CULIACÁN, Sin.— En el recuento de los daños tras el más duro golpe del narcotráfico a los operativos anticrimen —que dejó un saldo de siete agentes muertos—, la Policía Federal reconoció que los sicarios de los hermanos Beltrán Leyva tenían “más parque y mayores calibres” que los uniformados.
El jefe policiaco Rodolfo Cruz López señaló que el ataque del pasado lunes demuestra que sus elementos deben contar con armas más potentes para hacer frente a estas organizaciones.
Consideró necesario adquirir otras remesas de fusiles calibre 7.62 automáticos que disparan en ráfaga, pues hasta ahora sólo se cuenta con 4 mil de estas piezas.
Cruz López coordinó ayer el arribo de 200 elementos de la Policía Federal a esta ciudad, con lo que serán 800 los elementos que realicen patrullajes e instalen puntos de revisión.
Dijo que se desconoce el número de agresores, pero detalló que sus elementos recibieron “fuego de al lado y de enfrente. Al ver que oponíamos resistencia o que les íbamos ganando fue cuando llegaron por la parte posterior, salieron de otras casas (…) nos arrojaron al menos cinco granadas, nos atacaron con armas, con calibres superiores, que normalmente maneja el Ejército y las fuerzas especiales”.
El funcionario continuó: “Simplemente tuvieron más parque del otro lado. Nosotros llevamos parque suficiente, pero obviamente nuestro armamento responde a ciertas características, que el alto mando decide, de acuerdo con consideraciones que hace el personal operativo para su adquisición”.
El jefe policiaco Rodolfo Cruz López señaló que el ataque del pasado lunes demuestra que sus elementos deben contar con armas más potentes para hacer frente a estas organizaciones.
Consideró necesario adquirir otras remesas de fusiles calibre 7.62 automáticos que disparan en ráfaga, pues hasta ahora sólo se cuenta con 4 mil de estas piezas.
Cruz López coordinó ayer el arribo de 200 elementos de la Policía Federal a esta ciudad, con lo que serán 800 los elementos que realicen patrullajes e instalen puntos de revisión.
Dijo que se desconoce el número de agresores, pero detalló que sus elementos recibieron “fuego de al lado y de enfrente. Al ver que oponíamos resistencia o que les íbamos ganando fue cuando llegaron por la parte posterior, salieron de otras casas (…) nos arrojaron al menos cinco granadas, nos atacaron con armas, con calibres superiores, que normalmente maneja el Ejército y las fuerzas especiales”.
El funcionario continuó: “Simplemente tuvieron más parque del otro lado. Nosotros llevamos parque suficiente, pero obviamente nuestro armamento responde a ciertas características, que el alto mando decide, de acuerdo con consideraciones que hace el personal operativo para su adquisición”.
Silvia Otero, El Universal, 29 de mayo.
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