ofreció disculpas y obsequió un beso a la Canciller alemana Angela Merkel, de quien tiempo atrás dijo que había seguido el camino de la derecha que llevó a Hitler al poder.
Fiel a su estilo, el ex golpista venezolano acallaría la tempestad: "No he venido a pelear aquí. Me dio mucho gusto dar la mano a la Canciller alemana, nos dimos un beso.
"Ella dijo algo por allá y yo le respondí. Cristina (Fernández) estaba allí, le di un beso a ella y a la Canciller alemana, a quien le dije que, si fui duro, perdóname, aquí está mi mano", relató en una entrevista.
La que llamó la atención fue la Presidenta argentina Cristina Fernández: la treintena de Jefes de Estado aguardó varios minutos a que la sucesora de su esposo, Néstor Kirchner, llegara al patio del Museo Nacional, que albergó la foto del recuerdo de la Quinta Cumbre de América, el Caribe-Unión Europea.
Con su demora a cuestas, Cristina Fernández se llevó las manos a la altura de la nariz para ofrecer disculpas por su tardanza.
En algún momento de la Cumbre de Lima, Chávez tuvo un efusivo acercamiento con el Presidente Felipe Calderón, con quien en el pasado tuvo roces verbales y al que ayer dio un abrazo y le extendió la mano, al tiempo que le preguntaba: "¿Cómo estás?".
Abierta la herida por la incursión de tropas colombianas en territorio ecuatoriano, que arrancó la vida al número dos de las FARC, Raúl Reyes, Chávez hizo gala de mesura y su comportamiento tranquilizó las aguas.
Ayer aquí, con besos y apretones de manos, el mandatario venezolano neutralizó pleitos.
El hecho de que la INTERPOL haya dado validez a la información hallada en las computadoras que pertenecían al Canciller de las FARC -y que aparentemente sugería que Chávez y Rafael Corea mantienen vínculos con la guerrilla colombiana-, acogió malas noticias para la Quinta Cumbre.
No obstante, a los ojos de los estadistas que participaron en la Cumbre de Lima resultó convincente el exhorto inaugural del Presidente anfitrión, Alan García, para hacer a un lado cualquier elemento perturbador.
"Es imperativo que en nuestras reuniones prime lo que nos une y nos vincule aquello en lo que estamos de acuerdo, y dejemos de lado por el momento aquello que nos pone en desacuerdo frente a la responsabilidad histórica de hacer de verdad una unidad continental", recomendó García.
Olvidan el 'por qué no te callas'
En ese tono, tras el célebre "¡Por qué no te callas!" que le espetara el Rey Juan Carlos en la Iberoamericana realizada en Santiago de Chile, ayer Chávez limó asperezas con José Luis Rodríguez Zapatero, Jefe de Gobierno español.
Sus homólogos atestiguarían el afable apretón de manos que Chávez y Rodríguez Zapatero se dieron en la sesión inaugural.
Por la noche, al término de la Cumbre, ambos mandatarios sostendrían una reunión bilateral que, aparentemente, sepultó el incidente de Santiago de Chile.
Chávez ofreció disculpas y obsequió un beso a la Canciller alemana Angela Merkel, de quien tiempo atrás dijo que había seguido el camino de la derecha que llevó a Hitler al poder.
Fiel a su estilo, el ex golpista venezolano acallaría la tempestad: "No he venido a pelear aquí. Me dio mucho gusto dar la mano a la Canciller alemana, nos dimos un beso.
"Ella dijo algo por allá y yo le respondí. Cristina (Fernández) estaba allí, le di un beso a ella y a la Canciller alemana, a quien le dije que, si fui duro, perdóname, aquí está mi mano", relató en una entrevista.
La que llamó la atención fue la Presidenta argentina Cristina Fernández: la treintena de Jefes de Estado aguardó varios minutos a que la sucesora de su esposo, Néstor Kirchner, llegara al patio del Museo Nacional, que albergó la foto del recuerdo de la Quinta Cumbre de América, el Caribe-Unión Europea.
Con su demora a cuestas, Cristina Fernández se llevó las manos a la altura de la nariz para ofrecer disculpas por su tardanza.
Nota de Mayolo López, Reforma, 17 de mayo.
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