El presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, Gustavo Madero (PAN), dice estar de acuerdo en que se quite el control que Hacienda ejerce sobre Pemex, lo que comúnmente se le ha llamado la "segunda expropiación", pero puntualiza que los legisladores no se pueden quedar ahí, y una "tercera expropiación" sería liberar a la paraestatal de la nomenclatura y el sindicato, dos factores de poder que coptan a Pemex.
"Si solamente nos quedamos con la segunda expropiación yo no estoy seguro de que sea un avance, sino puede hasta ser un retroceso", opina el también integrante de la Comisión de Energía.
En entrevista con El Economista, el legislador reconoce que al modificar este mecanismo los estados serán los más afectados.
¿Cómo compensar lo que el gobierno, a través de Hacienda, está captando de recursos si se le quita este control?, se le pregunta a Madero.
"Tiene que ser con un régimen de transición como el que está planteado (...) a 10 años. Nos están pidiendo que lo acotemos a menos tiempo.
"Sin embargo, tenemos que ir viendo esto, precisamente lo que tú comentas, ¿cómo se van a sustituir los flujos que se estarían destinando para que Pemex los invierta de manera directa?, en lo cual estamos todos de acuerdo, pero que sí nos falta ir viendo (...) de dónde van a conseguir esos recursos (los estados) que se van a dejar de tener", expone.
Por ello, Madero destaca que se debe buscar un mecanismo para sustituir estos ingresos y también dar una mayor transparencia y rendición de cuentas.
Recuerda que a las entidades se les ha pretendido dar opciones, como otorgarles facultades para el cobro de impuestos, pero no han querido ejercerlos. "Quieren la parte del gasto, pero no quieren la parte del costo", añade.
Al cuestionarle si habría otras posibilidades si no es mediante el cobro de impuestos, Madero reflexiona que podría ser a través de impuestos cedulares -un ISR estatal- que ya están autorizados y se ejercen actualmente.
Otras opciones -establece Madero- sería un mayor ejercicio en impuesto predial, que en México representa menos de 0.3% del PIB y en otros países representa 3% del PIB, así como los impuestos sobre las ventas estatales.
"Si solamente nos quedamos con la segunda expropiación yo no estoy seguro de que sea un avance, sino puede hasta ser un retroceso", opina el también integrante de la Comisión de Energía.
En entrevista con El Economista, el legislador reconoce que al modificar este mecanismo los estados serán los más afectados.
¿Cómo compensar lo que el gobierno, a través de Hacienda, está captando de recursos si se le quita este control?, se le pregunta a Madero.
"Tiene que ser con un régimen de transición como el que está planteado (...) a 10 años. Nos están pidiendo que lo acotemos a menos tiempo.
"Sin embargo, tenemos que ir viendo esto, precisamente lo que tú comentas, ¿cómo se van a sustituir los flujos que se estarían destinando para que Pemex los invierta de manera directa?, en lo cual estamos todos de acuerdo, pero que sí nos falta ir viendo (...) de dónde van a conseguir esos recursos (los estados) que se van a dejar de tener", expone.
Por ello, Madero destaca que se debe buscar un mecanismo para sustituir estos ingresos y también dar una mayor transparencia y rendición de cuentas.
Recuerda que a las entidades se les ha pretendido dar opciones, como otorgarles facultades para el cobro de impuestos, pero no han querido ejercerlos. "Quieren la parte del gasto, pero no quieren la parte del costo", añade.
Al cuestionarle si habría otras posibilidades si no es mediante el cobro de impuestos, Madero reflexiona que podría ser a través de impuestos cedulares -un ISR estatal- que ya están autorizados y se ejercen actualmente.
Otras opciones -establece Madero- sería un mayor ejercicio en impuesto predial, que en México representa menos de 0.3% del PIB y en otros países representa 3% del PIB, así como los impuestos sobre las ventas estatales.
Mauricio Rubí, El Economista, 26 de mayo.
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