SAN JOSÉ.— La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), un aparato institucional que busca en la memoria histórica de esa nación para acabar con un pasado de crímenes sin castigo, advirtió que si ese país es incapaz de “cerrar el paso” a los narcotraficantes mexicanos, “en dos años serán los dueños” del territorio guatemalteco, reveló ayer la prensa local.
Al comparecer ante el Congreso de Guatemala, el español Carlos Castresana, fiscal de la Cicig, alertó que el sistema de seguridad guatemalteco “es del siglo XIX, mientras que el crimen organizado opera con tecnología del siglo XXI”.
Al fustigar las restricciones legales que existen en Guatemala para allanamientos sorpresivos y que los limitan a que se realicen entre las 06:00 y las 18:00 horas locales, Castresana puso de ejemplo que “uno no puede desarticular al cártel del Golfo (de México) a las 10 de la mañana, tiene que ser a las 3 de la mañana, si es que se les puede sorprender”.
“Si no se logra cerrar el paso a mexicanos, dentro de dos años serán los dueños del país, esa es la realidad”, insistió.
Investigadores de la Cicig citados ayer por Prensa Libre, el más influyente rotativo guatemalteco, señalaron con inquietud que hay un “avance” de los grupos armados de los cárteles mexicanos en Guatemala. Los Zetas, que sirvieron de estructura armada del cártel del Golfo y ahora se han convertido en cártel, “vienen a ganar el control del territorio del corredor norte” de Guatemala, añadieron.
Los Zetas, puntualizaron, “no se detendrán hasta lograrlo, por lo que se teme que la violencia irá en aumento contra grupos locales”.
Las llamadas de atención del Cicig, depositario de poderes institucionales para tratar de derrotar la vieja carga de impunidad que ha paralizado por décadas a la justicia guatemalteca, se registraron a casi una semana de ocurrida una matanza —la tercera este año— en el noroccidente de ese país, al chocar narcotraficantes mexicanos y guatemaltecos el domingo pasado, con un saldo de 17 muertos.
Luego de la matanza, el presidente de Guatemala, Álvaro Colom advirtió que existe peligro de que el narcotráfico mexicano se tome territorio guatemalteco. Los cárteles mexicanos, alertó, “quieren acaparar todo el país” y disponen de “muchísimos recursos y equipo”. “Quieren todo”, subrayó, al tiempo que precisó que “llevará mucho tiempo recuperar los territorios que han ocupado” en Guatemala.
Hay cinco mexicanos presos en Guatemala por el caso, atribuido a pistoleros de Los Zetas y provocado por una presunta disputa con narcotraficantes guatemaltecos para controlar el tráfico y almacenamiento de cocaína que llega a la zona procedente de Colombia, rumbo a México y Estados Unidos.
La narcomasacre, registrada en una aldea del departamento de Huehuetenango, elevó a 45 la cifra de muertos en este año en hechos similares. En otras dos matanzas con participación de narcotraficantes, una en marzo y otra en octubre y ambas en el oriente del país, perecieron 28 personas, según la policía de Guatemala.
Una prolongada crisis de inseguridad hunde al país, consolidado como base clave del narcotráfico mexicano.
Al comparecer ante el Congreso de Guatemala, el español Carlos Castresana, fiscal de la Cicig, alertó que el sistema de seguridad guatemalteco “es del siglo XIX, mientras que el crimen organizado opera con tecnología del siglo XXI”.
Al fustigar las restricciones legales que existen en Guatemala para allanamientos sorpresivos y que los limitan a que se realicen entre las 06:00 y las 18:00 horas locales, Castresana puso de ejemplo que “uno no puede desarticular al cártel del Golfo (de México) a las 10 de la mañana, tiene que ser a las 3 de la mañana, si es que se les puede sorprender”.
“Si no se logra cerrar el paso a mexicanos, dentro de dos años serán los dueños del país, esa es la realidad”, insistió.
Investigadores de la Cicig citados ayer por Prensa Libre, el más influyente rotativo guatemalteco, señalaron con inquietud que hay un “avance” de los grupos armados de los cárteles mexicanos en Guatemala. Los Zetas, que sirvieron de estructura armada del cártel del Golfo y ahora se han convertido en cártel, “vienen a ganar el control del territorio del corredor norte” de Guatemala, añadieron.
Los Zetas, puntualizaron, “no se detendrán hasta lograrlo, por lo que se teme que la violencia irá en aumento contra grupos locales”.
Las llamadas de atención del Cicig, depositario de poderes institucionales para tratar de derrotar la vieja carga de impunidad que ha paralizado por décadas a la justicia guatemalteca, se registraron a casi una semana de ocurrida una matanza —la tercera este año— en el noroccidente de ese país, al chocar narcotraficantes mexicanos y guatemaltecos el domingo pasado, con un saldo de 17 muertos.
Luego de la matanza, el presidente de Guatemala, Álvaro Colom advirtió que existe peligro de que el narcotráfico mexicano se tome territorio guatemalteco. Los cárteles mexicanos, alertó, “quieren acaparar todo el país” y disponen de “muchísimos recursos y equipo”. “Quieren todo”, subrayó, al tiempo que precisó que “llevará mucho tiempo recuperar los territorios que han ocupado” en Guatemala.
Hay cinco mexicanos presos en Guatemala por el caso, atribuido a pistoleros de Los Zetas y provocado por una presunta disputa con narcotraficantes guatemaltecos para controlar el tráfico y almacenamiento de cocaína que llega a la zona procedente de Colombia, rumbo a México y Estados Unidos.
La narcomasacre, registrada en una aldea del departamento de Huehuetenango, elevó a 45 la cifra de muertos en este año en hechos similares. En otras dos matanzas con participación de narcotraficantes, una en marzo y otra en octubre y ambas en el oriente del país, perecieron 28 personas, según la policía de Guatemala.
Una prolongada crisis de inseguridad hunde al país, consolidado como base clave del narcotráfico mexicano.
José Meléndez corresponsal, El Universal, 7 de diciembre.
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