“Sin cambios, en 36 meses pasaríamos de exportadores a importadores de energía”

Federico Reyes Heroles, presidente de Transparencia Mexicana, dijo ayer que en materia energética “nuestro país enfrenta una verdadera emergencia”, al acercarse a “la dolorosa frontera” que divide a los países exportadores de los importadores de energía.

Advirtió que de no hacer nada “ese es nuestro futuro: ser importadores”. Y eso “podría ocurrir en meses, en 24, 36 cuando más”,  indicó durante su participación en los foros de análisis de las distintas iniciativas de reforma energética que dieron inicio en el Senado.

Señaló además que el mundo cambió radicalmente y que países como China, Estados unidos y Alemania aprovechan las energías renovables por arriba del 70 por ciento, mientras que España, Italia e India lo hacen en alrededor de 30 por ciento del total de su consumo, mientras que México, lamentó, apenas ronda el 2.4 por ciento; “es decir, que seguimos siendo brutalmente dependientes de las fuentes tradicionales: el petróleo y el gas”.

Ante el uso de energías limpias por un mayor número de países, el petróleo y el gas “hoy están en una crisis profunda. Casi todos los pronósticos anuncian un desplome histórico del precio del crudo. Si eso ocurriera, las finanzas del país volverían a entrar en crisis”.

Este panorama, subrayó Reyes Heroles, pone de manifiesto la urgente necesidad que tiene México de una reforma hacendaria “que nos ponga a salvo de ese escenario”.

Luego expresó:

“Dejemos atrás la vanidad de pensarnos los poseedores de una riqueza única, hay muchos estudios que muestran que podríamos estar al final de una era energética y en el umbral de otra”.

El director de Transparencia Mexicana insistió en que la discusión sobre una reforma energética deseable lleva ya muchos años, demasiados, mientras el mundo energético ha cambiado radicalmente.

Tenemos crecientes importaciones de gas, gasolina, petroquímicos, una reducción en las reservas probadas en los últimos 30 años, incluso la productividad del país es de las más bajas a nivel mundial, además de costos de energía eléctrica caros para las familias y las industrias, lo que deja ver que “la ancestral falta de previsión de nuestro país en muchos órdenes podría tener un costo humano en la caída del ingreso, el desempleo, en pobreza humanamente incuantificable”.

De ahí que la discusión que se da en el Legislativo en las próximas semanas “debe ser guiada por un imperativo ético: está en juego el bienestar de decenas de millones de mexicanos. Como nunca antes, la globalidad se nos viene encima, tenemos que abrir en el ámbito de la energía opciones atractivas para inversionistas nacionales y extranjeros”, finalizó Reyes Heroles.

Cecilia Higuera, La Crónica, 24 de septiembre.