SAN JOSÉ.— Unidades combinadas del Ejército, la Policía y la Secretaría de Análisis e Información Antinarcóticos de Guatemala intentaban ayer arrebatar posiciones a las mafias del narcotráfico mexicano en el noroccidente de la zona fronteriza con México, para “recuperar” el control territorial en áreas “perdidas” en los últimos años por el retiro o la escasa presencia militar y policial, anunciaron fuentes oficiales guatemaltecas.
Tras varios días de despliegue de 100 soldados del Ejército, 250 efectivos de la Policía y 150 agentes de la Secretaría —que opera como cuerpo de inteligencia antidroga— en el área del conflictivo departamento (estado) de Huehuetenango que limita con México, los aparatos guatemaltecos de seguridad proseguían ayer con un fuerte operativo para tratar de sellar las decenas de pasos ciegos para el tráfico de cocaína.
“Estamos en un proceso de recuperar posiciones”, dijo Dónald González, vocero de la Policía, consultado ayer por EL UNIVERSAL sobre el balance de las operaciones de los últimos días en Huehuetenango, escenario de un enfrentamiento entre narcotraficantes mexicanos y guatemaltecos, el pasado 30 de noviembre, con saldo de 17 muertos. “En los últimos años, se perdió el control de esas zonas, se desarticularon las bases militares y policiales y hubo menos soldados y menos presencia”, afirmó.
“En los gobiernos de Alfonso Portillo (2000-2004) y de Óscar Berger (2004-2008) todo se minimizó”, añadió. En acciones que beneficiaron la penetración del narcotráfico “y facilitaron el trabajo a la delincuencia”, agregó, la Policía, que debía tener 45 mil efectivos, pasó a tener 18 mil 500, mientras el cuerpo antinarcotráfico “quedaba desarticulado”.
“Todas nuestras operaciones buscan ahora que reconstruyamos todo el proceso de selección, capacitación y profesionalización policial”, aseveró, al anunciar, sin entrar en detalles, que el operativo en Huehuetenango “puede lanzarse sorpresivamente” en otras regiones guatemaltecas, para recuperar posiciones ahora bajo control del narcotráfico.
Tras varios días de despliegue de 100 soldados del Ejército, 250 efectivos de la Policía y 150 agentes de la Secretaría —que opera como cuerpo de inteligencia antidroga— en el área del conflictivo departamento (estado) de Huehuetenango que limita con México, los aparatos guatemaltecos de seguridad proseguían ayer con un fuerte operativo para tratar de sellar las decenas de pasos ciegos para el tráfico de cocaína.
“Estamos en un proceso de recuperar posiciones”, dijo Dónald González, vocero de la Policía, consultado ayer por EL UNIVERSAL sobre el balance de las operaciones de los últimos días en Huehuetenango, escenario de un enfrentamiento entre narcotraficantes mexicanos y guatemaltecos, el pasado 30 de noviembre, con saldo de 17 muertos. “En los últimos años, se perdió el control de esas zonas, se desarticularon las bases militares y policiales y hubo menos soldados y menos presencia”, afirmó.
“En los gobiernos de Alfonso Portillo (2000-2004) y de Óscar Berger (2004-2008) todo se minimizó”, añadió. En acciones que beneficiaron la penetración del narcotráfico “y facilitaron el trabajo a la delincuencia”, agregó, la Policía, que debía tener 45 mil efectivos, pasó a tener 18 mil 500, mientras el cuerpo antinarcotráfico “quedaba desarticulado”.
“Todas nuestras operaciones buscan ahora que reconstruyamos todo el proceso de selección, capacitación y profesionalización policial”, aseveró, al anunciar, sin entrar en detalles, que el operativo en Huehuetenango “puede lanzarse sorpresivamente” en otras regiones guatemaltecas, para recuperar posiciones ahora bajo control del narcotráfico.
José Meléndez corresponsal, El Universal, 18 de diciembre.
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