"Ni el diablo podría haber creado un lugar como Guantánamo", afirmó Idir, de origen argelino, dos días después de su regreso a Bosnia, país del que posee la nacionalidad.
"Nadie puede imaginar cómo fue de terrible", añadió.
Casi siete años después de la apertura de la prisión de Guantánamo, el juez estadounidense Richard Leon reconoció en noviembre que Idir y otros cuatro detenidos, todos entregados por Bosnia, estaban encarcelados ilegalmente y ordenó su liberación, la primera por orden judicial efectuadas por la Administración del saliente Presidente George W. Bush.
Idir, de 38 años, explicó que durante su reclusión fue interrogado y apaleado más de 500 veces por sus carceleros, que utilizaban gases lacrimógenos y otro que provocaba vértigo antes de pasar a las agresiones.
"Los guardianes acostumbraban a venir en grupos de seis o siete", recordó.
Como consecuencia de una de esta palizas, el ex prisionero se rompió un dedo que nunca más ha vuelto a poder mover.
"Una vez, vi entrar a un médico en compañía de los guardianes. Mostraba diferentes partes del cuerpo y decía 'péguenle ahí'. Tras las palizas no te quedaban golpes visibles en el cuerpo pero sí un dolor que te impedía moverte", relató.
Acusado junto a otras cinco personas por supuestamente haber planeado un atentado contra la Embajada estadounidense en Sarajevo, Idir fue detenido en 2001 y trasladado a Guantánamo, donde, afirma, nunca nadie le dijo por qué estaba preso.
AFP, Reforma, 19 de diciembre.
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