WASHINGTON.- El cierre de la prisión de Guantánamo, una promesa hecha por Barack Obama, empieza a tomar forma.
Ayer, el actual Secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, quien continuará en su cargo en el gabinete del Presidente electo, encomendó ayer a su equipo en el Pentágono planificar el cierre de la cárcel instalada en una base naval en Cuba, en la cual permanecen detenidos cientos de prisioneros de la guerra contra el terrorismo.
"(Gates) pidió a su equipo formular una propuesta sobre la manera de clausurarla (la prisión), lo que va a requerir cerrarla físicamente, desplazar a los detenidos y, al mismo tiempo, proteger a Estados Unidos de peligrosos terroristas", anunció en conferencia de prensa el portavoz del Pentágono, Geoff Morrell.
"La petición ya se ha hecho, su equipo está trabajando, de este modo podremos atender al Presidente electo en caso de que decida ponerla en marcha (la clausura de Guantánamo) pronto", añadió.
La prisión, que actualmente tiene 250 reos, fue abierta en 2002 para recluir a los detenidos de Afganistán, Paquistán y cualquier lugar al que el Gobierno del saliente Presidente, George W. Bush, llevara su lucha antiterrorista.
Entre los prisioneros se encuentra el supuesto cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas y el Pentágono, Khalid Sheikh Mohammed, y otros acusados de ser dirigentes de la red terrorista Al-Qaeda.
En una entrevista emitida el miércoles por la cadena PBS, Gates, quien durante el mandato de Bush ya había pedido el cierre de Guantánamo, reiteró su posición diciendo que es posible hallar otras alternativas al penal.
El Secretario de Defensa advirtió que la clausura implica tomar medidas para evitar que los detenidos sean liberados en Estados Unidos.
"Por ejemplo, seguro se querrá poner algo en las leyes que establezca que si alguien es liberado de Guantánamo no tiene derecho de asilo automático en Estados Unidos", dijo Gates en la entrevista.
"Algunos son muy peligrosos y no queremos verlos llegar a Estados Unidos", añadió.
Otros de los asuntos a resolver antes del cierre de la prisión son los juicios que están en curso y los cerca de 60 detenidos que funcionarios estadounidenses han autorizado a transferir a sus países de origen.
Por su parte, Obama ha dicho que clausurará la penitenciaría como parte de un esfuerzo por reconstruir la estatura moral de Estados Unidos en el mundo.
Un reciente estudio de investigadores de la Universidad de Berkeley, California -para el que fueron entrevistados 62 ex prisioneros de Guantánamo- detalla que los detenidos fueron golpeados, aislados en celdas durante años, humillados e incapacitados para rehacer sus vidas una vez liberados.
"He dicho repetidamente que tengo la intención de cerrar Guantánamo, y seguiré en ese camino, y eso es lo que llevaré a cabo", dijo Obama a mediados de noviembre. "He dicho repetidamente que Estados Unidos no tortura y voy a asegurarme de que no torturamos".
Ayer, el actual Secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, quien continuará en su cargo en el gabinete del Presidente electo, encomendó ayer a su equipo en el Pentágono planificar el cierre de la cárcel instalada en una base naval en Cuba, en la cual permanecen detenidos cientos de prisioneros de la guerra contra el terrorismo.
"(Gates) pidió a su equipo formular una propuesta sobre la manera de clausurarla (la prisión), lo que va a requerir cerrarla físicamente, desplazar a los detenidos y, al mismo tiempo, proteger a Estados Unidos de peligrosos terroristas", anunció en conferencia de prensa el portavoz del Pentágono, Geoff Morrell.
"La petición ya se ha hecho, su equipo está trabajando, de este modo podremos atender al Presidente electo en caso de que decida ponerla en marcha (la clausura de Guantánamo) pronto", añadió.
La prisión, que actualmente tiene 250 reos, fue abierta en 2002 para recluir a los detenidos de Afganistán, Paquistán y cualquier lugar al que el Gobierno del saliente Presidente, George W. Bush, llevara su lucha antiterrorista.
Entre los prisioneros se encuentra el supuesto cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas y el Pentágono, Khalid Sheikh Mohammed, y otros acusados de ser dirigentes de la red terrorista Al-Qaeda.
En una entrevista emitida el miércoles por la cadena PBS, Gates, quien durante el mandato de Bush ya había pedido el cierre de Guantánamo, reiteró su posición diciendo que es posible hallar otras alternativas al penal.
El Secretario de Defensa advirtió que la clausura implica tomar medidas para evitar que los detenidos sean liberados en Estados Unidos.
"Por ejemplo, seguro se querrá poner algo en las leyes que establezca que si alguien es liberado de Guantánamo no tiene derecho de asilo automático en Estados Unidos", dijo Gates en la entrevista.
"Algunos son muy peligrosos y no queremos verlos llegar a Estados Unidos", añadió.
Otros de los asuntos a resolver antes del cierre de la prisión son los juicios que están en curso y los cerca de 60 detenidos que funcionarios estadounidenses han autorizado a transferir a sus países de origen.
Por su parte, Obama ha dicho que clausurará la penitenciaría como parte de un esfuerzo por reconstruir la estatura moral de Estados Unidos en el mundo.
Un reciente estudio de investigadores de la Universidad de Berkeley, California -para el que fueron entrevistados 62 ex prisioneros de Guantánamo- detalla que los detenidos fueron golpeados, aislados en celdas durante años, humillados e incapacitados para rehacer sus vidas una vez liberados.
"He dicho repetidamente que tengo la intención de cerrar Guantánamo, y seguiré en ese camino, y eso es lo que llevaré a cabo", dijo Obama a mediados de noviembre. "He dicho repetidamente que Estados Unidos no tortura y voy a asegurarme de que no torturamos".
AFP y Reuters, Reforma, 19 de diciembre.
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