En Estados Unidos tan sólo en los cuatro estados que comparten frontera con México, durante un año se decomisaron más de 53 mil armas de fuego, aunque sólo 32% de éstas fueron armas largas, la mayoría eran revólveres y pistolas. Así lo revela un reporte de la Oficina de Tabaco, Alcohol, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de Estados Unidos, que data de 2007, el último que forma parte de su base de datos sobre el rastreo de armas, ya que no se han elaborado otros en años más recientes.
Destaca que los decomisos que reportó la ATF en sólo cuatro entidades de la Unión Americana durante 2007, son superiores a los realizados por el gobierno federal mexicano durante toda esta administración, que suman más de 35 mil armas; aunque en el caso de México 55% del arsenal asegurado al crimen organizado han sido armas largas y de alto poder, las preferidas por los narcotraficantes.
Informes de las agencias estadounidenses, reconocen que 90% de las armas que abastecen a los cárteles de la droga mexicanos provienen de Estados Unidos, donde el aseguramiento de armamento de alto poder ha sido menor, según se desprende del informe de la ATF.
De hecho, una de las medidas planteadas por el gobierno de Felipe Calderón para frenar este tráfico de armas proveniente de Estados Unidos, que ha incrementado la capacidad de fuego de los narcotraficantes, es que el gobierno de Barack Obama prohibía los rifles de asalto en ese país, aunque durante su visita a México el mandatario dejó en claro que “nadie tiene ilusiones de que tratar de reinstaurar esta eliminación será algo fácil”.
El informe de la ATF elaborado por su Oficina de Inteligencia Estratégica e Información, detalla que a lo largo de 2007, únicamente en California, Texas, Arizona y Nuevo México se rastrearon y recuperaron 53 mil 179 armas de fuego —relacionadas con diversos ilícitos— Aunque de este arsenal sólo 17 mil 52 eran armas largas: rifles, escopetas y ametralladoras, pero de éstas últimas se reportaron 95.
Los bajos índices en el aseguramiento de armas de alto poder en Estados Unidos es evidente; por ejemplo, en California, que es el estado fronterizo que encabeza el mayor número de decomisos de arsenal, con 27 mil 672 piezas, sólo se reportaron nueve mil 539 armas largas, 62 de esas ametralladoras.
En contraste, un informe de la Procuraduría General de la República (PGR) denominado El tráfico de armas en México, indica que entre el 1 de enero de 2006 y marzo de 2009, en todo el territorio nacional se han incautado 35 mil 943 armas; de esta cifra, 19 mil 801 corresponden a armas largas, “en su mayoría fusiles de asalto”.
El documento precisa que “tan solo en el año 2008, tuvimos cifras muy relevantes: 20 mil 915 armas”.
Se detalla que entre el arsenal asegurado en México “están armas tipo cohetes antitanque de los tipos M72 y AT-4; lanza cohetes RPG-7; lanza granadas; fusiles Barret calibre 50; así como armas de fuego de nueva generación como la sub ametralladora y la pistola FN Herstal, conocida como “Five-Seven” que por su capacidad de penetrar blindaje es conocida como la mata policías”.
Destaca que los decomisos que reportó la ATF en sólo cuatro entidades de la Unión Americana durante 2007, son superiores a los realizados por el gobierno federal mexicano durante toda esta administración, que suman más de 35 mil armas; aunque en el caso de México 55% del arsenal asegurado al crimen organizado han sido armas largas y de alto poder, las preferidas por los narcotraficantes.
Informes de las agencias estadounidenses, reconocen que 90% de las armas que abastecen a los cárteles de la droga mexicanos provienen de Estados Unidos, donde el aseguramiento de armamento de alto poder ha sido menor, según se desprende del informe de la ATF.
De hecho, una de las medidas planteadas por el gobierno de Felipe Calderón para frenar este tráfico de armas proveniente de Estados Unidos, que ha incrementado la capacidad de fuego de los narcotraficantes, es que el gobierno de Barack Obama prohibía los rifles de asalto en ese país, aunque durante su visita a México el mandatario dejó en claro que “nadie tiene ilusiones de que tratar de reinstaurar esta eliminación será algo fácil”.
El informe de la ATF elaborado por su Oficina de Inteligencia Estratégica e Información, detalla que a lo largo de 2007, únicamente en California, Texas, Arizona y Nuevo México se rastrearon y recuperaron 53 mil 179 armas de fuego —relacionadas con diversos ilícitos— Aunque de este arsenal sólo 17 mil 52 eran armas largas: rifles, escopetas y ametralladoras, pero de éstas últimas se reportaron 95.
Los bajos índices en el aseguramiento de armas de alto poder en Estados Unidos es evidente; por ejemplo, en California, que es el estado fronterizo que encabeza el mayor número de decomisos de arsenal, con 27 mil 672 piezas, sólo se reportaron nueve mil 539 armas largas, 62 de esas ametralladoras.
En contraste, un informe de la Procuraduría General de la República (PGR) denominado El tráfico de armas en México, indica que entre el 1 de enero de 2006 y marzo de 2009, en todo el territorio nacional se han incautado 35 mil 943 armas; de esta cifra, 19 mil 801 corresponden a armas largas, “en su mayoría fusiles de asalto”.
El documento precisa que “tan solo en el año 2008, tuvimos cifras muy relevantes: 20 mil 915 armas”.
Se detalla que entre el arsenal asegurado en México “están armas tipo cohetes antitanque de los tipos M72 y AT-4; lanza cohetes RPG-7; lanza granadas; fusiles Barret calibre 50; así como armas de fuego de nueva generación como la sub ametralladora y la pistola FN Herstal, conocida como “Five-Seven” que por su capacidad de penetrar blindaje es conocida como la mata policías”.
Silvia Otero, El Universal, 19 de abril.
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