CARACAS (Reuters).— El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, propuso ayer el 27 de febrero de 2009 como la fecha para que se celebre un referendo constitucional para consultar sobre una enmienda a la Carta Magna que le permitiría presentarse a las elecciones de 2012.
Chávez sostiene que el proceso revolucionario que lidera comenzó a gestarse en esa fecha en 1989 cuando se desató una explosión social, conocida como el “Caracazo”, en protesta contra un paquete de medidas económicas que fue lanzado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, al que el propio Chávez trató de derrocar en 1992.
“Lanzo la fecha: el 27 de febrero, fecha explosiva”, dijo el domingo en un “taller sobre socialismo”. Sin embargo, alguien del auditorio le recordó que ese día es de carnavales, y que por tanto sería difícil hacerlo.
En tanto, partidos políticos de la oposición anunciaron que iniciarán una campaña para que la enmienda sea rechazada, argumentando que es inconstitucional porque Chávez ya intentó modificar ese artículo de la Carta Magna en una amplia reforma constitucional que fue rechazada por estrecho margen en las urnas el año pasado.
El presidente anunció el viernes que la enmienda, que él mismo propone, será tramitada a través de la Asamblea Nacional, dominada por sus seguidores, por ser la vía más expedita para lograr la modificación a la Carta Magna de 1999, en lugar de iniciar un engorrosa recolección de firmas.
Sondeos muestran que la intención de Chávez de eliminar los límites a la reelección presidencial, que le permitiría ser candidato de nuevo en 2012, cuenta con el respaldo de sólo uno de cada cuatro venezolanos.
El mandatario dice con frecuencia que quiere seguir en el cargo hasta 2021 y hasta más allá, porque requiere de más tiempo para consolidar su revolución socialista y no porque quiera perpetuarse en el poder, como dicen su adversarios.
Analistas consideran que el mandatario busca una consulta expedita para anticiparse a un eventual retroceso de su alta popularidad por los efectos de la crisis, así como a la consolidación de la oposición, que ganó importantes espacios políticos en unos comicios regionales el mes pasado.
En este sentido, el dirigente socialdemócrata Antonio Ledezma asumió ayer el cargo de la estratégica alcaldía metropolitana de Caracas, en lo que representó el regreso de la oposición al centro de la capital venezolana, que estuvo dominado en los últimos años por grupos radicales chavistas.
La ceremonia transcurrió en calma con el resguardo de la policía, aunque grupos oficialistas estuvieron presentes y gritaron consignas en contra de Ledezma.
El nuevo alcalde metropolitano venció en las elecciones del 23 de noviembre al candidato oficialista Aristóbulo Istúriz, quien era considerado favorito, y ahora deberá lidiar con los principales problemas como falta de seguridad pública, caos de tránsito y montañas de basura.
Ledezma deberá coordinar el trabajo con el alcalde de Caracas, el oficialista Jorge Rodríguez, cuya jurisdicción está dentro de la del alcalde metropolitano, y quien lo amenazó con darle “pelea”.
En la plaza Simón Bolívar, en el centro de Caracas, Ledezma prometió trabajar para todos los caraqueños, a pesar de que su despacho ha sido despojado de la dirección de hospitales y de la Policía Metropolitana por orden del gobierno de Chávez.
“Voy a representar a los que votaron por mí y a los que no votaron por mí, no se encontrará en mí a alguien que intente dividir a los caraqueños”, aseguró.
Chávez sostiene que el proceso revolucionario que lidera comenzó a gestarse en esa fecha en 1989 cuando se desató una explosión social, conocida como el “Caracazo”, en protesta contra un paquete de medidas económicas que fue lanzado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, al que el propio Chávez trató de derrocar en 1992.
“Lanzo la fecha: el 27 de febrero, fecha explosiva”, dijo el domingo en un “taller sobre socialismo”. Sin embargo, alguien del auditorio le recordó que ese día es de carnavales, y que por tanto sería difícil hacerlo.
En tanto, partidos políticos de la oposición anunciaron que iniciarán una campaña para que la enmienda sea rechazada, argumentando que es inconstitucional porque Chávez ya intentó modificar ese artículo de la Carta Magna en una amplia reforma constitucional que fue rechazada por estrecho margen en las urnas el año pasado.
El presidente anunció el viernes que la enmienda, que él mismo propone, será tramitada a través de la Asamblea Nacional, dominada por sus seguidores, por ser la vía más expedita para lograr la modificación a la Carta Magna de 1999, en lugar de iniciar un engorrosa recolección de firmas.
Sondeos muestran que la intención de Chávez de eliminar los límites a la reelección presidencial, que le permitiría ser candidato de nuevo en 2012, cuenta con el respaldo de sólo uno de cada cuatro venezolanos.
El mandatario dice con frecuencia que quiere seguir en el cargo hasta 2021 y hasta más allá, porque requiere de más tiempo para consolidar su revolución socialista y no porque quiera perpetuarse en el poder, como dicen su adversarios.
Analistas consideran que el mandatario busca una consulta expedita para anticiparse a un eventual retroceso de su alta popularidad por los efectos de la crisis, así como a la consolidación de la oposición, que ganó importantes espacios políticos en unos comicios regionales el mes pasado.
En este sentido, el dirigente socialdemócrata Antonio Ledezma asumió ayer el cargo de la estratégica alcaldía metropolitana de Caracas, en lo que representó el regreso de la oposición al centro de la capital venezolana, que estuvo dominado en los últimos años por grupos radicales chavistas.
La ceremonia transcurrió en calma con el resguardo de la policía, aunque grupos oficialistas estuvieron presentes y gritaron consignas en contra de Ledezma.
El nuevo alcalde metropolitano venció en las elecciones del 23 de noviembre al candidato oficialista Aristóbulo Istúriz, quien era considerado favorito, y ahora deberá lidiar con los principales problemas como falta de seguridad pública, caos de tránsito y montañas de basura.
Ledezma deberá coordinar el trabajo con el alcalde de Caracas, el oficialista Jorge Rodríguez, cuya jurisdicción está dentro de la del alcalde metropolitano, y quien lo amenazó con darle “pelea”.
En la plaza Simón Bolívar, en el centro de Caracas, Ledezma prometió trabajar para todos los caraqueños, a pesar de que su despacho ha sido despojado de la dirección de hospitales y de la Policía Metropolitana por orden del gobierno de Chávez.
“Voy a representar a los que votaron por mí y a los que no votaron por mí, no se encontrará en mí a alguien que intente dividir a los caraqueños”, aseguró.
El Universal, 8 de diciembre.
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