Bogotá, 30 de noviembre. La ex rehén de la guerrilla Ingrid Betancourt entregó la noche del sábado al presidente colombiano, Álvaro Uribe, una carta de su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, en la que éste reitera su compromiso para liberar a los secuestrados en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En la primera visita que realiza a su país luego de su liberación, durante un operativo militar el pasado 2 de julio, Betancourt anunció en conferencia de prensa que ya logró las garantías necesarias para llevarse consigo a Francia a un ex guerrillero de las FARC, conocido con el alias de Isaza, quien el 26 de octubre de este año desertó de las filas rebeldes y ayudó a escapar al ex congresista Marco Tulio Lizcano.
Betancourt, rescatada con otras 14 personas de manos de la guerrilla, anunció además que iniciará una gira por Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Brasil, Bolivia y Venezuela, donde espera reunirse con los presidentes de dichos países con el objetivo de sensibilizarlos respecto del tema de los secuestrados.
La ex candidata presidencial llegará el lunes a Quito, y a propósito de ello afirmó que “sufre” por el rompimiento de relaciones diplomáticas entre Ecuador y Colombia a causa del bombardeo de la aviación colombiana sobre territorio ecuatoriano el pasado primero de marzo, en el que fue abatido el comandante de las FARC Raúl Reyes, y perdieron la vida una veintena de personas, entre ellos cuatro estudiantes mexicanos.
En este contexto, familiares de 28 políticos, militares o policías todavía en poder de la guerrilla designaron a Betancourt como su representante para que en la citada gira por Sudamérica haga presión al más alto nivel “para buscarle una salida negociada a este problema que tienen nuestros compañeros en la selva.”
Además, en las entrevistas con los mandatarios de dichos países Betancourt hará un llamado a que las FARC abandonen la lucha armada y por el inicio de un verdadero proceso de “paz y reconciliación en Colombia.”
Betancourt dejó en claro que emprenderá ese viaje no en calidad de mediadora ni facilitadora, sino tan sólo como una persona que sufrió el secuestro durante más de seis años, “y que no soporta vivir pensando que otros están padeciendo lo mismo que yo. Esa es mi única intervención aquí”, señaló.
En la primera visita que realiza a su país luego de su liberación, durante un operativo militar el pasado 2 de julio, Betancourt anunció en conferencia de prensa que ya logró las garantías necesarias para llevarse consigo a Francia a un ex guerrillero de las FARC, conocido con el alias de Isaza, quien el 26 de octubre de este año desertó de las filas rebeldes y ayudó a escapar al ex congresista Marco Tulio Lizcano.
Betancourt, rescatada con otras 14 personas de manos de la guerrilla, anunció además que iniciará una gira por Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Brasil, Bolivia y Venezuela, donde espera reunirse con los presidentes de dichos países con el objetivo de sensibilizarlos respecto del tema de los secuestrados.
La ex candidata presidencial llegará el lunes a Quito, y a propósito de ello afirmó que “sufre” por el rompimiento de relaciones diplomáticas entre Ecuador y Colombia a causa del bombardeo de la aviación colombiana sobre territorio ecuatoriano el pasado primero de marzo, en el que fue abatido el comandante de las FARC Raúl Reyes, y perdieron la vida una veintena de personas, entre ellos cuatro estudiantes mexicanos.
En este contexto, familiares de 28 políticos, militares o policías todavía en poder de la guerrilla designaron a Betancourt como su representante para que en la citada gira por Sudamérica haga presión al más alto nivel “para buscarle una salida negociada a este problema que tienen nuestros compañeros en la selva.”
Además, en las entrevistas con los mandatarios de dichos países Betancourt hará un llamado a que las FARC abandonen la lucha armada y por el inicio de un verdadero proceso de “paz y reconciliación en Colombia.”
Betancourt dejó en claro que emprenderá ese viaje no en calidad de mediadora ni facilitadora, sino tan sólo como una persona que sufrió el secuestro durante más de seis años, “y que no soporta vivir pensando que otros están padeciendo lo mismo que yo. Esa es mi única intervención aquí”, señaló.
AFP, DPA y Reuters, La Jornada, 1 de diciembre.
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