La Organización Internacional del Trabajo (OIT) hizo un llamado a no convertir a los trabajadores migrantes en “chivos expiatorios de las crisis financiera y económica actuales”, e instó a las naciones receptoras de este sector a que, dado que la problemática no afectará a todos los ámbitos por igual, “evalúen las necesidades de sus mercados de trabajo antes de recurrir a despidos generalizados de trabajadores migrantes”.
En la conmemoración del Día Internacional del Migrante, Juan Somavía, director general de la OIT, emitió un documento en el que asegura que, a pesar de que “a menudo no se da a los trabajadores migrantes el reconocimiento que se merecen, hay que entender que estos hombres y mujeres contribuyen enormemente al crecimiento y desarrollo tanto de sus países de acogida como de sus comunidades de origen”.
“Hoy rendimos tributo a los 200 millones de migrantes internacionales, 50 por ciento de los cuales son mujeres y hombres trabajadores migrantes, que han dejado sus hogares y comunidades en busca de trabajo y de mejores oportunidades en otras partes del mundo para garantizar el sustento de sus familias y comunidades”, expresa.
Señala que la situación económica global “por la que atravesamos actualmente tiene graves consecuencias para los trabajadores migrantes en todo el mundo”, pues la experiencia de otras problemáticas financieras confirman que este sector, especialmente las mujeres y los empleados en situación irregular, “se ven entre los más afectados y más vulnerables durante las situaciones de crisis”.
Advierte que si bien todavía no se ha hecho sentir el pleno impacto de la crisis sobre los trabajadores migrantes, “ya vemos por doquier noticias de despidos directos, empeoramiento de las condiciones de trabajo, incluso con recortes salariales, aumento del número de trabajadores que regresan a su lugar de origen y una reducción del flujo de inmigrantes admitidos”.
Somavía refiere que los países de origen “ya están lidiando con los retos que supone la creación de empleos para sus ciudadanos, incluidos el número cada vez mayor de migrantes que retornan a su nación y la disminución de las remesas”, y acota que es importante que los países tomen en cuenta la estrategia integrada para el trabajo decente plasmada en la Declaración de la OIT sobre la justicia social para una globalización equitativa aprobada en 2008, la cual representa una “base sólida para hacer frente a la crisis actual”.
Considera que sólo la disponibilidad de oportunidades de trabajo decente en el lugar de origen permitiría también allanar el camino para una migración que responda a una elección personal, no a la necesidad, y agrega que la creciente movilización mundial en que participan, entre otras, las federaciones sindicales mundiales y regionales, las organizaciones de empleadores y las asociaciones nacionales será fundamental para la promoción de los intereses de los trabajadores migrantes.
Asegura que en este Día Internacional del Migrante, la OIT reitera su compromiso de promover el trabajo decente para todos los hombres y mujeres trabajadores migrantes en todo el mundo, en estrecha colaboración con las demás organizaciones del sistema de Naciones Unidas.
En la conmemoración del Día Internacional del Migrante, Juan Somavía, director general de la OIT, emitió un documento en el que asegura que, a pesar de que “a menudo no se da a los trabajadores migrantes el reconocimiento que se merecen, hay que entender que estos hombres y mujeres contribuyen enormemente al crecimiento y desarrollo tanto de sus países de acogida como de sus comunidades de origen”.
“Hoy rendimos tributo a los 200 millones de migrantes internacionales, 50 por ciento de los cuales son mujeres y hombres trabajadores migrantes, que han dejado sus hogares y comunidades en busca de trabajo y de mejores oportunidades en otras partes del mundo para garantizar el sustento de sus familias y comunidades”, expresa.
Señala que la situación económica global “por la que atravesamos actualmente tiene graves consecuencias para los trabajadores migrantes en todo el mundo”, pues la experiencia de otras problemáticas financieras confirman que este sector, especialmente las mujeres y los empleados en situación irregular, “se ven entre los más afectados y más vulnerables durante las situaciones de crisis”.
Advierte que si bien todavía no se ha hecho sentir el pleno impacto de la crisis sobre los trabajadores migrantes, “ya vemos por doquier noticias de despidos directos, empeoramiento de las condiciones de trabajo, incluso con recortes salariales, aumento del número de trabajadores que regresan a su lugar de origen y una reducción del flujo de inmigrantes admitidos”.
Somavía refiere que los países de origen “ya están lidiando con los retos que supone la creación de empleos para sus ciudadanos, incluidos el número cada vez mayor de migrantes que retornan a su nación y la disminución de las remesas”, y acota que es importante que los países tomen en cuenta la estrategia integrada para el trabajo decente plasmada en la Declaración de la OIT sobre la justicia social para una globalización equitativa aprobada en 2008, la cual representa una “base sólida para hacer frente a la crisis actual”.
Considera que sólo la disponibilidad de oportunidades de trabajo decente en el lugar de origen permitiría también allanar el camino para una migración que responda a una elección personal, no a la necesidad, y agrega que la creciente movilización mundial en que participan, entre otras, las federaciones sindicales mundiales y regionales, las organizaciones de empleadores y las asociaciones nacionales será fundamental para la promoción de los intereses de los trabajadores migrantes.
Asegura que en este Día Internacional del Migrante, la OIT reitera su compromiso de promover el trabajo decente para todos los hombres y mujeres trabajadores migrantes en todo el mundo, en estrecha colaboración con las demás organizaciones del sistema de Naciones Unidas.
Carolina Gómez Mena, La Jornada, 18 de diciembre.
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