A puerta cerrada, el Consejo Nacional del PAN terminó por convertirse en escenario del primer reclamo abierto a Germán Martínez por su estilo personal de conducir el partido a lo largo del último año.
La exigencia central: abrir de nuevo los espacios de debate en ese partido.
Luego de meses de tranquilidad, consejeros panistas tomaron la tribuna para pedir el reinicio de la autocrítica al interior de su partido, dominado por el calderonismo a lo largo de 2008 y con todos sus órganos de gobierno copados por incondicionales a Martínez y el presidente Felipe Calderón.
“No hubo reclamo, hubo un debate intenso… un debate que hace rato no se daba”, admitió la comisionada del Instituto Nacional de Migración, Cecilia Romero, al término de la encerrona blanquiazul, última del año y en la que los malos resultados electorales fueron tema central del día.
Consultado al respecto, un gobernador panista confirmó la molestia: “tenemos que recuperar la capacidad de autocrítica, por decirlo institucionalmente”.
Fue el diputado federal Juan José Rodríguez Pratts el primero en abrir fuego. Panistas presentes detallaron que reclamó desde la tribuna la política de acercamiento que se ha impulsado con el PRI, particularmente en la Cámara de Diputados.
El tabasqueño, ex priista por cierto, deploró la falta de identidad en Acción Nacional en el último año bajo la conducción de Martínez y el hecho de que no se haya podido debatir al respecto abiertamente.
“Yo conozco al PRI y a veces pienso que el PAN es una mala copia de ese partido”, dijo.
En la tarde de críticas, el ex senador Javier Corral, uno de los más firmes disidentes en el partido, echó más leña al fuego. Tomó la palabra y deploró que la subyugación del PAN a los principales medios de comunicación del país ha sido tal que el partido no se ha atrevido a enfrentar el crecimiento de la exposición mediática del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.
Santiago Creel siguió en la lista de reclamos. Supuestamente destituido de su cargo como coordinador de la bancada panista en el Senado por su mala relación con las televisoras del país, arremetió contra los monopolios mediáticos porque no favorecen de ninguna forma al país. Molesto, cuestionó el golpeteo político al que ha sido sometido.
Coincidentemente, un grupo de abogados se manifestó ayer en las puertas de la sede nacional del PAN para exigir acción contra Creel por presuntos actos corruptos.
Muestra clara de la división interna, el senador fue enviado junto con sus colaboradores más cercanos a las últimas filas del salón Manuel Gómez Morín.
Las primeras filas quedaron reservadas para el calderonismo.
El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, resumió en términos exactos la situación que se vive en el PAN.
“Me fui 10 años y ya no reconozco al partido”, aseguró ante el consejo.
Víctor Hugo Michel, Milenio, 7 de diciembre.
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