“Crimen, freno a las garantías”

Un contexto donde existe crimen organizado y altos niveles de violencia como el que hay en México representa un obstáculo para la defensa de los derechos humanos, pues para combatir al crimen se requiere un Estado cada vez más fuerte, pero también debe actuar de manera respetuosa y sin perjudicar a quien pretende proteger que es al ciudadano, señaló Liliana Valiña, representante adjunta de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México.


Al respecto, Alberto Brunori, representante en México de dicha oficina, indicó que, además de esas situaciones, existen otros obstáculos para los estados en la defensa de las garantías fundamentales como son la falta de voluntad política y el argumentar que se requiere presupuesto para aplicar una política de respeto a los derechos humanos cuando no siempre es así.


“Se necesita voluntad para implementar las políticas de derechos humanos. A veces se dice que los recursos y eso es cierto, al menos para algunos derechos, pero no siempre el tema de los recursos es válido porque con el solo hecho de tener voluntad política se pueden hacer muchas cosas”, recalcó.


EL UNIVERSAL sostuvo una entrevista con ambos en el contexto de las celebraciones por el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la que hablaron de los avances que hay en la materia, pero también de los retos.


El representante de dicha oficina de la ONU en México, Alberto Brunori, señaló que la firma y ratificación de tratados internacionales en la materia como lo ha hecho México “no es poca cosa”, pues hay países que no tienen el mismo interés, pero el reto es hacer realidad esos compromisos.


Por su parte, Liliana Valiña dijo que el gobierno hizo el ejercicio de identificar los mecanismos mediante los cuales se pueden aplicar esos compromisos internacionales y obstáculos que tiene que superar para lograrlo.


Dijo que la oficina en México comparte con el gobierno mexicano algunas de las preocupaciones relacionadas con la inseguridad, la impunidad, la situación de la libertad de expresión y la necesidad de la armonización legislativa y de una reforma constitucional en la materia de derechos.


Brunori recalcó que ninguno de los artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se puede priorizar sobre otro, pues la riqueza de este compromiso mundial es su integralidad, no se puede privilegiar el derecho a la vida si no se atienden las demás.
Valiña comentó que el principio de igualdad y no discriminación cruza todos los derechos y es todavía uno de los pendientes en la agenda internacional, pues incluso las grandes potencias tienen problemas de desigualdad.

Liliana Alcántara, Milenio, 8 de diciembre.



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