En el estado de México, las remesas que enviaron desde Estados Unidos los migrantes a sus familias, disminuyeron en 2008 en 8% en relación al 2007, informó la administración mexiquense.
De acuerdo con los datos del gobierno estatal, de enero a agosto de 2008 los empleados mandaron a sus parientes mil 285 millones de dólares. En el mismo periodo de 2007, enviaron mil 396 millones de dólares, es decir, 111 millones de dólares más.
Las previsiones de las autoridades son que el dinero que mandarán los migrantes a sus parientes se reducirá aún más por la situación financiera en los Estados Unidos. Durante los próximos meses, se espera que cerca de 50 mil mexiquenses retornen a sus lugares de origen.
Entidades beneficiadas
El estado de México y el Distrito Federal están entre las cinco entidades del país que reciben el mayor número de remesas de trabajadores de Estados Unidos, junto con Michoacán, Guanajuato y Jalisco. De acuerdo con el Banco de México, 40% de los recursos que ingresan al país por ese concepto, llegan a las familias de esas entidades, y representa la segunda fuente de ingresos en divisas para la economía mexicana, y 3% del Producto Interno Bruto nacional.
Durante 2006, la entidad que tuvo más ingresos por remesas fue Michoacán con 2 mil 418.9 millones de dólares, lo que representó 10.1% del total nacional.
Guanajuato recibió 2 mil 110.3 millones (8.8 %); el estado de México, mil 993.4 millones (8.3%); Jalisco, mil 957.5 millones (8.2%) y el Distrito Federal, mil 539 millones (6.4%).
Mario Carrillo Huerta, investigador de El Colegio de Tlaxcala y de la Universidad Autónoma de Puebla, indicó que la relevancia de las remesas suele ser destacada mediante la comparación con otros sectores de la economía.
Por ejemplo, dijo, “en 2004 se equipararon a 70.3% de las exportaciones petroleras y muy de la mano con la inversión extranjera directa. Posterior a estos ingresos se encuentran los servicios generados por el turismo, los cuales representan 154.5% del total de las remesas.”
Un recurso vital
El experto sostuvo que en 2006, las remesas representaron 300 mil millones de dólares en el mundo. De ese total, América Latina y el Caribe recibieron en conjunto 68 mil 62 millones de dólares estadounidenses, de los cuales, 24 mil 354 millones correspondieron a México, ubicándolo en el segundo lugar a nivel mundial, tan sólo después de la India, con 24 mil 504 millones, y China, con 21 mil 75 millones.
Carrillo Huerta expresó que uno de los resultados más notables de la migración internacional y de los vínculos bilaterales, es el flujo de remesas.
“Estos recursos han venido creciendo al ritmo de la migración, beneficiando a un número cada vez mayor de familias, y sus magnitudes alcanzan dimensiones cada vez más significativas como fuente de ingreso en divisas en los países de origen de los migrantes”.
Las remesas, afirmó el académico, “constituyen la cara más humana de la globalización y una de las menos estudiadas. Las diferencias demográficas y de nivel de desarrollo entre las distintas regiones del mundo han favorecido el flujo creciente e incesante del recurso más importante: los movimientos de personas”.
De acuerdo con los datos del gobierno estatal, de enero a agosto de 2008 los empleados mandaron a sus parientes mil 285 millones de dólares. En el mismo periodo de 2007, enviaron mil 396 millones de dólares, es decir, 111 millones de dólares más.
Las previsiones de las autoridades son que el dinero que mandarán los migrantes a sus parientes se reducirá aún más por la situación financiera en los Estados Unidos. Durante los próximos meses, se espera que cerca de 50 mil mexiquenses retornen a sus lugares de origen.
Entidades beneficiadas
El estado de México y el Distrito Federal están entre las cinco entidades del país que reciben el mayor número de remesas de trabajadores de Estados Unidos, junto con Michoacán, Guanajuato y Jalisco. De acuerdo con el Banco de México, 40% de los recursos que ingresan al país por ese concepto, llegan a las familias de esas entidades, y representa la segunda fuente de ingresos en divisas para la economía mexicana, y 3% del Producto Interno Bruto nacional.
Durante 2006, la entidad que tuvo más ingresos por remesas fue Michoacán con 2 mil 418.9 millones de dólares, lo que representó 10.1% del total nacional.
Guanajuato recibió 2 mil 110.3 millones (8.8 %); el estado de México, mil 993.4 millones (8.3%); Jalisco, mil 957.5 millones (8.2%) y el Distrito Federal, mil 539 millones (6.4%).
Mario Carrillo Huerta, investigador de El Colegio de Tlaxcala y de la Universidad Autónoma de Puebla, indicó que la relevancia de las remesas suele ser destacada mediante la comparación con otros sectores de la economía.
Por ejemplo, dijo, “en 2004 se equipararon a 70.3% de las exportaciones petroleras y muy de la mano con la inversión extranjera directa. Posterior a estos ingresos se encuentran los servicios generados por el turismo, los cuales representan 154.5% del total de las remesas.”
Un recurso vital
El experto sostuvo que en 2006, las remesas representaron 300 mil millones de dólares en el mundo. De ese total, América Latina y el Caribe recibieron en conjunto 68 mil 62 millones de dólares estadounidenses, de los cuales, 24 mil 354 millones correspondieron a México, ubicándolo en el segundo lugar a nivel mundial, tan sólo después de la India, con 24 mil 504 millones, y China, con 21 mil 75 millones.
Carrillo Huerta expresó que uno de los resultados más notables de la migración internacional y de los vínculos bilaterales, es el flujo de remesas.
“Estos recursos han venido creciendo al ritmo de la migración, beneficiando a un número cada vez mayor de familias, y sus magnitudes alcanzan dimensiones cada vez más significativas como fuente de ingreso en divisas en los países de origen de los migrantes”.
Las remesas, afirmó el académico, “constituyen la cara más humana de la globalización y una de las menos estudiadas. Las diferencias demográficas y de nivel de desarrollo entre las distintas regiones del mundo han favorecido el flujo creciente e incesante del recurso más importante: los movimientos de personas”.
Emilio Fernández, El Universal, 1 de diciembre.
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